“¡Contra la injusticia y la impunidad! Ni perdón ni olvido”
Bertolt Brecht…
Este país no puede volver a ser gobernado por corruptos, y desalmados, sean revolucionarios u opositores donde el dinero, y el enriquecimiento fácil de cierta casta politiquera que exhiben impunemente es ya insoportable, esta revolución bolivariana no puede permitir una nueva aristocracia político-financiera, que sumerja en la miseria a las personas, la inflación pesa sobre las espaldas de los ciudadanos; así como la carga, y la total impunidad de la dirigencia política del gobierno y oposición en posiciones de poder incursas en hechos de corrupción, que la misma cosa son. En Venezuela no es difícil el corromperse porque el sistema lo permite e incluso lo fomenta. La corrupción es el motor que hace fallar el estado revolucionario bolivariano, sin duda alguna los corruptos garantizan su impunidad cuando algunos mantienen el control del Poder Judicial.
Si la Constitución de la Republica Bolivariana habla de la Separación de Poderes está claro que esta queda vuelta mierda cuando se nombra y controla al TSJ, la Fiscalía General, la CGR etc.
Sin el severo control, y nombramiento de un honorable comité de postulaciones, para que estos funcionarios no se conviertan en unos títeres al servicio de los corruptos perdiendo estas altas instancias la jerarquía, y la obediencia debida a que se cumplan las leyes de la republica en forma total, y no piramidal. Por eso vemos con estupor que la justicia se pone a favor del delincuente cuando este es un político importante. Porque en estos casos no se actúa como es su obligación, con independencia, como se hace en forma esquemática, en democracias socialistas consolidadas.
La DEM del TSJ, no puede ser un órgano judicial absolutamente politizado, y que se inmiscuya en la independencia de cada juez en su juzgado, ya que tiene el poder de sancionar, abrir expedientes, y decidir sobre el ascenso y la estabilidad de los magistrados en la carrera judicial. A veces parecen correas de transmisión del poder ejecutivo, y legislativo, que era lo que se veía en la IV Republica, y esto no puede ser la misma cosa en la Revolución Bolivariana. Y, por lo tanto, esto no puede estar bajo el control de ninguna clase política, de una oligarquía de muy pocas personas que lo decide todo en Venezuela.
Si queremos construir una sociedad socialista con un estado de derecho fuerte (Articulo 2 de la CRBV) la justicia no puede estar total y absolutamente en manos de los políticos. Tienen que ser organismos judiciales que interpreten la legalidad de las leyes que aprueba la Asamblea Nacional. Sus miembros no pueden ser nombrados por el Jefe del Estado o/a componendas en el parlamento. La intromisión de los políticos en esos organismos terminan politizados, ya que sus resoluciones muchas de las veces son ridículas, y a conveniencias que nos se ajustan a lo que dice la Constitución, y a las normativas que dicen velar.
Sus miembros, deben ser juristas de reconocido prestigio y, no rábulas del derecho que deban sus cargos a un partido político determinado, conformándose unas mayorías de miembros que siempre se sabe lo que van a votar previamente, según la orden que reciban. Realmente para luchar contra la corrupción, y la inversión de valores en la sociedad venezolana, hace falta mucho recato de los diputados de la AN, donde hay que reconocer que la mayoría de sus miembros deben sus cargos al malabarismo, y al servilismo. Si todos estos poderes se vuelven a constituir de esta forma respondiendo a intereses políticos, aquí no habrá independencia ni patria socialista democrática y bolivariana ¿qué podemos esperar los ciudadanos, si esto se vuelve a repetir?
En Venezuela no puede existir un control vergonzoso, y de manipulación política de la justicia. Porque todo el sistema político venezolano no puede convertirse en un círculo vicioso de impunidad, una cuadratura del círculo de la criminalidad, permitiendo a los funcionarios públicos delinquir sin temor porque en Venezuela, existe control del poder judicial, esto debe ser un precepto imprescindible en una democracia socialista como la que queremos construir.
El control y manipulación de la justicia es grave para el desarrollo social, económico y político de una nación. En Venezuela la impunidad, y la corrupción están casi garantizadas porque el crecimiento de una nueva elite política de ricos es tan grande que vemos casos donde no se le ha abierto juicio a ningún político pesado. Y si acaso llega el juicio ya se han garantizado los mecanismos para la prescripción de los delitos. En Venezuela es muy raro que un político entre en prisión por delitos de corrupción (los que entran es por manipulación o venganza) a pesar de que son innumerables los señalados por hechos de corrupción. Lo peor es que muchas veces estos políticos marcan la milla hacia USA, ante los ojos atónitos de la ciudadanía, después de haberse robado los recursos públicos pero sin haber podido pagar una condena.
El círculo vicioso de la impunidad, es el miserable manejo del recurso judicial. Es decir que, después de todas las dificultades, y palos en la rueda que ellos mismos le ponen a la justicia, si se produce un juicio, con un inminente ingreso en prisión, ahí mismo le tienen listo el sobreseimiento. Es esta la perfecta cuadratura del círculo, maravillosamente creada por esta nueva mesa de dialogo, donde re-debutó el padrino mayor Henry Ramos Allup, y de este asunto no se habló. En Venezuela si no se nombran los nuevos titulares de los poderes públicos con una total transparencia, se corre el riesgo de pasar a un mayor estado de descomposición. La corrupción, y la impunidad huelen cada día peor.