Romeo Non Santos: Mercancía del Imperio contra Venezuela

 

El pasado mes de febrero, inicia el imperialismo su mayor ofensiva contra la República Bolivariana de Venezuela; en “la salida”, se concretó un cúmulo de fuerzas que nunca antes disipó contra la Patria de Bolívar y Chávez, el imperio de los EEUU. Güarimbas, acciones terroristas, terrorismo mediático, terrorismo psicológico, guerra económica (desabastecimiento, liberación de precios, especulación), cubanofobia, chinafobia y hasta rusianofobia, constituyeron parte del arsenal misilístico empleado contra las mentes de los venezolanos y venezolanas. Se apoyó la ofensiva imperialista, tan igual que lo hiciera en Ucrania, en una facción fascista de la oposición apátrida: Voluntad Popular, un partido integrado en lo fundamental, por sectores de la clase media venezolana. Como bien se desprende, de los análisis de Trotsky sobre el fascismo alemán, el nazismo, la burguesía imperialista pone en movimiento las masas de la pequeña burguesía rabiosa, las bandas desclasadas, el lumpen-estudiantado desmoralizado, todas esas innombrables existencias humanas que, la misma burguesía a través de sus medios de desinformación, se ha encargado de colocar en estado de desesperación y rabia, para dispararlos como punta de lanza contra los gobiernos de marcado corte popular para nada afectos del imperialismo; cuyo fin, no es otro que el señalado por el revolucionario ruso L. Trotsky en sus análisis del fascismo alemán: “La esencia y la función del fascismo consisten en abolir completamente las organizaciones obreras y en impedir su restablecimiento. En una sociedad capitalista desarrollada, este fin no puede ser logrado más que por medios policíacos. La sola vía para esto, es oponer al ataque del proletariado –en el momento de su debilitamiento-; el ataque de las masas pequeñoburguesas enfurecidas. Es precisamente este sistema particular de reacción capitalista lo que ha entrado en la historia con el nombre de fascismo” (León Trotsky. La Lucha contra el fascismo en Alemania. El proletariado y la revolución. Ed. Fontamara, Barcelona, 1980).

El imperialismo de los EEUU, para tratar de restablecer su hegemonía sobre la sociedad venezolana y sus riquezas energéticas, tan necesarias para un imperio en plena decadencia y su sostenimiento en el tiempo, acude al arma fascista; tan igual, que hiciera la burguesía alemana de los años 30, cuando acudió a Hitler para someter a la clase obrera a sus dictámenes, someter el factor trabajo al yugo del capital, tal cual se desprende de las primeras medidas emprendidas por el Führer: abolición/destrucción de las organizaciones del movimiento obrero y congelación de los salarios, lo que de hecho, le ganaron la plena confianza de la burguesía alemana en su conjunto. El salario-hora del obrero cualificado pasó de 95,5 pfennings en 1928 a 70,5 en 1933, después a 78,3 en 1936, a 79 en 1940 y a 80,8 pfennings en octubre de 1942. En el caso venezolano, el imperialismo acude al fascismo no solo para barrer con las organizaciones de la clase trabajadora, movimientos sociales y populares, sino para desmontar todo el conjunto de derechos sociales y socioeconómicos que ha venido garantizando la Revolución Bolivariana, como nunca antes en toda su historia, a la clase trabajadora y al pueblo venezolano; esa sería la función histórica que está llamada a cumplir el fascismo en territorio de Bolívar y Chávez, barrer toda la memoria histórica reconstruida a través de estos 15 años de Revolución.

Si en lo fundamental, el fascismo se nutre de las clases medias de la sociedad, la pequeñoburguesía, se entiende entonces por qué el imperialismo opta por echar mano de su industria de espectáculos para agredir a la Patria de Bolívar y Chávez, a su pueblo. Apenas, unos días desde que se iniciara la ofensiva imperialista, unos pocos muertos producto de la agresión, comienzan a pronunciarse actores, actrices, cantantes de renombre internacional, pues, en sí, la industria del espectáculo. Para el 21 de febrero, apenas diez días de iniciada la agresión imperialista, artistas como Juan Luis Guerra se manifestaba por tuiter: @JuanLuisGuerra ”La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, se derrame sobre Venezuela, hoy y siempre!!!”,  el cantautor Tommy Torres, también escribió en su cuenta tuiter un mensaje para Venezuela: “A los amigos de Venezuela, están en mis pensamientos y los de mi familia #PazparaVenezuela #ResistenciaVzla” manifestó. Por esos días, también se manifestaba Romeo non Santos, quien subió una foto a su cuenta instagram en la que se le ve sosteniendo un cartel que decía: “Romeo Santos, Rep. Dominicana, #PrayForVenezuela”. Pero, Romeo non Santos no se contentaría con el simple cartelito en el que expresaba su postura política sobre lo que ocurría en la República Bolivariana de Venezuela, sino que, teniendo pendiente unas presentaciones en la Patria de Bolívar y Chávez, anunciaba días después la cancelación de sus compromisos, dando como motivación a su decisión que: “El país está pasando por una depresión, una situación muy fuerte para que uno haga una fiesta y ese tipo de actividades”.

