El tema de la delincuencia es una de las banderas que ha asumido la
oposición venezolana para atacar al gobierno revolucionario. Sin embargo,
más allá de los simples y vacíos discursos acusatorios ninguno de los
premajunches ha lanzado una sola propuesta seria sobre la forma como
abordaría o resolvería este problema de nuestra sociedad. Su discurso
puede resumirse en: ¡Vamos a acabar con la delincuencia! ¡Vamos a llevar
seguridad a todos los venezolanos! ¡Impediremos que el país se siga
desangrando! En fin, consignas y más consignas, pero nada de fondo.
La verdad es que no pueden ir más allá de las consignas; no porque no
quieran, sino porque aun teniendo la intención de resolver el problema,
les resultaría imposible obtener el más mínimo resultado positivo con
políticas de derecha destinadas a sostener y profundizar el capitalismo.
Si pudieran lograr algo dentro del marco del capitalismo, lo habrían
demostrado durante los cuarenta años que dirigieron este país, pero en
ese periodo la delincuencia fue creciendo hasta llegar a los niveles con
los cuales ahora quieren mostrarse alarmados como si nada tuviesen que
ver. De hecho, hoy son los estados donde ellos son gobierno, los más
peligrosos y violentos del país.
No crea usted, amigo lector, que exageramos cuando afirmamos que resulta
imposible obtener el más mínimo resultado positivo con políticas de
derecha destinadas a sostener y profundizar el capitalismo. Todos los
estudios que tratan este problema social concluyen que las principales
causas del mismo son la miseria, el hambre, la falta de educación y el
desempleo, y eso le es intrínseco, por definición, al capitalismo.
Se equivocan los que piensan que el problema se puede resolver con más y
mejores policías. Eso ayuda hasta cierto punto, pero el gran impacto sólo
es posible cuando se resuelven los problemas ya mencionados.
Ahora, ¿Puede resolverse el problema de la miseria, del hambre, de la
falta de educación y del desempleo en una sociedad capitalista?
¡Definitivamente no! El capitalismo necesita de un ejército de
desempleados para reducir al mínimo las exigencias de los trabajadores y
esos desempleados son el alimento de la miseria.
Permítannos ejemplarizar esta afirmación. Si en una sociedad cualquiera
no existiesen desempleados, los patronos se verían obligados a reducir
sus ganancias en beneficio de sus trabajadores pues no podrían
chantajearlos con la amenaza de reemplazarlos por desempleados que
esperan una oportunidad. Esta situación obligaría a que una buena parte
de las ganancias del capitalista fuesen a parar a manos de sus
trabajadores.
Esta situación es todo lo contrario a las aspiraciones del capitalista y
a las leyes del capitalismo, por ello y sólo para proteger a los
empresarios se hace imprescindible, en ese sistema un la existencia de un
gran número de desempleados. Mientras existan desempleados el capitalista
podrá hacer con sus trabajadores lo que le venga en gana.
Esa es la razón por la cual las grandes corporaciones internacionales
abandonan sus fábricas en aquellos países donde el movimiento obrero ha
logrado importantes conquistas para mudarse y establecer maquilas donde
puedan explotar a su antojo a los trabajadores. Esa miseria a la que el
capitalismo condena a los desempleados es el caldo de cultivo para el
surgimiento de cada vez más delincuentes.
La tragedia se complementa con lo que ocurre en una sociedad capitalista
con la salud y la educación. Estas necesidades humanas son convertidas en
mercancía por el capitalismo, condenando con ello a los más humildes a
condiciones de precarias de vida. ¿Cómo impedir que en esas condiciones
no surja fuerte y violenta la delincuencia?
Esa es la realidad que crearon los adecos y copeyanos en Venezuela.
Ahora, actuando como de costumbre con su doble moral usan sus medios de
comunicación para tratar el tema de forma alarmista, generar angustia en
la población y reducir el respaldo a un gobierno que trabaja muy duro en
resolver el problema de la delincuencia desde la raíz.
El gobierno de Chávez consciente de esta realidad ha entablado una lucha
a fondo contra el capitalismo generador de miseria, causa fundamental de
la delincuencia. Chávez ha logrado reducir la pobreza de 50 % (donde la
dejaron los que ahora se dan golpes de pecho) a 21% y la pobreza
crítica de 25 a 7%. Ha reducido el desempleo de 25, 5 a 8,5 %; ha
garantizado a través de leyes y decretos la estabilidad laboral; ha
convertido a Venezuela en el quinto país del mundo con mayor porcentaje
de jóvenes estudiando en una universidad, acabó con el analfabetismo;
creó las Escuelas Bolivarianas y los Simoncitos donde los niños reciben
tres comidas, sus libros y una computadora personal; creó la misión
Barrio Adentro para llevar salud gratuita al pueblo; está dotando de
viviendas dignas a millones de venezolanos y creó una Policía nacional
para contrarrestar el trabajo que a favor de la delincuencia hacen muchas
policías municipales y regionales.
Eso es lo que hay que hacer para reducir los niveles de delincuencia.
Claro, también podrían contribuir unos medios de comunicación (aliados de
los majunches) que lamentablemente se dedican a promover el consumismo,
la importancia del individuo en función de lo que tiene, los vicios y la
violencia.
En conclusión, sólo un gobierno revolucionario con clara intención de
derrotar el capitalismo, sus vicios e injusticias podrá tener éxito en la
lucha contra la delincuencia.
Esa es la verdadera razón por la cual los premajunches se limitan a dar
gritos y alarmar con cifras manipuladas. Ni de vaina dicen qué diferente
a lo que hemos mencionado, como obra del presidente Chávez, harían ellos
en caso de llegar a ser gobierno.
arellanoa@pdvsa.com