¿Cuál es la cuestión moral?

Señoras y señores de la escuálida clase media:

El régimen capitalista es inicuo, inicuo en absoluto. Un régimen es inicuo en grado absoluto cuando en él la moral individual, el bien subjetivo, es en realidad un mal objetivo. Ser leal a un régimen inicuo, ser veraz, honesto, defenderlo, luchar y morir por él, tan sólo por cumplir un dictado interesado y personal, es potenciar su maldad.

Veamos como la moral absoluta y subjetiva falla según la circunstancia. Pero crean, cuando una política o una filosofía producen muchos dialecticos, debemos desconfiar, porque toda mentira, para sostenerse necesita de una sofistica. Sencillamente, a que una fuerza mayor e insuperable nos impone optar. Debemos obedecer o rebelarnos al mandato capitalista. ¿Y que hacemos?... Por lo que veo, nos aferramos a un imperativo moral y personal que para nada se halla en juego.

Exponemos tal verdad para quebrar su decisión de subordinarlo todo a una “moral”; pero sólo a tal efecto. ¿Nada tiene que ver el caso de ustedes con la iniquidad del régimen capitalista? No tienen motivo. En suma, ¿Qué se les pide a ustedes?... El declararse en contra de unos explotadores y conspiradores enemigos del pueblo venezolano y de Venezuela…

Todo lo refiere la clase media a la formación. A lo exterior. El imperativo único parece hallarse fuera de nosotros y tomarnos con su tenaza, cual si fuéramos unos pobres coleópteros, para imponernos el querer y el pensar, el sentir y el obrar.

Ambas clases (ricos y pobres) pronunciamos la misma palabra, libertad, con idéntica fonética, pero cada una expresa una idea distinta; más aún, opuesta. La burguesía utiliza la palabra libertad para explotarnos, para esclavizarnos, y en última instancia para matar. Para los socialistas la libertad es algo histórico, político; algo adquirido por el pueblo revolucionario a través de los tiempos a costa de su esfuerzo y de su sangre.

En el pasaje bíblico de Babel, los hombres dejaron de poder entenderse porque fueron castigados a expresar la misma cosa con palabras distintas. Hoy nos sucede a las clases sociales igual, (socialismo-escualidismo) pero a la inversa: con la misma palabra expresamos diferentes ideas. Actualmente tampoco podemos entendernos.

Lo que comprendemos es el consuelo no experimentado por ustedes, que proporcionan en las largas horas de peligro hacer jugar con el pulgar el seguro o sentir como un latido en la falange del dedo el disparador de una pistola en lo profundo de un bolsillo; pero la pistola es algo elemental, quien ignora su sentencia es fácil de desarmar. ¡Qué bajo ha caído el escualidismo!

¿Pero quien halla entre el oposicionismo un absurdo decente?... Un absurdo como ese de su honradez… En fin, nos hacen ustedes siempre patinar sobre las más absurdas divagaciones a expresar la misma cosa con palabras distintas.

El puntofijismo rapaz como Gobierno fracasó cuando creían que con el ingreso petrolero podíamos comprar artefactos y cachivaches, podíamos comprar el desarrollo, podíamos comprar la siembra del petróleo, podíamos comprar industrialización y desarrollo social. Pero no fue así. Con el dinero petrolero se puede obtener maquinas pero no industrialización; se puede adquirir alimentos y medicinas, pero no desarrollo social.

¡La tecnología no se compra hay que crearla!

Para desarrollarse, las naciones necesitan capitales, pero aquí con dinero, dinero y más dinero han ido liquidando a la nación. ¡Increíble!

El puntofijismo estaba entregando nuestras materias primas a las transnacionales gringas, iban a privatizar PDVSA, las empresas de energía eléctrica, las industrias básicas de Guayana, querían privatizar el agua, privatizaron SIDOR y la CANTV. En cuanto a las necesidades vitales, Venezuela era una nación a corto plazo; a largo plazo nos moriríamos de hambre, pues no producíamos nuestros propios alimentos.

Hoy con el Proceso Bolivariano lo tenemos todo, juventud promisoria, amplio territorio repleto de recursos potenciales, situación, ubicación y clima envidiables, prestigio histórico de gloria…, empezamos a producir nuestros propios alimentos. ¿Qué más queremos?

Sólo nos falta vocación de grandeza, valor y decisión para arrancarle el poder a la burguesía corrupta y criminal que quiere destruir la república, quieren entregar el país al imperialismo, desacreditando al Comandante Chávez y al Estado y degenerando y envileciendo al pueblo.

La rebelión angélica y la revolución socialista—una mito y la otra real—son justas y necesarias, tienen una suprema grandeza, en su lenguaje, las llamaría santas… Nada más santo puede haber que incapacitar a los hombres y mujeres de la burguesía imperialista para el mal.

¡Pa’lante Comandante!

Lucharemos, Viviremos y Venceremos.

Hasta la victoria siempre y Patria Socialista.

manueltaibo1936@gmail.com


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Manuel Taibo


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