Dicen que los políticos son aficionados a mentir, pero no todo político es mentiroso, muchos se sirven de la mentira como medio de engañar al pueblo, de prometer y no cumplir, de ofertar en momentos electorales sobre todo, pero también lo hacen para defenestrar gobiernos democráticos, diríase que el tamaño y la profundidad de la mentira es proporcional a la posición de derecha donde se ubica el político. Miente el político cotidianamente, porque se sirve del poder para dominar, para lucrarse y esto obedece a que no cree en Patria alguna, lo único que respeta es el dinero, se beneficia a sí mismo, de las prebendas del poder, se vende al mejor postor. Revisemos el catálogo de las mentiras del político. La primera; “el fracaso de las políticas sociales del gobierno de Maduro, con el aumento de la pobreza”. Que nos dice organismo oficial, el INE: Las políticas implementadas por la Revolución Bolivariana en materia social redujeron en el año 2013 la pobreza extrema en Venezuela pasó de 6.3 a 5.5% , en tanto que en el mismo año, se mantuvo la “tendencia de baja de la pobreza en Venezuela y hemos pasado de 21.6% en 2012 a 19.6 % (el pasado año) a pesar de la guerra económica”. Por otra parte; la tasa de desocupación cerró el año 2013 en 5.6%, de acuerdo con el presidente constitucional, N. Maduro, “Estamos muy cerca de una meta muy importante que es el pleno empleo”,
Segunda mentira política “A la situación económica y social se le suma la crisis institucional, como consecuencia de que todos los poderes públicos han sido colonizados por el partido de gobierno”, si fuera así, el triunfo que tuvo la oposición más reciente, el 25 de mayo de 2014 en las elecciones municipales en San Diego, edo Carabobo, donde se eligió un nuevo (a) alcalde (sa) que sustituyó en ese cargo al ex mandatario Vicencio Scarano, quien fue destituido por desacatar la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia que lo orientaba a impedir los actos violentos registrados en la localidad durante los hechos violentos o guarimbas que afectaron al municipio como también sucedió en San Cristóbal, edo Táchira, donde se realizó los comicios luego de la destitución del alcalde de esta localidad, Daniel Ceballos, quien incumplió el mandato del Tribunal Supremo de Justicia de garantizar el orden y respeto a los derechos de sus habitantes, afectado por actos terroristas perpetrados por bandas relacionadas con sus partidos políticos. Ciertamente, el CNE dio el triunfo a la oposición, respetando los que piensa distinto en el ejercicio de sus derechos constitucionales así como la institucionalidad de los poderes públicos.
Por otra parte revisemos la tercera mentira política: “Nos negamos a reunirnos en privado con el Presidente, porque con quien no tiene palabra no se puede conversar sino en presencia de testigos calificados”. Aquí se ofende la investidura presidencial, la autoridad pública que representa el poder del ejecutivo, señalándolo de “mentiroso” al decir falta de palabra en los encuentros de dialogo que sostiene con la oposición. Otra mentira, “la represión abierta como manera de acallar las protestas (.) Pacificas”, se refiere a las guarimbas y sus consecuencias humanas, sociales ambientales y patrimoniales a causa del llamado a “la salida violenta” que hiciera Corina Machado y Leopoldo López a derrocar la extraña dictadura democrática que encarna Maduro, del cual goza la oposición “el derecho a la protesta justa” que no se les niega, pretendiendo con ello, chantajear el dialogo con la ayuda del dpto. de los EE.UU amenazando con sanciones a Venezuela a razón de la impunidad que los delitos guarimberos han creado tales como 42 muertos, cientos de heridos y una centena de presos por alterar el orden público mediante acciones extremistas de derecha, procurando desestabilizar el país. ¿Porque lo hacen, porqué la política de la mentira? Para matraquear al gobierno, descalificarlo, erosionar las instituciones del Estado, torcer el curso político de las misiones sociales por el cambio empresarial, obligarlo a entregar prebendas, tales como libertad de los presos a nombre de la impunidad, ejercer el autoritarismo, el revanchismo e imponer el fascismo para retroceder los avances sociales y condenar al país al estancamiento y servirle babosamente a sus testaferros en Washington.