Son apenas cinco meses los que faltan para refrendar la victoria de la Revolución Bolivariana. Aunque en sus discursos el Presidente Chávez insiste en que no caigamos en el triunfalismo, podemos decir que efectivamente el pueblo venezolano ha venido asumiendo cada día un comportamiento que va más allá de su decisión de ratificarlo como su Presidente. El avance social que se traduce en comenzar a dejar atrás el legado empobrecedor del puntofijismo y la democracia representativa, es elemento suficiente para que el pueblo Bolivariano asuma hoy el propósito de defender la victoria del 7 de octubre y con ello la continuidad del proceso revolucionario.
Referirnos a un, desde ya, anunciado triunfo de Chávez no es motivo para perder de vista y seguir paso a paso y día a día, el ya conocido comportamiento perverso de la oposición enquistada en la llamada mesa de la ultraderecha contando con unos medios de comunicación, convertidos desde hace algún tiempo en sus estructuras partidistas y acérrimos voceros. Para ello crean e inventan matrices de opinión que apenas salen a la luz pública han sido desenmascaradas y derrotadas, por su carácter falso, claramente tergiversadas y con el evidente fin de provocar el descrédito público del Presidente y el gobierno.
Lo cierto es que efectivamente esta oposición, financiada y marioneta del imperialismo norteamericano y europeo, no solamente se conforma con practicar y repetir un discurso antipopular y antinacional. Niega todo lo positivo que en nuestro país viene ocurriendo desde el año 1998, igual cuanto se hace por rescatar la soberanía nacional.
Una prueba de ello es que ante la aprobación de la Ley del Trabajo de las Trabajadoras y los Trabajadores, LOTT, comienzan a satanizarla. Anuncian desde ya la quiebra económica de empresas y del mismo país. Se atreven a descalificarla por su alto contenido de justicia social y dignificación de la relación laboral y del trabajo. Por si fuera poco, demuestran su caradurismo al no reconocer el protagonismo que asume la mujer en esta Ley, y se dedican a anunciar lo peor. Todo indica que de esta gente es imposible esperar un gesto positivo. De aquí al 7 de octubre y más allá, el día a día del pueblo Bolivariano es defender los logros de la Revolución Bolivariana por representar la aspiración natural del pueblo venezolano.
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