Papademos es el tecnócrata, Primer Ministro de Grecia, ejecutor del plan neoliberal ordenado por el FMI. Bajo el lema de que no se puede gastar lo que no se tiene, se ha aplicado en Grecia un despiadado paquetazo, pero en la raíz del déficit está que a los ricos no sólo se les exoneró de impuestos, sino que se les dejó fugar con sus capitales. Que el mercado lo arregle, dirá Capriles.
El déficit fiscal y la recesión son un plan de los banqueros para someter a pueblos y Estados, los que, asumiendo de hecho las pérdidas de los bancos, se encargaron de transferirles sumas milmillonarias. Basándose en uno de los dogmas neoliberales, la autonomía de los bancos centrales, se prohibió a éstos que financiaran a los gobiernos, pero sí con intereses muy bajos a los bancos, luego éstos financiaron con intereses más altos a los gobiernos. La recaudación fiscal bajó, pues casi se eliminan los impuestos a los ricos y por la recesión disminuyeron los ingresos gravables, a lo que debemos sumar la acción desestabilizadora de las calificadoras de riesgo. El mercado sabe lo que hace.
Como Grecia, Islandia cayó en la trampa del endeudamiento con los bancos. Cuando estalló la crisis financiera en 2008, Islandia colapsó y el valor de su moneda cayó en 85% con respecto al euro. El Gobierno negoció un préstamo de 3.500 millones de euros sometido a las condiciones del FMI, entre otras, que todo ciudadano pagaría 100 euros al mes durante 15 años para saldar la deuda con los bancos británicos y holandeses.
El pueblo islandés pidió un referéndum. 93% de la población votó contra el pago de la deuda y contra el euro, se generó un movimiento que condujo a la nacionalización de los bancos, a que fuesen juzgados el Primer Ministro que negoció con los banqueros, los presidentes de los bancos involucrados en el negocio y se redactase una nueva constitución. El pueblo y el Estado dieron la solución. No el mercado.
Señor Capriles, usted declaró contra la Ley de Precios Justos y se puso al lado del derecho de los capitalistas a provocar escasez para subir los precios, lo que confirma que usted está con Rajoy en España y con Papademos en Grecia. Haga como María Corina, defienda el capital y explique que ese sistema es el mejor del mundo. Pero ahora usted es de centroizquierda. ¿Le da pena?
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