El pasado jueves 4 de octubre , día del cierre de campaña de la opción Patriota, estuve en la gigantesca y amorosa concentración. El soberano palo de agua que cayó aquella tarde, nos bendijo y enalteció aún más la belleza de un pueblo que con frenesí esperaba a nuestro máximo líder, camarada Comandante Hugo Chávez. Se formaron lagunas, pero allí nos quedamos.
El primer millon de votos lo obtuvimos con una humilde mujer que para mi representó el sentimiento más puro: descalza, con el agua más arriba de sus tobillos pero estaba sonriente, y sostenía en sus manos unos modestísimos zapatos deportivos rosados. Le dije que se los pusiera para que no se mojara tanto, la mujer alzó uno de sus pies y me dijo: -míralos, están protegidos, son los callos que se me han formado de tanto trabajar, igual tengo mis manos - y estos zapaticos los compré ayer para que mi presidente me viera bonita. Lloré.
El otro millón de votos , lo logramos con Luis, un joven de 18 años, el de Caucaguita, en Petare. Un mes antes de las elecciones, una bala fría lo había herido en la cabeza; se salvó , pero quedó inmóvil; sin embargo, con los días, comenzó a balbucear algunas palabras, abrió los ojos. En ese momento, estaban transmitiendo la concentración del día jueves 4, pudo entender de qué se trataba y comenzó a llorar y a pedir que por favor lo llevaran a votar el día de las elecciones, era su primer voto y para Chávez; había perdido la cédula aquel día de su accidente y rogaba lo llevaran para obtenerla,el día sabado 6 hubo un operativo de cedulación y sus familiares lo ayudaron y lo trasladaron hasta uno de esos centros; lo logró, y el domingo 7 O., votó.
Ejemplos como estos hay muchos, son los votos del AMOR y representan los dos millones que faltaron para completar la meta.
Hay muchas lecturas sobre nuestro contundente triunfo el 7O. Un vendedor ambulante me dijo: ¡Nos salvamos! Mientras, en la plaza Altamira de la Gran Capital, unos 30 inadaptados sociales, de clase media, protegidos por el alcalde de ese municipio y su ya famosa policía, propician actos vandálicos. Qué acertado está el vendedor ambulante.
Reflexionemos...
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¡NO A LA IMPUNIDAD!!!
