Un político debe ser en esencia también un filósofo: debe estudiar, leer y pensar mucho.
Lo más difícil de todo es pensar.
Dudar es igualmente complicado.
Henrique Capriles Radonski jamás se ha leído un libro porque nunca lo ha necesitado.
Él nació ya “jecho”.
Él dice que no le hace falta leer, y que ha llegado a donde ha llegado porque es producto de una necesidad de la gente de su clase.
Él dice: “si hace falta algo, la gente lo busca y tendrá que encontrarlo. A mí me han encontrado”.
Y es así.
Cuando lo encontraron le dijeron lo que debía decir y a lo que debía circunscribir sus ideas en su campaña, y le machacaron cuatro cosas en su cabeza: Progreso, Futuro, Desarrollo y Evolución.
El asesor norteamericano de su campaña le aseguró:
“-Usted no se salga del esquema que le hemos preparado y de ese modo podrá llegarle a mucha gente. No toque el terreno del enemigo porque allí estará usted perdido”.
Capriles se reúne dos veces por semana con su equipo asesor de la campaña y este equipo sólo se concentra en la terminología que debe usar que debe ser muy vaga y etérea.
Se le ha prohibido terminante al candidato de la MUD hablar de capitalismo, de socialismo, de marxismo incluso de evolucionismo.
Nada de ningún ismo.
En último momento se le pidió que hablara de quitarle la R a revolución, porque bueno es muy bello ver a la gente “evolucionar”, y “evolucionar” es “vivir mejor”, ganar mucha más plata, tener muchos bienes, viajar, gozar y estar cada vez en posibilidad de estar recibiendo muchos más bienes materiales.
Capriles pidió a su equipo asesor, antes de usar la palabra evolución una explicación filosófica del término pero le prohibieron terminantemente meterse con ideas que lo fueran a enredar. Se le dijo que en último caso sólo hablara de transformismo.
- ¿Y si después dicen que yo soy transformista?
Una salida de esas de doble sentido con la que le gusta jugar.
- ¿Y si me preguntan si soy o no darwinista, que yo de eso no sé nada?
- Ríase – le contestaron, e incluso le mostraron como debía reírse, mostrando una elocuente mueca.
Lo que no podrá entender nunca Capriles es que la llamada evolución no necesariamente puede tener una dirección humana digna, noble, espiritual.
Rómulo Gallegos, por ejemplo entendió que la evolución a la que nos llevó el “progreso petrolero” produjo un holocausto humano y mental en Venezuela. Porque entonces el país evolucionó a partir de la explotación histórica del pasado, de las relaciones laborales feudales entre los latifundistas y el conuquero y el peón [1].
¿Entonces cuál es esa evolución que nos plantea Capriles, ir hacia las lacras de los burdeles, las ferias caninas, los entretenimientos a lo Walt Disney, las del garito y las borracheras callejeras?
Capriles propugna la evolución que nos llevará a la esclavitud, al callejón sin salida de los desheredados de la tierra; a la pocilga de los parias, de los miserables sin patria y sin esperanza alguna.
Evolucionar para él es entregarse, venderse, someterse, putearse.
jsantroz@gmail.com
[1] Véase Harrison Sabin Howard (1984), Rómulo Gallegos y la Revolución Burguesa en Venezuela, ob. cit., p. 102-103.