Anoche, en su alocución cacafónica, Capriles apareció vago, confundido y azaroso. Como si no supiera si le tocaba correr o encamararse. Capriles no cree en su gente. Ese pertinaz caceroleo ya fue puesto en práctica en el 2001 y en el 2003, que además de aturdir, lo que provoca es más frustración y desengaño. Capriles sabe que su gente es la misma que le dio la espalda a Manuel Rosales cuando éste cogió las de Villadiego. Capriles ve próximo un gran peo y lo pueden coger con ganzúa cuando los fiscales del ministerio público comprueben que hizo llamados para incendiar el país. Es patético la manera en que se encogió como un puercoespín para llamar a expulsar la gruesa arrechera que les escocía.
Los escuálidos son muy veleidosos, ambivalentes y fofos.
Capriles en su alocución ordenó pasar un video en el que él aparece tal cual es, y entonces sin ir al fondo de lo que se le achaca, sin aclarar nada y sin agregar nada sustantivo a los hechos allí narrados, entró en el terreno de la retórica falaz. Lo esencial fue lanzar un ultimátum al CNE, decir que le robaron las elecciones y que dejaran de andar amenazándolo. Por todo el cañón se ve que le dieron una orden de arreciar el ataque y de tratar de alentar a sus huestes delirantes de odio y de horribles deseos de matar. A las 8 de la noche se produjo la cadena nacional y de inmediato los disociados perros rabiosos sacaron sus atronadoras cacerolas.
Si él anuncia que le robaron las elecciones, es porque realmente se considera derrotado, y ya no tiene nada que buscar en el CNE. Eso de pedir que verifiquen voto a voto, huellas y cuaderno es la ridiculez más grande del universo. En una palabra: lo que quieren es JODER al máximo. Si ya es cierto que perdieron que perdieron y que las máquinas automatizadas no se pueden inventar nada que ellas ya de por sí tengan guardadas, entonces lo que les queda es tratar de mantener a sus perros rabiosas echando baba todas las noches.
Ahora bien, su alocución puede ser igualmente parte de alguna trama que se está pulsando desde del Departamento de Estado. Declarar que las elecciones fueron tramposas, que EE UU y banda no las acepta, que el CNE no es confiable, y que Venezuela cae dentro de la esfera de los países con un gobierno ilegítimo. El único país que le da oxígeno en este momento a Capriles es EE UU.
Estamos no obstante pasando por una situación difícil todavía con el sabotaje económico. Precios elevados en artículos básicos, se incrementa bestialmente todo lo importado; las comunidades no consiguen gas ni cemento.
El pavoroso sabotaje que está realizando la ultra-derecha en la administración pública es de padre y señor nuestro. Hay lugares en Venezuela en los que personal de los CDI's y de los hospitales salieron a cacerolear y es gente dañada que hace lo imposible por perjudicar el sector salud.
Hay que ver el daño pavoroso que esta gente conocida por todo el mundo, que convive diariamente con nosotros, le hace a este proceso. Y nosotros como pendejos nos la calamos. He visto cómo ahora algunos empleados de la administración pública, cuando ocurren apagones llegan y aplauden. ¿A dónde nos puede conducir esta desastrosa lenidad con tamaños criminales y enfermos disociados que no sea a la disolución de la patria, a una guerra civil?
Capriles debe tener algunos contactos con mafiosos poderosos, con militares y organizaciones controladas por la CIA, que se deben estar preparando para un golpe artero contra la revolución. Están buscando el momento para el gran zarpazo. Ayer lo intentaron por Mérida, pero nosotros estuvimos muy alerta y los neutralizamos.
Debemos fortalecer profundamente la acción de las redes sociales en todos los gobiernos revolucionarios. Debemos todos siempre llevar una cámara. Hay que hacerles seguimiento en todo. Inteligencia a millón, inteligencia, inteligencia. .