La oposición gusta hablar de “Crisis”, disfruta el término, tal vez porque juegan políticamente a la crisis, apuestan a la misma, veamos si la crisis política es real, porque según Boris Muñoz en entrevista a Capriles el 18 de mayo dice: “…estalló en Venezuela el 12 de febrero ha dejado a esta fecha más que 43 muertos, centenares de heridos, miles de detenidos, entre ellos algunos líderes opositores de primera fila, grupos de ciudadanos alzados contra un gobierno cuyo carácter democrático y pluralista está siendo profundamente cuestionado y varias ciudades sumidas en el caos.
También causó un cisma en el liderazgo opositor que hoy amenaza con dividir irreparablemente a quienes adversan el modelo de gobierno”. Quiere decir; la estrategia llamada “la Salida de Maduro”, causó metástasis política en la MUD y de aquí en adelante no cesan de cometer errores unos tras otros. ¿Pero quién causó la crisis, quien es el Padre de la criatura? Se esconde en sus palabras, pero se delatan, “grupos de ciudadanos alzados contra el gobierno” (guarimberos), cuestionando “el carácter democrático”, pero no es todo, tienen “varias ciudades sumidas en un Caos”, quiere decir; que la crisis política en Venezuela es inducida, es deliberada y le agregan a los males políticos antes descrito, la conspiración económica, mediante la inflación de precios (crisis de precios inducidas por empresarios), capitalistas inescrupulosos que crean desabastecimiento y especulación, producto del proceder político corrompido de la oposición al gobierno que no miden consecuencias sociales y medios políticos para lograr el Poder, mejor dicho el guarimbazo (El Golpe continuado).
Así; la Crisis tiene su paternidad, fue creada según la “propuesta de movilización dirigida por Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma para capitalizar los factores descontentos de la sociedad venezolana sobre la ola de una protesta iniciada por los estudiantes universitarios”, los guarimberos (terroristas).
Entonces se reconoce que en entrevista a Capriles por Boris Muñoz (en Las Lomas del municipio Santa Bárbara de los Valles del Tuy), que “el mar de fondo que generó las protestas —inseguridad, inflación, desabastecimiento, corrupción, ineficiencia, desgobierno y anomia social— no sólo sigue ahí, sino que ha empeorado, ampliando la insatisfacción hasta llegar a las capas más populares de la sociedad”.
La tarea es dislocar el gobierno, impedir que sea eficiente, en atender los problemas sociales, entorpecer su labor, no darle tregua, desgastarlo, porque “esa insatisfacción es su mejor aliada para retomar el liderazgo de la oposición y tratar encauzar el descontento hacia la construcción de un cambio”. Porque según Capriles: “Hay que seguir desgastando la base de apoyo del gobierno”, mediante las acciones de guerra combinadas, políticas y económicas.
Ahora bien ¿Cuál cambio?. El que el pueblo cambie políticamente el gobierno democrático y modelo socialista de Maduro. Económicamente la visión del cambio de Capriles es ofrecer “empleo” mediante la empresa privada, la explotación del trabajo, mejor dicho sostener los programas sociales mientras halla desempleo, subsidiando a la empresa privada, Capriles se propone hacer política “articulando el descontento” creado por ellos mismos, provocando problemas, según el mismo: “una desesperanza ampliamente arraigada que resulta muy preocupante y está encarnada en venezolanos pasivos o resignados al “esto es lo que hay”. Sin embargo, se responde asimismo, “ese altísimo porcentaje no necesariamente está con la oposición y ni siquiera con aquello que se puede ver como una alternativa al gobierno”.
El opositor es un enfermo irremediable, no tiene perspectiva, critica de “autocracia totalitaria” a un gobierno nacido democráticamente de las urnas electorales, del voto soberano, es un descontento empedernido preocupado porque “Hay gente del este de Caracas que jamás en su vida ha pisado el oeste de la ciudad” pero aspiran los racistas que el pueblo siga a la Oposición.