En su momento le escuché decir al Presidente Obrero, Nicolás Maduro: me dolieron las cartas que hizo Rubén Blades –misivas en las que el cantante hablando de Venezuela se puso del lado del “Tiburón”- porque yo lo quiero y lo respeto mucho, y tiene razón, pues uno termina teniendo mucha simpatía por los artistas que se nos meten en la habitación principal y hasta en el baño de la casa a través de los medios audiovisuales.
A mí no me duele el caso de las actrices Eva Gutiérrez, Belén Marrero, Carolina Perpetuo y Fabiola Colmenarez, porque en realidad no siento dolor, pero sí estupor por la mella que se nota a leguas causa el odio en el rostro de ellas, cuando públicamente ponen en evidencia su inclinación política.
Tengo irremediablemente que plegarme a esa manoseada expresión de que las miradas son el reflejo o el espejo del alma, porque cuando Gutiérrez, Marrero, Perpetuo y Colmenarez declaran por los medios de comunicación fijando su tendencia ideológica, sus caras son una barricada encendida, sus miradas lanza llamas caseros, caminos llenos de miguelitos, explosiones de bombas molotov. Es tanto la rabia e indignación en las refulgentes estrellas que en lugar de brillar expresando su opinión, lo que en ellas se observan son los destellos de esos disparos de arrechera que Capriles ordenó drenar el 15A provocando 15 muertes.
Las afamadas protagonistas de telenovelas seguramente dirán que no son las culpables de ese odio como se exculpan todos los opositores, pero aun siendo así, no deben estimularlo con sus discursos llenos de ira. Ellas son figuras que tienen un peso específico en la población que quiere paz, y sus palabras cargadas de desprecio obviamente tienen un efecto a favor de esa guarimba que afortunadamente parece amainar.
No deben seguir cayendo en el juego de ¡Maduro vete ya!, porque eso es una perversión de pseudo líderes que en lugar de participar como primeros actores en la novela real de este país, desesperados por su ambición de poder y recibiendo directrices del imperio norteamericano que quiere nuestro petróleo, insisten en desatar la escalada de un Golpe de Estado.
No le critico a Gutiérrez, Marrero, Perpetuo y Colmenarez su preferencia política, solo les pido que en lugar del rencor apelen a ese sentimiento de amor que deben albergar como seres humanos, y lo pongan al servicio del pueblo.
Tampoco les pido que quieran a este, su país, como a los EEUU, pero en función de la paz deberían sumarse al diálogo con justicia que se desarrolla entre el gobierno y la oposición propuesto por el presidente Maduro.
La violencia nunca es ni será el camino de resolver la crisis en Venezuela, eso está más que demostrado.
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@AlberMoran