Quién no ha escuchado a un escuálido referirse a los pobres y a los
chavistas como ignorantes. La conclusión más sencilla a la que puede
arribarse, al respecto, es que el desprecio de esa gente por los
humildes y la ridícula creencia de que son superiores, alimentan estas
pendejadas, pero… ¿No habrá algo de cierto en la cacareada superioridad
intelectual, inteligencia y creída erudición?
Para responder esta pregunta pudiéramos remontarnos a los tiempos
aquellos cuando los líderes del escualidismo, en demostración de su
intelectualidad, decían: “esto es un autosuicidio” o “ni una cosa ni la
otra, sino todo lo contrario”. También podríamos revisar las increíbles
demostraciones de intelectualidad de aquella lideresa que afirmaba: “yo
tengo todas mis necesidades cubridas”. Pero alguien, con toda razón,
pudiera acusarnos de estar anclados en el pasado. Vengámonos pues un poco
más acá y usemos a los líderes actuales del escualidismo como parámetro
de comparación, pues si a ellos los sigue la masa, deben ser un buen
reflejo de la inteligencia de ese colectivo.
Sería de necios negar que esa gente tiene algo (por no decir mucho) en el
cerebro. Esto quedó claramente evidenciado cuando descubrieron la
estrategia chavista de usar máquinas captahuellas en los procesos
electorales. Sólo una inteligencia superior podía descubrir que al
colocar un dedo en la referida máquina, ésta leería el pensamiento del
elector, concluyendo por quién iba a votar y delatando a los opositores
para que se tomaran acciones contra ellos.
¿Y qué decir de su brillante conclusión sobre los bombillos ahorradores?
Los chavistas pensaron que tenían el mandado hecho. Regalarían bombillos
ahorradores que incluían una cámara de vídeo con batería perpetua, capaz
de transmitir las imágenes captadas a un satélite, que las rebotaría a
Cuba donde Fidel, personalmente, expiaría a los 30 millones de
venezolanos, durante las 24 horas del día. No contaron con la
inteligencia opositora que en menos de lo que canta un gallo, puso al
descubierto la treta e instruyó a su gente para que rechazara los
sofisticados instrumentos de espionaje… Simplemente brillantes.
Mas no son estas las únicas pruebas que confirman aquella creencia. La
selección como líder indiscutido de la oposición de un intelectual como
el filósofo de la Vereda del Lago es una incuestionable demostración de
inteligencia colectiva. Qué mejor hombre para dirigir un país que aquel
que puso al descubierto que Montesquieu vivió antes de Cristo; que
Margarita es una isla rodeada de agua por todas partes; que si lo matan
lo más probable es que se muera, que no se le pueden pedir peras al horno
y que un siglo son casi cien años. ¡Que saquen los chavistas a alguien
mejor!
Sería de necios negar que allí quedó perfectamente demostrado cuan
justificada es la creencia de superioridad que tiene esa gente; pero hay
otras demostraciones de inteligencia colectiva que impresionan.
Ellos demuestran su inteligencia desprendiéndose de subjetividades y
fanatismos a la hora de seleccionar sus líderes. Esto es algo que ya
desearían para sí la mayoría de los pueblos del mundo. Allí está el caso
de la selección de la propia esposa del filósofo maracucho como
alcaldesa de la ciudad más grande del país y como líder fundamental de
uno de los partidos de oposición más importantes.
Esta dama ha hecho aportes inmensos a la cultura universal.
Recientemente, por ejemplo, expuso que Venezuela no tiene costas en el
Mar Caribe, sino en el Pacífico. ¡Pobre Alexander Humboldt vivió toda la
vida equivocado!
Evelín es quizás la mejor demostración de la inteligencia escuálida. Sus
frases “vamos escuchar a los que no tienen oídos” y “mi esposo no le
tiene miedo al temor” quedarán para la historia como aportes invalorables
y enriquecedores de nuestra lengua.
Otro líder de los inteligentes que brilla con luz propia es Ismael
García. Hace pocas semanas hizo añicos la vieja creencia según la cual el
autor de la Teoría de la Relatividad era el sabio alemán Albert Einstein.
Ismael puso en claro las cosas al citar al verdadero autor de la
mencionada tesis. Para asombro del mundo el científico se llamaba Insten.
Se nos acaba el espacio pero no podemos dejar de hacer mención del
inigualable aporte al idioma Español realizado por Ana maría Corina
Machado. ¡Eso sí es de inteligentes!
Marycori corrigió, después de nueve horas de profunda reflexión, a la
Real Academia de la Lengua al afirmar que Responsabilidad es un verbo.
Ahora gracias a su aporte podemos decir: yo responsabilidadiso, tu
responsabilidadisas, el responsabilidadiza…
arellanoa@pdvsa.com