Cuando observamos a las tres personas –“trilogía del mal”– que se disputan el ¿liderazgo? de la oposición, nos damos cuenta que todas están relacionadas con las familias que dominaban a los políticos otrora.
Son hijas e hijos de “papá”, de los “grandes cacaos”, de la oligarquía parasitaria, es decir: son parásitos con dinero.
Cuando vemos los rostros de la “trilogía del mal” –cuarentones que ocultan su presbicia– nos encontramos con que no disimulan su odio; sus ojos son como puntas de lanzas envenenadas, sus arrugas son cicatrices suturadas con ira y venganza.
Cuando la “trilogía del mal” habla, de sus bocas brota la arrogancia y el desprecio hacia el pueblo, ya que se creen superiores.
Invitamos a los opositores, a los defensores de la “trilogía del mal”, a que busquen en los municipios gobernados por la oposición algún hecho, obra o ejemplo de democracia o participación protagónica de los ciudadanos.
Les invitamos a revisar la gestión de los alcaldes opositores: cuántas obras sociales se han hecho, cuántas becas se han entregado, o escuelas construidas, campos deportivos construidos o remodelados, etc.
Amigos opositores: pongan a un lado su odio, reflexionen aunque sea unos segundos y busquen en el mapa de Venezuela algún municipio opositor que sea un ejemplo para el país.
A la oposición, a la “trilogía del mal”, no le importa destruir el país, dejar a las niñas y niños sin leche y alimentos.
Amigos opositores, por la proximidad de las elecciones municipales, el truco ha sido que los ¿empresarios? han desaparecido desde el papel higiénico, las medicinas, repuestos, hasta la harina de maíz, con el objetivo de que usted vote contra el Gobierno.
Amigos opositores, les invitamos a hacer oposición desde la razón, a salir del camino del odio de la “trilogía del mal”.