Cuánta arena ha tenido que tragar Manuel Rosales viendo toda la gente que le ha traicionado: Ramos Allup, Omar Barboza, Pedro Pablo Pérez, Ramón Guillermo Aveledo, William Dávila Barrios, Alfonzo Marquina,…

Solo, abandonado, dejado de lado, traicionado por su mejor amigo Pablo Pérez. Y tener que callar por tanto tiempo. Y tantas cosas que le habían prometido: solidaridad eterna, entregar total a su dirección y liderazgo y se cogieron el partido y lo echaron a la basura.

Y ha callado estoicamente.

Apuñalado por sus mejores amigos, socios y compadres, y lejos de su tierra, a donde su mano no llega.

Su esposa Eveling ya no aguanta más hipocresía. Más besos de Judas.

La cuerda se tensa cada día que pasa.

Qué pajón tan mayúsculo te han echado Manuel. Nadie se acuerda de ti. Nadie te nombra en la campaña. Eres para la MUD, para UNT, para la gente que tú tanto ayudaste, peor que un leproso.

Peor que un muerto.

No figuras en nada, ¿y a qué precio es ese tu silencio?

Así le paga esta oposición materialista, ingrata a todos los que se han lanzado contra la revolución bolivariana; así le pagaron a Pedro Carmona Estanga, a Carlos Fernández, a Carlos Ortega, a Cabeza e´ Motor, a Nixon Moreno, a Eduardo Lappi y a Eduardo Manuitt…

Pero tú, Manuel que fuiste candidato a Presidencia de la República; que reuniste a tu lado a millones que hoy no se acuerdan de ti. Qué de ilusiones. Qué poco dura la gloria de verse envuelto en el olor de las multitudes.

Tú sabes Manuel que Capriles no ganará las elecciones y por eso tal vez esperas la dulce venganza. Qué triste es saber que hayas perdido todo. Que sepas que Primero Justicia, así como desprecia a los adecos y copeyanos, a ti también te ha echado a la basura. Tú estás profundamente convencido del daño horrible que sufrirías tú y la poca gente leal que te queda si Capriles llegara a ganar.

Manuel, hoy serás muchas las verdades que se te revelan como hirientes puñales que te destrozan el corazón. Tu mujer Eveling conoce a fondo el alma miserable y mugrienta de aquellos que se decían tus amigos. Ella recita esos versos, Verdades Amargas, melancólicos y malos de Julio Florez, y te los dedica, Manuel:

Yo no quiero ver lo que he mirado

a través del cristal de la experiencia;

el mundo es un mercado donde compran

honores, voluntades y conciencias.

Amigos: es mentira, no hay amigos:

la amistad verdadera es ilusión;

ella cambia, se aleja y desaparece

con los giros que da la situación.

Amigos complacientes sólo tienen

los que disfrutan de ventura y calma;

pero aquellos que abate el infortunio

sólo tienen tristezas en el alma.

Si estamos bien, nos tratan con amor,

nos buscan, nos invitan, nos adulan;

mas si acaso caemos, francamente,

sólo por cumplimiento nos saludan.

el que nada atesora, nada vale

y en toda reunión pasa por necio,

y por más nobles que sus hechos sean,

lo que alcanza es la burla y el desprecio.

En este laberinto de la vida

donde tanto domina la maldad

todo tiene su precio estipulado:

el amor, el parentesco y la amistad.

Lo que brilla no más tiene lugar,

aunque brille por oro lo que es cobre;

lo que no perdonamos en la vida

es el atroz delito de ser pobre.

Nada en el mundo es perfecto, puro y sano;

todo se halla a lo impuro entremezclado;

el mismo corazón, con ser tan noble,

cuantas veces se encuentra enmascarado.

Existe la virtud, yo no lo niego,

pero siempre en conjunto defectuoso;

hay rasgos de virtud en el malvado,

hay rasgos de maldad en el virtuoso.

La estupidez, el vicio y hasta el crimen

podrían tener su puesto señalado;

las llagas del defecto no se ven

si las cubre un diamante bien cortado.

Y a nadie habrá de herir lo que aquí digo,

porque ceñido a la verdad estoy;

me dieron a libar hiel y veneno;

veneno y hiel en recompensa doy.

Y si peco en las palabras toscas

de estas líneas oscuras y sin nombre,

doblando mis rodillas en el polvo,

¡pido perdón a Dios y no a los hombres!


jsantroz@gmail.com