amordazar la dignidad”
José Ingenieros
En los dictadores que ha tenido la América Latina, es posible señalar que tenían todos los defectos, maldades i adoraban los horrores de la desaparición la tortura i la muerte; pero no solamente aquí, sino en todo el mundo i, en lo que nos concierne a los de habla española, en España la imperial, con reyes déspotas, envenenados de religión i fantasías malas, i especialmente en tiempos de la Inquisición, los horrores se adelantaron a las barbaridades de la Gestapo nazi. Ahora al menos, solamente dicen ¡por qué no te callas! O derivan otras pasiones matando elefantes i búfalos. Franco, con todo lo terrible que fue durante la Guerra Civil, al final, ya viejo, mataba venados amarrados en el bosque i eran las policías secretas los que limpiaban de opositores a la Dictadura-Reino. Por eso, luego de la Independencia de América hispana, los reyecitos, dictadores i sátrapas florecieron en nuestros países, con una semilla anglosajona como injerto genético. El puritanismo ingles i el comercio de los piratas al servicio de los reyes de Inglaterra, germinó en tantos hombres terriblemente malos que sometieron a muchos pueblos o países del llamado Nuevo Mundo, cuando apenas empezábamos a ser libres del imperio español, i comenzaba a aparecer las garras del imperio norteamericano. Toda esa terrible realidad de siglos, antes i después de la independencia política, se sigue repitiendo con nuevas modalidades, como las vistas en diversos países, o mejor en casi todo los países latinoamericanos., diferenciados totalmente de los dos monstruos del norte, uno de ellos superando en maldad, saqueo o robo de riquezas ajenas, i a la criminalidad de su madre patria –para convertirse en el Imperio más terrorista i extenso del mundo i de la historia− i el otro monstruo frío que le secunda, pues todavía sigue bajo la colonización del la reina de la Pérfida Albión, con lo cual se nos decretó patio trasero. De esto, sobra la literatura de denuncia i todavía es reciente, la obra de las vena abiertas, señaladas por ese uruguayo grande que es Galeano.
Sin embargo, como en el alba o el despertar de la América dormida, le ha tocado a Venezuela, cabeza visible de la América del Sur, ver el surgir de hombres que hoi llamamos libertadores, con Francisco de Miranda como precursor, Simón Bolívar como Libertador, i Sucre, Urdaneta i Páez , como realizadores, con los gritos de libertad i de rebelión, que aventaron a los ejércitos, a quizá la única guerra santa que se haya dado en la historia, para proclamar con dignidad, esa palabra hermosa de la LIBERTAD; i luego que otros pueblos se sumaran de seguido al ejemplo que Caracas dio. Conocida así, una gesta que se extendió por toda la América, nos llegó la libertad política, pero ya el mismo Libertador nos había advertido: nuestros enemigos, ya no son los españoles, sino los anglosajones, porque son malos y terribles además de aquella frase célebre de estar destinados a llenar de miserias a la América. Sin embargo, la cosa no pudo terminar allí, sino que al lado de los pueblos sanos, quedaron infiltradas las malas semillas de lo que, con el tiempo, olvidarían la noción de patria, dignidad i libertad, cuando como un paludismo ayer, o como un sida social hoi, las ideas feudales, del hombre cruel i poderoso, las ideas malditas del capitalismo i el neoliberalismo, contaminaron no sólo a la América, sino a todos los continentes del planeta.
Por eso, los nuevos monstruos locales en cada país, que llamamos dictadores i que el imperio defendió i mantuvo cuanto pudo, porque no sentían la patria i vendieron su alma al diablo, que es entregar toda la vida ciudadana a la maldad, al robo i a ser rendidos lacayos del Imperio del Norte. Por eso surgieron tan larga cadena de dictadores, déspotas, ladrones, desalmados, brutos, crueles, como los Somoza, los Stroe ssner, los Pinochet, etc., etc., cuyo Santo Patrón estuvo en Colombia, por lo cual, como dice mi colega revolucionario Sant Roz, dejó una larga estirpe de santanderes, de los cuales el más notable en estos tiempos, es el de carita de bolsa o de seminarista, pero malo como el Satán en el cual creen los cristianos, que de padre de insana conciencia, siguió su vocación i cuando quedó huérfano porque se lo mataron sus “compatriotas” de oficio, consiguió otro en Escobar Gaviria; fundó el paramilitarismo, robó i usó tácticas para llegar dos veces a la presidencia de su martirizado país i se perfeccionó en falsos positivos i creó sus fosas comunes, para cuidar los cadáveres de su compatriotas desafectos o no, a quienes le daba sepultura gratis. ¡Recen por la Macarena! Este hombrecito, chiquito pero venenoso como un alacrán, ahora está contra de quien fue en su gobierno Ministro de Defensa, pero que al ser más sensato, maduro e inteligente, i mantener relaciones de amistad con el gobierno venezolano, lo ha enfurecido por lo que, además trata de buscar un conflicto armado (orden imperial) entre dos países hermanos, amados por igual por nuestro Padre Bolívar. Ahora el alacrancito quiere tumbar no solamente a Chávez, a quien fingía cordialidad i respeto, i hasta éste lo calificó de hermano; lo que causó estupor i desasosiego en Gloria Gaitán, porque no concebía que se pudiera llamar así, a un pequeño monstruo de la política de su país. Pues bien, esta lacra humana, este mediocre ciudadano, esta miseria de ex presidente de Colombia, es el asesor principal i casi su jefe de campaña en la distancia, del peor de todas las personas que, en esta Venezuela nueva i revolucionaria, la oligarquía haya podido escoger de candidato a la presidencia de la república. Ganó en las primarias, porque le compraron la designación (como la de diputado hace años), dos de las familias más ricas del país, i algunos siendo ricos, el dinero les apetece más todavía; u otros, como el lamentable personaje que se llama Pablo Medina, una entradita extra, por sólo figurar como un pelele más de no tenía ni votos en su familia, i creo que ni trabajo, le cayeron mui bien sus churupos mal habidos.
Con razón dijo Ingenieros: la hipocresía es el Arte de amordazar la dignidad.
robertojjm@hotmail.com