El problema es que el triunfo del Zulia no le garantiza ganar y ser el hombre que tendrá el honor y el privilegio de enfrentar y ser derrotado por un líder como Chávez, porque ¿cómo hace con Caracas, Miranda y Carabobo, por ejemplo, que también son regiones de alta incidencia electoral? No creo que en estas entidades el precandidato zuliano ande muy bien. En estos estados es evidente el triunfo de Henrique Capriles Radonski, quien no ha bajado del primer lugar desde que la MUD arrancó la campaña.
La última encuesta realizada por GIS XXI en la que fueron consultadas 1500 personas en todo el país, arrojó que el precandidato presidencial Henrique Capriles Radonski cuenta con un 16% de favoritismo contra 9% de Pablo Pérez. Este estudio realizado del 17 al 24 de enero posee 95% de confiabilidad.
Y se puede creer ciegamente en estos resultados, porque son de una firma cuyo director es Jesse Chacón, un hombre de Chávez que no tiene el menor interés ni preferencia por alguno de los precandidatos de la MUD, más cuando se sabe que ninguno compromete el triunfo del máximo líder revolucionario.
La situación de Pablo Pérez no es fácil. Cuenta con Acción Democrática y siempre fanfarronearon con este apoyo, pero creo que sobredimensionan al partido blanco; porque primero hay que ver que la maquinaria de esta organización está todavía muy oxidada y, segundo, el gobernador zuliano es un piñón cariado que no rueda fácil o por lo menos no rueda como debería rodar en el engranaje del pueblo venezolano. Da saltos, hace un ruido estridente y se tranca.
Otra consideración es que en cualquier rincón del país puede haber una casa de Acción Democrática, pero no en todos conocen a Pablo Pérez, lo que los obliga a tener el pesado trabajo de echarse ese bacalao encima y eso ya es un problema, en cambio; muchos lugares de Venezuela carecen de una oficina de Primero Justicia, sin embargo creo que en el territorio nacional entero saben quién es Caprikes Radonski así sea por sus malas acciones, y que lo conozcan y poniendo esa cara de niño bueno que suelen poner para engañar a la gente en campaña, le podría implicar una ventaja determinante a favor en las votaciones.
De manera, que yo observo que la situación de Pablo Pérez es cuesta arriba. De tu a tu, de candidato a candidato, no le gana a Capriles, aunque hay otra verdad: con estos políticos de la oposición se corre el mismo riesgo que corren los apostadores de caballos. Leen las revistas hípicas, revisan minuciosamente los tiempos, peso de los animales y del jinete, ven y comparan promedios; distancia de la largada, analizan los pro y los contra, las ventajas y desventajas y la partida de pronto la gana un burro, porque priva el negocio por encima de los resultados de los estudios especializados.
Pienso en consecuencia que a Pérez lo podría salvar un chanchullo, similar a la componenda económica Capoldo; hay que esperar hasta el último minuto. Con ellos no sorprende alguna rara decisión de aquí al sábado a las doce de la noche, que tuerza cualquier pronóstico lógico de la situación, así que de momento sobre estas elecciones sólo se puede decir que Capriles Radonski sigue liderando las encuestas.
¡Qué
dolor!, porque esta es una valiosa oportunidad para que Pablo Pérez
salga de la Gobernación, y no me mueve ningún odio ni ningún resentimiento
personal en contra del gobernador, lo que sucede es que las goteras
de la casa nada más las conocen a quienes les caen encima.
PD: A través
de un correo electrónico, empleados de la Gobernación del Estado Zulia
me escriben para denunciar atropellos en su contra; dicen que una señora
o un señor falta un día y cualquiera sea la causa, se lo descuentan
y hasta le quitan el bono de la cesta tique en una acción evidentemente
extremista, sin embargo, cuando trabajan horas extras y la obligan
a ir a las concentraciones de Pablo Pérez para hacer bulto, no les
pagan y nadie dice nada. Y esa, al parecer, es una práctica de muchos
de los directores. Según dicen ocurre en la Oficina Central de Personal,
Recursos Humanos, en la Secretaría de Educación, Fonprepol y Sanipez.
Exigen entonces al gobernador que en lugar de andar perdiendo tiempo
en su campaña recorriendo el país, revise la situación de sus directores
con respecto a los trabajadores, porque está perdiendo hasta con su
misma gente, que entre más es vejada y humillada, menos votará por
él. ¿Será que Pablo Pérez tiene fichas adentro, en apariencia de
su confianza, que quieren que lo raspen? Esto me lo pregunto yo ante
semejante situación.