Desde el mes de Febrero de 1999 una tendencia política encabezada por el comandante Hugo Chávez ocupa los espacios de poder en Venezuela, y si no los domina completamente, por lo menos ejerce alguna influencia considerable en ellos. En la medida en que el tiempo ha recorrido su paso inexorable, estos espacios se han venido ensanchando, con algunas diferencias en la velocidad de “conquista” de acuerdo a las coyunturas que ha atravesado el país. Mientras tanto, las fuerzas políticas que dicen hacerle frente han sabido pactar de acuerdo a sus necesidades, replegarse o simplemente irse por los caminos más fáciles y que en muchos casos los ha sumido en el más profundo de los desprestigios y al país en las más calamitosas situaciones.
Tal vez este comportamiento político es el que produce mayor antipatía en el seno de la opinión pública, no solo para quienes simpatizan con la oposición, sino para quienes desde el gobierno propugnan alguna forma de entendimiento con los sectores que le han jugado bastante sucio a todo el país. Es una situación bastante penosa ya que Venezuela requiere de una oposición seria, responsable y patriota; sin embargo mientras los grupos que por ansias de poder y no por estrategia política, están unidos para desplazar del gobierno al chavismo mantengan tal premisa política como eje de su proceder no lograrán sus objetivos políticos, si es que los tienen. En este sentido, la oposición venezolana presenta el desarrollo patológico avanzado de ciertas aberraciones entre las cuales se pueden citar:
1.- La oposición venezolana no tiene proyecto político: No tiene un plan para ofrecer al país, no existe una propuesta concreta de cuáles serían sus acciones en caso de alcanzar el poder, por lo tanto sus ofrecimientos son engañosos.
2.- La oposición venezolana es golpista: no se requiere mayores explicaciones, paradójicamente la mayoría de quienes encabezan las distintas facciones que se oponen al gobierno venezolano, también lideraron o apoyaron abiertamente el golpe de estado de Abril de 2002 y acciones criminales como el sabotaje petrolero de diciembre 2002- enero 2003, que solo al gobierno venezolano (sin contabilizar las pérdidas para empresarios privados, superaron los 20 mil millones de dólares y pretendieron sumir al pueblo venezolano en una situación de hambre al limitar la producción de rubros de primera necesidad, algo parecido están haciendo ahora, pero con la anuencia –deliberada o no- de la ineptitud que distingue al gobierno.
3.- La oposición venezolana no tiene liderazgo: hace 14 años fue Irene Sáez, luego Henrique Salas Romer, después vinieron unos grupitos integrados por generales sin tropa, y representantes de algunos gremios, después vino Manuel Rosales, un personaje con serias limitaciones intelectuales y hoy contamos con un caballerito fabricado en los laboratorios mediáticos y apuntalado por una trayectoria política sustentada más en sus apariciones audaces en televisión y su origen pudiente que en sus logros como dirigente: Henrique Capriles. A este paso tal vez la oposición venezolana en corto plazo termine como aquellos romanos que eligieron a un caballo como senador, tendremos a un mono, un chigûire, o un perro como líder en las elecciones del 2018.
4.- La oposición venezolana es irresponsable: en el 2002, arrastró a sus simpatizantes a lanzarse a una manifestación en la que sus dirigentes estaban enterados de antemano de las muertes que sucederían en ese evento, luego en diciembre de ese mismo año, los obligó a hacer colas para surtirse de combustible, gas doméstico y alimentos. Más tarde en 2004, cantaron fraude en un referéndum revocatorio que ellos mismos habían solicitado y donde habían reconocido previamente la transparencia del Consejo Nacional Electoral, aún algunos con buena memoria están esperan las tan publicitadas pruebas que anunciaron en su momento y que luego de ocho años no han presentado.
Al año siguiente le impidió a sus seguidores participar en las elecciones parlamentarias del 2005 sin razón alguna. Sus dirigentes se han lanzado a campañas internacionales no solo para desprestigiar al gobierno (lo cual desde su perspectiva política sería comprensible, e incluso hasta aceptable), sino para desprestigiar al país, para denigrar del pueblo venezolano y para poner en duda las potencialidades que tenemos como nación. Hoy mantienen una tesis de “fraude” sobre las elecciones del 14 de abril pasado pero, sus pruebas son inconsistentes, sus argumentos absurdos y sus acciones contradictorias, eso no les impidió llamar a “descargar su arrechera” con un saldo de once muertos, todos simpatizantes de la revolución bolivariana, todos invisibilizados por la dirigencia que hizo tal llamado y por los medios que la respaldan; no obstante su sempiterno candidato presidencial perdedor es hoy uno de los principales voceros que alientan a la participación el 8 de diciembre con el mismo CNE que le “robó” las presidenciales, curioso, no?
5.- La oposición venezolana no promueve valores, defiende ladrones: creo que Venezuela podría anotarse el no muy agraciado record de llamar a una manifestación pública para defender a un ladrón, ya que la oposición venezolana defiende personajes que han sido puestos en total evidencia y su reacción primaria es protegerlos, victimizarlos y esconderlos tal fue el caso de Richard Mardo o del Secretario de la Gobernación de Miranda, -entre muchísimos otros. Llama la atención como a Mardo si lo defendieron mientras que a Caldera en su oportunidad lo defenestraron, bien podría cualquiera preguntarse, qué sabe Mardo de Capriles y toda esa cloaca para que lo defendieran de tal forma?
