Carlos Rangel fue un conocido comentaristas político de Venevisión que el 14 de enero de 1988 se dio un tiro en la boca. Este señor estaba para entonces casado con Sofía Imber, con quien compartía su programa (“Buenos Días”) en el canal de los Cisneros.
El periódico “Últimas Noticias”, que se ha caracterizado toda la vida por hacer fiesta con horrendos crímenes (y que luego el viejo Miguel Ángel Capriles se encargaba de vender en folletones) publicó casi de inmediato al hecho que Carlos Rangel era el suicida número once en su familia.
Cuando Carlos Rangel se mata corrieron todo tipo de versiones sobre su final y Rafael Poleo desde sus revistas “Zeta” y “Auténtico” mantuvo una serie reportajes exigiendo que se aclarara cuál había sido el real motivo de su suicidio.
Hay que aclarar que Carlos Rangel y Sofía Imber habían sido los fundadores de la revista “Auténtico”.
No entendemos por qué Rafael Poleo gozaba muchísimo haciendo comentarios por entrega de aquella tragedia sugiriendo que había sido producto de serias desavenencias de Carlos con Sofía, y asomando también (y sobre todo) que tal vez era porque Carlos padecía una “rara enfermedad” como haciendo ver que el pobre Carlos padecía de SIDA.
Escribía textualmente Rafael Poleo en su revista “Autentico” número 519: “Según cuentan algunos allegados, Carlos Rangel venía sufriendo desde hace algún tiempo, una crisis depresiva. Esto hace suponer que el suicidio se venía gestando. La misma versión sostiene que el escritor venía padeciendo una enfermedad incurable. Con regularidad Rangel viajaba a Estados Unidos… Al parecer estos viajes eran por motivo de salud”
Hay que recordar que Sofía Imber tuvo una relación tormentosa con el escritor Guillermo Meneses, su primer esposo, a quien traicionó para irse a convivir con Carlos Rangel.
A consecuencia de estos pavorosos cuernos que le montó Sofía el pobre Meneses, éste sufrió un ACV que lo mantuvo en silla de ruedas por varios años.
Guillermo Meneses era uno de los más notables escritores de América Latina y vivió muchos años en París al lado de Sofía. Muy seguramente fue en París donde Carlos y Sofía se conocieron.
Sofía era una mujer que se las daba de libre y que terminó en libertina según muchas personas entre ellas el escritor Argenis Rodríguez. Sofía se las quería dar de intelectual y lo único que escribió en su vida fue un ridículo librito titulado “Yo la intransigente”.
En los 70’s, Sofía también se las daba Sofía de pava, aún cuando no estaba para eso. Ese librito fue prologado por Arturo Uslar Pietri quien, como todos sabemos, era un gran alcahuete de la ultra-derecha venezolana. Y tan pendejo era el libro como el prólogo: “Este es el libro de apunte de un periodista extraordinario. Del que se atreve a decir, del que descubre lo que es pertinente debajo de lo que no lo parece, del que tiene el olfato de la actualidad y el instinto de lo verdadero, de ese Diablo Cojuelo que levanta techos para dejar sorprendidas gentes al desnudo ante el ojo curioso de los que sólo nos atrevemos a desnudarnos vicariamente, de todo eso que hace esa profesión del periodista.”
Sofía se creía tremendista porque escribía en los 70’s contra los burguesitos del Este (los que han estado batallado a muerte contra Chávez y entre los cuales de seguro que se encuentran Leopoldo López, Henrique Capriles Radonski, Julio Borges, …) de esta manera: “ Los jóvenes de hoy mientras más se les da, más piden. Son jóvenes que loa diecisiete años ya han viajado por el mundo entero, saben tres idiomas, han esquiado a Sanit Moritz, y hecho pesca submarina en Tahití, conocen el Gracy Horse Saloon en París y el Morocco de Nueva York; han hecho el bachillerato en la academia Phillips, para luego ver si entran a Harvard…” Y se quejaba Sofía que estos niños de bien pidieran tanto y nada dieran a cambio.
Con el sometimiento el país a los más burdos intelectuales y políticos de aquella época, Sofía se hizo toda una celebridad y la llenaron de cargos y honores.
Todos los jeques políticos de la época cuando estaban frente a Sofía se meaban.
Sobre todo Carlos Andrés Pérez quien era un soberano ignorante. Carlos Andrés Pérez dijo en un programa de televisión: “Como dijo Andrés Eloy Blanco: caminante no hay camino se hace camino al andar…” que todos sabemos es de un poema de Antonio Machado.
Entonces a Sofía la hicieron dueña del arte nacional. La nombraron por saecula saeculorum directora del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (MACC).
Pues bien, mientras Sofía se daba la gran vida en Caracas con su marido Carlos Rangel, su ex marido Guillermo Meneses se consumía en una silla de ruedas.
Tanto Rangel como Sofía fueron adoptados por el Canal Venevisión de los Cisneros para que sostuvieran una guerra a muerte contra el comunismo en América Latina y en el mundo. Sobre todo una gran guerra contra Cuba y en contra de Fidel Castro.
Aquel canal, como se recordará siempre fue un refugio de la gusanera cubana, la misma que amaba con fruición Rómulo Betancourt.
Hay que decir que Carlos Rangel fue uno de los intelectuales anticomunistas más importante de América Latina en cuya obra se inspiraron tipos como Mario Vargas Llosa, Carlos Montaner y Plinio Apuleyo Mendoza, los parieron copiándose de Rangel (“Del buen salvaje al buen revolucionario”) aquella bazofia llamada “El Perfecto Idiota Latinoamericano”.
Pero esto será tema para otro artículo.
jsantroz@gmail.com