Ahora los golpistas la han cogido con el suministro de gasolina. La gente llega a equipar su vehículo y se encuentra de manera inexplicable con una cola de carros que rodea las diferentes estaciones de servicios.
Pero que los golpistas se valgan de cualquier artimaña para provocar caos, desestabilización, no asombra. Que los saboteadores digan que no hay combustible, que se va a terminar, no extraña; lo que llama la atención es la manera cómo llega tan rápido la información acerca de una supuesta escasez a las masas, sin que tal noticia se haya publicado en los medios de comunicación.
En Venezuela tenemos la experiencia de que, por ejemplo, la prensa advierte sobre la desaparición de algunos productos del mercado y la gente se pone a la expectativa, toma las precauciones, busca los artículos en cuestión antes que se acaben y eso hace que los comercios sean rodeados por los consumidores.
Actualmente con la sustracción de los alimentos básicos, como las personas saben que los delincuentes se los llevan para Colombia en complicidad con empresarios y comerciantes que juegan al Maduro vete ya, al tener conocimiento de que hay en algún establecimiento, acuden a codearse en grupo con los bachaqueros hampones y disculpen la redundancia- a fin de comprarlos y eso, obviamente, origina colas.
De modo que la gente está advertida, informada, pero en el caso del combustible no es así. Aquí, por lo menos, en Maracaibo, Zulia, hoy se acuesta la población tranquila, sin novedad, y al día siguiente en la madrugada cuando va a equipar su vehículo, se consigue con una fila de carros. Los mismos trabajadores de las estaciones de servicios se asombran. No se sabe nada al respecto. No ha salido nada ni en los periódicos, ni en la radio ni en la televisión, pero los compradores están en zozobra no se vaya a acabar el hidrocarburo. Y tiene que salir el Gobierno revolucionario a decir que hay gasolina de sobra, para que las colas comiencen a extinguirse.
Sabemos que detrás de todas esas maniobras desestabilizadoras están los anárquicos, violentos, que quieren derrocar al presidente Nicolás Maduro, pero el problema es ¿cómo hacen? ¿De qué se valen? ¿Cómo llega la información tan rápido a la población? ¿Qué mecanismos comunicacionales utilizan para ser tan efectivos sin apelar a la prensa? Muchos no sabemos, en todo caso, la ficticia falta de combustible causa efecto y se vuelve un misterio.
Y lo peor: esos golpistas, que son los mismos de siempre, nos mantienen a su merced: cuando menos lo esperamos, nos sorprende una cola en la gasolinera.