El asunto de
fondo es que en el seno de la MUD, existen profundos desacuerdos sobre
como un personaje representante de la derecha venezolana pretende posicionar
un discurso de centro izquierda a lo interno de Venezuela y un discurso
de centro derecha para el “mercado internacional”.
Mientras Capriles
habla del “progreso”, Armando Briquet (su principal vocero), en
una entrevista para la cadena colombiana RCN, ha admitido que están
dispuestos a aplicar las medidas que solicite el Fondo Monetario Internacional
(FMI) en un supuesto gobierno de Capriles, declaraciones dadas irónica
y burlescamente el 27 de febrero, a 23 años de la vil masacre del pueblo
venezolano lanzado a las calles en contra de medidas de este tipo, aplicadas
en su momento por Carlos Andrés Pérez.
La estrategia
que está desarrollando el candidato Capriles es una fórmula muy
sencilla; En un primer nivel y en esencia reproduce el discurso “progresista”
de la corriente “progresista” del partido Demócrata de los EUA,
cuyo máximo representante es el actual Presidente Obama, y que dista
conceptual e históricamente del significado de “progreso” que se
ha desarrollado en América Latina y el mundo, que tiene una absoluta
asociación a propuestas y gobiernos de izquierda (socialistas).
En un segundo
nivel, el candidato Capriles trata de latinizar su propuesta de “progreso”
asociándolo confusamente que el gobierno del expresidentes Lula en
Brasil y el gobierno de Piñera en Chile. Dos tesis absolutamente contrapuestas
en cuanto a sus propuestas, pero que sirven de manera muy útil para
profundizar la dispersión discursiva del “progreso”.
En un tercer
nivel, el candidato Capriles pretende venezolanizar su propuesta de
“progreso” asociándolo al discurso social del Presidente Chávez,
tratando de desmarcar los logros del mismo en este ámbito del contexto
político y económico, para así, tratar de “morder una tajada”
de los “seguidores descontentos” del Presidente Chávez, ya que
de lo que está segura la oposición es que los números propios no
les dan, ya que toda la población opositora en condiciones naturales
no ha sido, ni es mayor a la población chavista en los últimos 13
años, y la única manera de pretender ganar, remontando más de 20
puntos de diferencias entre una postura y otra, es conquistando al sector
chavista descontento, confuso o molesto con alguna política, acción
o elemento discursivo dentro del proceso revolucionario.
Sin embargo,
al final de toda esta ruta, el “progreso” de Capriles, ni
de define ni se identifica, pretendiendo colearse entre las rendijas
del chavismo para cazar en río resulto.
Desde un punto de vista estratégico, esta opción del comando de Capriles pretende ser habilidosa, pero como mencioné al principio, en el seno de la Secretaría Ejecutiva de la MUD ha generado profundas incomodidades y desacuerdos, ya que pareciera también descolocar a los propios militantes de los partidos de la MUD, que como el resto del país dice: “Para tener copias chimbas, mejor me quedo con el original”.
@NicmerEvans