Durante el sabotaje a Pdvsa en diciembre de 2002 el cual generó entre 18 mil y 21 mil millones de dólares en pérdidas, apenas el Gobierno revolucionario movió el tanquero “Pilín León” anclado en el Lago de Maracaibo y desaparecieron las colas de las gasolineras del país, los opositores pretendieron pasar la página como si el caso se hubiese tratado de la última hoja de un cuento infantil; y cuando la gente les reclamaba por el desastre decían con la cara dura: “¡Todavía están con la cantaleta del paro petrolero!”.
Doce años después, la historia se repite, esos mismos opositores pensando siempre en coronar el Golpe de Estado, emprendieron unas acciones que ellos llamaron “La Salida” y consistieron en destruir con guarimbas la infraestructura de todo el territorio nacional, para derrocar al presidente obrero, Nicolás Maduro, con quema de carros, de edificaciones, trancas de calles con “miguelitos”, guaya de la muerte, asesinatos, bombas y granadas caseras; pero no pudieron y ahora después que se logra controlar la situación, cuando se les habla de los hechos violentos, se arrechan.
Los miembros de la MUD se caen a dentelladas tratando el tema. Muchos se sacuden como perros pulgosos cuando escuchan la palabra guarimba, algunos les echan la culpa a los demás, otros no quieren ni que se les mencione el vocablo. Se olvidaron incluso, de su solidaridad al máximo representante de Voluntad Popular, Leopoldo López, preso en la cárcel de Ramo Verde por tales hechos, y quien, de caer Maduro, se consideraba la ficha principal a la Presidencia de la República serruchándoles las patas a Capriles Radonski sin ninguna contemplación.
Por Leopoldo López ya solo da la cara su esposa Lilian Tintori y el padre, quienes dicen que le violan los derechos humanos y lo mantienen aislado, cuestión que desmintió la fiscal Luisa Ortega Díaz al afirmar que el hombre cuenta con “una poltrona, una biblioteca, sillas, computadoras, fotografías; en el baño tiene ducha Corona y se baña con agua caliente. Posee una hamaca, una jaula con periquitos, cocina, nevera y frutas (…) Tiene DVD, Blu Ray, cartelera, fotografías familiares y una bolsa de boxeo para hacer ejercicios”.
De modo que sólo se puede interpretar que el reo está molesto, porque la silla no es la del presidente Nicolás Maduro y todas esas comodidades las tiene en Ramo Verde y no en Miraflores como él quisiera, pues pocos presos deben contar con todas esas prebendas que a veces ni se consiguen en hoteles cinco estrellas.
El secretario adjunto de la MUD, José Ramón Medina dijo palabras más palabra menos, que estaba bien preso, él se lo buscó. María Corina Machado ni se escucha y Capriles Radonski y Antonio Ledezma cuando se expresan parecieran predicar la palabra con un decálogo de mandamientos incluido; todo es unidad, amor y paz, pero hacen lo posible por no mencionar el término guarimba ni el nombre de Leopoldo López, salvo ya cuando no lo pueden evitar. Por ejemplo, en hechos excesivamente mediáticos como esos de las audiencias, salen y dicen cualquier cosa para fingir solidaridad, de resto ni locos.
Creen que la gente es estúpida. Hablan ajeno a ese reciente desastre que dejó 43 muertos, sin contar los 15 que se produjeron durante el llamado de arrechera que hizo el ex candidato presidencial de la derrota, el 15 de Abril de 2013.
La oposición nunca se ha dejado de equivocar y está pagando caro sus errores. Tanto que entre su gente ya no tienen un líder ni siquiera para un remedio, aunque Henri Falcón parece que se le quiere escapar a Capriles Radonski por la baranda, en vista de que el dirigente de Primero Justicia va palo abajo a toda mecha.