6.- La oposición venezolana no es original: solo porque terminaron por darse cuenta de que gracias al gobierno revolucionario que rescató la figura de Bolívar, que puso a los pobres –que somos la mayoría de los venezolanos- en el tapete del discurso político, económico y hasta cultural, que estimuló a los venezolanos –de ambos bandos- a documentarse sobre integración latinoamericana, la constitución nacional, derechos y deberes para la población, etc; les podría dar dividendos electorales, es que ellos ahora lo incluyen en su lenguaje estos temas. Cuántas banderas negras con estrellas blancas vimos en sus lúgubres manifestaciones hace diez años, cuántos no hablaban de Bolívar como un tipito que Chávez vino a sacarlo de la tumba de donde no debió salir jamás, cuántos intelectuales se refirieron a los pobres de nuestro país, como “aquella masa de lumpen y desclasados ignorantes” o “una merienda de negros” (ibsen Martínez dixit….)? Cuántas veces Capriles en la pasada campaña presidencial, dijo que iba a mantener las Misiones y luego de ofrecerles una buena patada por el culo al personal cubano que labora en Venezuela, vino en Abril a decir que hasta les iba a proporcionar la nacionalidad?
7.- La oposición venezolana no tiene pueblo, tiene medios: la enorme proporción de simpatizantes con que cuenta la oposición venezolana cuenta hoy no se debe ni a su liderazgo, ni a la gestión que algunos de sus líderes han tenido en diversas instancias de gobierno regional o local; se debe a la terriblemente mala gestión que el gobierno revolucionario ha tenido en algunas esferas de la vida nacional, regional y local, la cual ha sido magnificada y masificada por el aparato mediático que la respalda; los más de 7 millones que votaron por Capriles en abril de 2012, ni son oligarcas, ni apátridas, ni mucho menos son ricos herederos de las tradiciones de la Compañía Guipuzcoana; son venezolanos de a pie que están profundamente decepcionados por la corrupción, la ineficiencia, el descaro, el despilfarro y la desilusión roja rojita que ha aflorado en estos últimos años; si la revolución cumpliera con la mitad de lo que se ventila en los discursos que su dirigencia vocifera día a día, esos siete millones, se convertirían en no más de 700 mil integrantes de la clase alta y media alta que si tienen mezquinos intereses que perder.
8.- La oposición venezolana no tiene gestión que mostrar: los dirigentes opositores pregonan que ellos van a gobernar mejor; pues resulta que los estados donde ellos ocupan las gobernaciones son los más inseguros del país, sus alcaldes entre los más ineptos (aunque pelean con los del chavismo por el título…..), las obras de infraestructura inexistente en la mayoría de ellos, y el colmo es el comportamiento de un gobernador que en su irresponsable empeño de ser presidente, descuida el estado para el que ha sido elegido gobernador.
9.- La oposición venezolana es apátrida: No aguantan dos pedidos para ir a reportarle a sectores gubernamentales norteamericanos sobre la situación venezolana, admitido además en conversaciones difundidas a la opinión pública, algunos de sus dirigentes más connotados son regulares limosneros en la sede de la embajada norteamericana en Caracas, fueron a rogar ante los poderes legislativos de países como Brasil y Paraguay para que impidieran el ingreso de Venezuela a Mercosur, se reúnen con genocidas como el primer ministro israelí para debatir sobre la situación de nuestro país, aplauden y defienden políticos extranjeros, abiertamente fascistas, injerencistas y criminales como Álvaro Uribe Vélez.
10.- La oposición no quiere distribuir la riqueza de Venezuela, le urge poseerla y aprovecharla: Los sectores que pululan en la oposición a pesar de que se disfracen de jóvenes corderos controlan sectores claves de la economía que aún la revolución no se ha atrevido o no ha querido por inexplicables y absurdas razones ocupar; y se apoyan en esos sectores para mantener una callada pero encarnizada lucha por el control de la renta petrolera contra los sectores de nueva boliburguesía y sectores patriotas que resisten dentro del aparato gubernamental venezolano. Esta lucha no es para distribuir esa riqueza generada por la renta petrolera, es para fortalecer los grandes capitales especulativos que permitieron grandes bandidos como Pedro Tinoco, Leopoldo Sucre Figarella, Gustavo Cisneros, Ciro Febres Cordero, los Vollmer, los Boulton, los Velutini, los Zuloaga y toda esa camada de delincuentes de cuello blanco utilizar a Venezuela a su antojo. Hoy vemos esa lucha transformada en desabastecimiento, inflación, mercado de divisas especulativo, etc.
Esto es apena un bosquejo de los que realmente es la oposición venezolana, y no creo estar lejos de la realidad; una vez un artículo donde criticaba algunas posiciones de la dirigencia de esta revolución que defiendo, apareció publicado en la página “runrunes” de Nelson Bocaranda, ojalá que ese “periodista” tuviera los cojones de publicar este, o por lo menos la delicadeza de no tomar la crítica para manipularla…...