Pa mi, que los opositores consumen burundanga

No se acuerdan de nada, el chip de los recuerdos lo tienen atrofiado. Los
pobres son víctimas de una amnesia que los hace parecer ciudadanos
indefensos, que vagan por el mundo diciendo yo no fui, no me acuerdo, no
sabía lo que hacía.

Quien esta nota escribe, siempre ha afirmado que esa gente es víctima de
una disociación creada por los medios de comunicación y alimentada con
las lumpias que se fuman antes de desayunar.

A estas alturas no son muchos los que ponen en duda lo de la disociación
psicótica, pero en honor a la verdad, eso de andar por el mundo viviendo
sin memoria se parece más a la enfermedad con nombre de alemán, que a
otra cosa.

Tiene que haber otra causa para explicar por qué el filósofo del Zulia
firmó el decreto de Carmona “sin saber lo que firmaba”, si apenas cinco
minutos antes de que lo hiciera, Considerando Romero lo había leído con
una emoción, que arrancó lágrimas y aplausos a la crema y nata del
escualidismo nacional.

De igual manera, no es suficiente el cinismo para explicar cómo la
emoción que embargaba a Cecilia Sosa mientras ayudaba a redactar el
decreto del carmonazo, pudo ser olvidada así como así. La pobre debe ser
víctima de algo que le destruye los recuerdos peligrosos.

Tampoco creo sea el miedo a la justicia, lo que motiva a Capriles
Radonski a decir que el no recuerda alguna acción suya que pueda
interpretarse como un acto de complicidad o promoción del asalto a la
embajada de Cuba o que originara la matanza del 15 de abril pasado. Algo
más poderoso debe estar dañando los cerebros de esta pobre gente.

Es increíble, por ejemplo, como a Richard Mardo y JC Caldera olvidaron
las verdaderas razones para las cuales recibieron una bola de billetes de
procedencia ilícita. Esos olvidos tienen su causa raíz en otra vaina.
¿Y qué decir de Teodoro? A ese se le olvido hasta el rencor que le tenía
a los adecos. Su falta de memoria, que algunos achacan a la edad, es
alarmante; perdió todo contacto memorístico con el pasado. Al punto, que
le parece una canallada que alguien diga que alguna vez afirmó que el
imperialismo norteamericano es el enemigo natural de las luchas que por
la libertad y la justicia libran los pueblos de América Latina.

En fin, para no seguir con la larga lista de desmemoriados, debo
preguntarle: ¿qué piensa usted amigo lector? ¿será brujería o en verdad
Chávez los puso locos?

Voy a atreverme a lanzar una hipótesis y perdone si no la comparte. Para
mí, todas esas reuniones secretas que tiene la oposición son para
repartir burundanga.

Si, amigo lector, es la burundanga la que las ha hecho olvidar todos esos
“pecadillos” que han cometido en los últimos años.
Ahora, lo peor no es que anden por este mundo de Dios olvidando lo que no
les conviene; lo verdaderamente peligroso es que aspiran a que todos nos
convirtamos en adictos a la burundanga.

Si lo pone en duda observe lo que responden cuando alguien les recuerda
lo que han hecho; de inmediato exclaman: ¿van a seguir con eso? ¿van a
seguir con el tema del golpe y el sabotaje petrolero? Olvídenlo, eso ya
pasó… en otras palabras, date un pase con burundanga.


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Alexis Arellano


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