Hay que estar bien lleno de odio hasta las vísceras, para aprovechar, el llamado al ayuno por la Paz que hizo el Papa Francisco, para atacar con saña al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Pensamos que ese reconcomio del Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo era únicamente contra Chávez. Muerte éste, pensamos que su bilis estaba quieta. Pero nos equivocamos. El heredero del Comandante también heredó el odio del Monseñor y de la Curia católica venezolana. Cada semana en su columna del Diario Frontera de Mérida, este cura se quema las neuronas pensando como va a dañar al gobierno con sus ataques disfrazados de orientación moral.
Este domingo 08 de Septiembre se le salió la clase, como decimos o hablamos los marginados de este país. Comienza con ésta perla escupiendo para arriba: “Vivimos en un mundo de “saciados”.Unos porque lo tienen todo y se olvidan de los demás y otros porque a través de la publicidad o del abuso del poder pretenden comprar conciencias y voluntades. Se trata de no dejar pensar a la gente, de no darles oportunidad a que piensen, de humillarlos al tener que arrodillarse ante quienes intentan manipular “bozalear” a los humanos. (Mira quien habla…si los que siempre ha hecho eso son los curas católicos desde que llegaron con Colón a estas tierras).
“El tema de la paz en el Medio Oriente es espinoso. La violación de los derechos humanos es hábito de vieja data en gobiernos que se sienten dueños de todo, incluida la vida de los ciudadanos, sobre todo cuando son disidentes”. La costura se le nota por todos lados. Como dicen en mi pueblo: “No me estas diciendo perro, pero me enseñas el tramojo”. Cualquiera puede sobrentender que el cura de marras, está acusando al gobierno venezolano de violar los derechos humanos y sobre todo la de los disidentes, como Simonovis y los otros policías, que están pagando cárcel,, no por la muerte de mas de 50 venezolanos durante el golpe del 11 de Abril, sino por ser enemigos del gobierno.
“Por otra parte, nuestra patria (queyo sepa, los curas no tienen mas patria que El Vaticano) está transitada por una violencia creciente que no solo se manifiesta en el escalofriante numero de muertes, sino en el abuso permanente y compulsivo del poder en todos los campos. Se tienen derechos si se acatan sin chistar las directrices gubernamentales”. Si éste cura hubiera vivido en un país, en tiempos de dictadura, no habría estado vivo ni 24 horas. Decir todo esto de un gobierno y que no le pase nada, es una muestra del tipo de libertad que gozamos los venezolanos. Mas bien se le protege y se le financia para que salve almas y el muy porfiado continua buscándose males sin necesidad. Tranquilo Monseñor que usted morirá en Santos Oleos y no entrará en las estadísticas que semanalmente se producen en Venezuela. La única manera de saber que estamos en Revolución y que vamos por buen camino es, recibiendo sus ataques, para no ir por el camino por donde usted nos aconseja.
“Ayunar es desterrar de nuestro corazón todo sentimiento de odio y exclusión. Así la oración y la penitencia adquieren sentido”. En mi pueblo el cura nos decía: “Hagan lo que yo digo, pero no hagan lo que hago”,. O sea sigan mis enseñanzas pero no imiten mi ejemplo. Ojalá que usted monseñor, en su estadía, estos días en el Vaticano, ayune y ore por nosotros los pobres y desposeídos y logre que su corazón destierre todo el odio que mantiene todavía contra El Comandante. Perdónele por no querer seguir sus consejos en la Orchila, aquella nefasta noche del 13 de Abril. El, seguro, hace tiempo le perdonó a usted.
Juanveroes64@hotmail.com