Los recientes ataques destructivos en contra de edificaciones del gobierno, de universidades, como la Universidad Fermín Toro en Barquisimeto o la UNEFA en San Cristóbal, de incluso vehículos de transporte públicos y a sus conductores no pareciesen tener ningún sentido después de la aplastante derrota que ha sufrido el fascismo en el intento de derrocar la democracia en lo que ellos llamaron la salida.
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Nada más lejos de la verdad.
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Esos ataques se corresponden con la estrategia imperial de ir sembrando una matriz de opinión a nivel mundial que permita, cuando lo consideren oportuno, la intervención militar en nuestro país para “salvarlo del caos” y sobre todo para “proteger” las riquezas petroleras tan necesarias para el mundo.
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El método es bastante sencillo.
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Un comando integrado por un reducido número de personas, ataca con bombas incendiarias una institución pública, o vehículo de transporte público, o incluso un negocio privado como en el caso de la pastelería St. Honoré en Chacao, para después retirarse. Provocando daños, los cuales al ser reseñados por sus medios de comunicación en el exterior trasmiten la idea de que Venezuela vive en una verdadera guerra civil.
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De tal manera que si usted le pregunta sobre Venezuela a cualquier habitante de los países neo-imperiales le dirá que estamos en una verdadera espiral de violencia política. Claro, a ellos no les importa el clima de angustia que se genera en los venezolanos que viven en el exterior, que no calmarán por más explicaciones que reciban de sus familiares y amigos en Venezuela. Dentro de ese contexto es explicable las posiciones de personas despistadas como Banderas.
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Por lo que hay que esperar que ese tipo de acciones se extiendan todo el tiempo que los fascistas consideren necesario hasta esperar el “momento oportuno”
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Lo importante de esto es que la intervención está en la agenda del imperio neofascista y que debemos:
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1 -Estar preparados en lo militar con un ejército debidamente equipado
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2 – Profundizar la conciencia en nuestro pueblo que permita lograr una masiva movilización popular que pueda responder contundentemente y en forma inmediata a cualquier situación (Ese fue el éxito de Bahía de Cochinos)
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3 - Jugar bien las cartas de las relaciones internacionales, sobre todo en la región, logrando, por una parte, quebrar esa matriz de opinión y por la otra, lograr que instancias como Unasur, el Alba, la CELAC, etc., dispongan de mecanismos disuasivos eficientes, que impidan que nos suceda lo que a Argentina con las Malvinas. Esa es la verdadera tarea del indio.
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4 – Y, no menos importante, derrotar esas absurdas tesis que pregonan que hay una oposición fascista y una democrática. Todos son lo mismo, hasta prueba en contrario.
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Hay que recordar que, y aunque sea difícil de creer, en Venezuela es uno de los lugares del mundo en donde el imperio se juega su supervivencia, por lo que esto no se quedará así.