La oposición quiere violencia

A medida que se avecina la contienda electoral provocada por la ausencia física del Comandante Presidente Hugo Chávez Frías, desde el pasado 5 de marzo y que reactivo la convocatoria a elecciones por parte del CNE, de acuerdo al artículo 233 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la oposición a entrado en un estado de locura incontrolable.

Su desesperación, representada por su candidato y sus seguidores enfermos desde hace mucho tiempo por disociación sicótica, se ha manifestado en los últimos meses fuera de toda racionalidad. La misma tuvo su mayor éxtasis, al momento de la muerte del líder del proceso revolucionario, cuando el majunche ofendió a la familia presidencial y faltó el respeto al dolor del pueblo venezolano.

Todos estos signos, para nada extraños a los seguidores del Comandante, desde el momento mismo que apareció en la escena política habían sido contenidos por el propio Chávez, quien es y seguirá siendo la garantía de paz para el pueblo venezolano.

En más de una oportunidad se le escuchó decir al Presidente que le gustaría tener en Venezuela una oposición decente y de altura, para sentarse con ella a discutir los variados problemas de nuestro país; pero al parecer, esta oposición cada día fue deslastrándose de su pasado y convirtiéndose en una masa sin ideas, inspirada sólo por el odio; incluso superior al motivado por la lucha de clases experimentado por nuestra sociedad en el siglo pasado y sólo comparable, al máximo estado de fascismo al que llegaron muchos países del mundo con la segunda guerra mundial.

Cuando ya está definida la candidatura de la Revolución Bolivariana en el escenario político de nuestro país, gracias a la visión futurista de Chávez al escoger a Nicolás Maduro como candidato; la contienda se avecina y todo parece indicar, que el signo de la oposición es el de la confrontación y la violencia.

Ahora más que nunca debemos prepararnos todos los venezolanos y en especial los revolucionarios, para entender como la maquinaria del imperialismo tratará se atizar el odio y los enfrentamientos, como señal de la desesperación y no el de un comportamiento racional y político de las ideas.

La estrategia es la de borrar todo vestigio de la presencia de Chávez en el sentir del pueblo venezolano y desaparecer por adelantado, todo lo que signifique logros y conquistas para la mayoría de los venezolanos, en especial de los excluidos; como por ejemplo, las misiones.

Igualmente, los ciudadanos estaremos sometidos a los más feroces ataques expresados en la escasez de alimentos y productos de primera necesidad, para atribuir su carencia al gobierno y a las fuerzas revolucionarias.

Todos los mensajes que dejó nuestro Comandante y su legado siempre estuvieron orientados a la consolidación de una política basada en la paz. No será para nada extraño que a la calle salgan de nuevo los alborotadores y provocadores de oficio.

El mensaje está muy claro. La oposición quiere violencia, pero la defensa del pueblo consciente debe estar expresada en su ejemplar comportamiento el cual fue puesto a prueba con la muerte del Comandante.

El próximo 14 de abril tendremos un nuevo reto cuando a nombre del Comandante Chávez obtengamos el triunfo más glorioso que jamás haya conocido Venezuela. Será allí, cuando recibirá la oposición venezolana la más estruendosa derrota que nunca antes habían recibido en su historia.

¡Venceremos!.

arellanomt@hotmail.com







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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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