Transcurría 2010 cuando una brujita, de esas a quienes las plantas
televisivas le dan espacio para seguir embruteciendo a la gente, hizo unas
predicciones dignas de la inteligencia escuálida.
Me enteré de las mismas, gracias a mi vecina, quien como de costumbre
cuando ocurre un hecho que la llena de esperanzas, se encontraba, bien
tempranito, barriendo el frente de su casa, esperando a que saliera para
decirme con toda la ironía de que es capaz: ¿Viste?, ahora si se jodió el
negro de Sabaneta; Adriana Azzi le echó la maldición que nos hacía falta.
Apenas tuve la oportunidad, busqué en la Internet información sobre lo que
decía mi vecina y lo que encontré me motivó a escribir lo siguiente:
“En la farándula venezolana hay una brujita escuálida que con sus
predicciones alimenta el odio y renueva la esperanza de algunos enfermos
del alma. Cierto es que se tiene que ser imbécil para creer en los
poderes que se atribuye esa que llaman Adriana Azzi, pero lamentablemente,
como hay de esos.
Veamos lo que dijo esta tierna y bien intencionada brujita en sus
predicciones para el año 2010:
“Está muy próxima la muerte de Hugo Chávez, será ahorcado con toda su
familia y seguidores en una plaza pública muy conocida. Habrá dolor, sangre
y llanto, pero a los pocos días nadie se acordará del maligno…
Un sector popular en Caracas será definitivo. Allí comenzará la
sublevación de verdes: Un pequeño cuartel enciende la llama de la libertad
que cada militar institucional lleva por dentro,nuestros ejércitos darán la
cara a tiempo y recibirán ayuda de un ejército foráneo muy poderoso.
La injusticia no es eterna, hay muchos sacrificios, las aceras y las calles
se inundan de rojo sangre, llanto de madres, tal como una vez pasó hace más
de 200 años cuando obtuvimos la independencia.
La ayuda llegará a tiempo. Hombres de cascos azules intervienen, águilas
volando llegan del norte a proteger a los civiles, grandes dragones que
echan fuego por la trompa se unen en la batalla junto con Delfines gigantes
en el Mar Caribe. Todos con un solo fin: Eliminar a las milicias
insurgentes que quieren que permanezca el ser maligno en el poder.
Los usurpadores rojos serán eliminados uno a uno, sin piedad, en un campo
deportivo. No quedará rastro de ellos. Una nueva generación de raza blanca
los sustituirá y llegará la paz y felicidad a mi país”.
¿Qué les parece? ¿Tiernita, verdad?
Nadie en su sano juicio escribiría más de una cuartilla para tratar las
imbecilidades de esta brujita, pero nos vemos obligados a pasar por locos,
pues la nueva Merlín en sus últimas predicciones se fue de la lengua y
delató (o confirmó) el plan escuálido destinado a desconocer los resultados
electorales y desatar un conflicto del que les aseguramos saldrán con las
tablas en la cabeza.
Veamos lo que ha dicho ahora la brujita escuálida:
“El ganador será, por votos, el candidato de la oposición, aunque digan lo
contrario en un drama esperado. Los ánimos se caldearán desde antes. No
querrán reconocerlo. Se entrará en un estado de suspensión, expectativa,
habrá toda suerte de objetivos egoístas, un período de prueba, la lucha
contra un punto de vista único (…) pero al final se tomará una firme
resolución y se superarán las dificultades (...) Emergerá la victoria como
salida del tártaro".
Del miedo y del terror se pasará a la calma y la esperanza. Con firmeza y
seguridad Venezuela alcanzará el logro y la victoria del restablecimiento
de un Estado de derecho que nos ha sido negado hasta ahora.
Venezuela tiene su propio destino y allí no está escrito el nombre del
candidato presidente. No lo veo perpetuándose indefinidamente, no lo veo
venciendo la resistencia civil inminente.
El 7 de octubre habrá trabas en el camino, lentitud, fallas de
electricidad, problemas en el sistema automatizado, agresiones y
atropellos, muros impuestos para hacer desistir del derecho al voto. Aun
así el pueblo derrumbará todos los obstáculos, se unirá en un solo poder y
hacia un sólo camino que es defender el voto”
¿Adivinos en el siglo XXI? ¿Casualidades a estas alturas del juego?
¿Coincidencias fortuitas?
Ya estamos muy viejos para creer en esas pendejadas. Algo sabe la aprendiza
de bruja y en su afán protagónico e intentando relanzar su imagen de
adivina hace estas predicciones, que no son más que el plan escuálido que
tantas veces ha sido denunciado.
A la brujita le encantaría gritar: ¡Yo lo dije! ¿Vieron que si soy
adivina?“
Mosca pues, que en ocasiones vale la pena prestar atención a los
deslenguados.
arellanoa@pdvsa.com