Es lugar común oír decir y vociferar a los cuatro vientos a quienes no comparten este proceso político que hoy vive Venezuela, que es necesaria y urgente la reconciliación entre los venezolanos, y es probable que así haya sido siempre esta necesidad hoy planteada, solo que hay que advertirles bien claro y contundentemente que será posible si y solo si siempre y cuando la Reconciliación que ellos proponen no signifique, que esos venezolanos privados de calidad de vida, tengan que replegarse al cerro a vivir silenciosamente su drama de miseria en un país de tanta riqueza, porque esa era la reconciliación que hasta el Caracazo de Febrero de 1989, había en Venezuela, Si esa es la reconciliación a la que la derecha venezolana convoca, están bien equivocados.
Si pretenden que el pueblo sencillo y llano se arrincone y no tenga visibilidad, vuelven a equivocarse, y aquí hay una muestra de lo que decimos de ellos, que conforma los barrios de Caracas y el resto del país, los sin techo y los que siempre han vendido la fuerza de su trabajo por un miserable sueldo para que otros se enriquezcan, los que hasta 1998 conformaban ese grosero 49 porciento de pobres y 17,7 porciento de pobres en condiciones extremas, hoy reducida a 27,4 y 7,3 porciento respectivamente (cifras avaladas por la CEPAL y Naciones Unidas a través del PNUD), pasar de 300 mil pensionados en 1998 a 2 millones 400 mil en 2012, este pueblo es el que mas nunca permitirá ser metido nuevamente al cuarto del olvido.
Hoy vivimos 14 años de un proceso político que con todas sus imperfecciones le ha dado visibilidad a los pobres y esa visibilidad no ha sido de dadivas como lo quieren hacer creer los opositores, NO señores, es un proceso que le está diciendo al pueblo cuáles son sus derechos y deberes en esta patria, le está dignificando en la medida de sus posibilidades, le está enseñando a abrir los ojo, a organizarse, a aprender a leer y escribir, a que es un pueblo protagónico y participativo; lógicamente que debe acelerarse un proceso ideológico de formación en el pueblo, para que entendamos que hay que trabajar, que hay que producir, que hay que hacer un esfuerzo colectivo por superar toda la deuda social que la cuarta Republica nos dejó de pobreza y miseria, que no podemos esperar y pretender que todo lo haga el papa Estado; esta es quizá la gran cruzada que en estos próximos años hayamos de emprender en Venezuela.
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