Y así, como éstos artistas, llamados en el espectáculo como latinos; el imperio, fue unificando todo el conjunto de sus artistas de la industria del espectáculo, tras el hashtag #PrayForVenezuela (oro/rezo por Venezuela), como un mecanismo de presión internacional contra el pueblo venezolano y su Gobierno revolucionario, exaltando a través de sus medios esa actuación: “cientos de personas de distintos países se han abocado a demostrar que les interesa nuestro país y que sus miradas se mantienen en nosotros y en la actual crisis política por la cual atravesamos. Agradecemos profundamente esa iniciativa”, señala una de las miles de páginas web financiadas por el imperialismo y que se desbordan en promover campañas contra nuestra Patria, tal es el caso de maduradas.com. El clímax, de tal campaña de descrédito contra nuestra Patria, llegó con la entrega de los premios Óscar, lo Nuestro Awards y todo cuánto ardid del espectáculo utiliza el imperialismo para distraer la atención de nuestros problemas de los gravísimos problemas creados por el imperio más bárbaro en toda la historia de la humanidad: los EEUU.

Soledad Ruano, nos define el término industria del espectáculo o cultural: “El origen del término Industria cultural se remonta a Escuela de Frankfurt. A mediados de los años cuarenta, Adorno y Horkheimer, ambos filósofos, crean el concepto de industria cultural y lo acuñan para explicar un cambio en los procesos de transmisión de la cultura, cambio que se estaba rigiendo por el principio de mercantilización y que modificaba de manera sustancial su carácter tradicional. Los dos filósofos señalaron y analizaron, en su conocida obra la Dialéctica de la razón, la transformación que hoy están sufriendo los medios de comunicación de masas y el carácter industrial que estaba adquiriendo la producción de la cultura en nuestra sociedad. Se trataba de expandir el análisis marxista de la economía hacia la producción de lo que podríamos denominar bienes culturales. En este sentido, se manifestaron en contra de la mercantilización de la cultura, poniendo en evidencia las consecuencias destructoras y desastrosas de esa mercantilización respecto de los contenidos culturales y artísticos” (Las Industrias Culturales en la Era Digital, Dra. Soledad Ruano). Con la industria cultural, el artista deja de ser un hombre/mujer libre y se convierten en simples mercancías o valores de uso del factor capital, en simples factores de compra/venta. Y tal como lo reflexiona José Luis Sampedro, en entrevista para el diario El País: “El mercado no da libertad. La libertad es como una cometa. Vuela porque está atada a la responsabilidad del que maneja. Lo sabían los revolucionarios franceses: libertad, igualdad, fraternidad. Hay que tener el pensamiento libre y crítico. Para ser yo, la poca cosa, la neurona que sea, necesito pensar con libertad. Con la libertad de la cometa” (http://elpais.com/diario/2011/06/12/eps/1307860014_850215.html).

Reclaman libertad para la República Bolivariana de Venezuela, quienes adolecen de ese Derecho Humano elemental. Días atrás, veíamos el caso de la actriz Penélope Cruz quien, en un acto sublime se atrevió a suscribir un comunicado firmado por un centenar de artistas españoles, denunciando el ataque israelí contra el pueblo palestino, acusando sin parpadeos que el “detonante de toda la violencia es la ocupación israelí, que sigue avanzando e invadiendo territorios de los palestinos en lugar de replegarse a las fronteras del 67”. De inmediato, se activaron las presiones del lobby nazisionista y las respectivas acusaciones de antisemitismo, la actriz a los pocos días replegó su postura: "No quiero que se me malinterprete en un asunto tan importante. Yo no soy una experta en esta situación y soy consciente de la complejidad de la misma. Mi único deseo, y la intención con la que firmé la declaración conjunta, es la esperanza de que haya paz tanto en Israel como en Gaza. Tengo la esperanza de que todas las partes puedan acordar un alto el fuego y no haya más víctimas inocentes en ambos lados de la frontera. Deseo la unidad y la paz... y creo en una civilización que puede ser capaz de tener el coraje suficiente para habitar un mundo donde los seres humanos puedan vivir juntos". ¿Quién dijo que una mercancía se gobierna a sí misma? Quien pone las munas, decide qué música se baila en la fiesta.

  Tan igual como Penélope Cruz, vimos actuar días atrás al Romeo non Santos, por estos lados que tanto criticó meses atrás vino a presentarse, a cumplir con las presentaciones que tenía comprometidas para el mes de marzo y que suspendió, debido a su postura política de apoyo a la agresión imperialista contra la República Bolivariana de Venezuela. Nuestra Patria, constituye un mercado muy importante para cualquier artista necesitado de buenas munas, al carajo la política si de dólares se trata habrá dicho el non Santos, presumimos, cuando le llamaron desde la Patria de Bolívar y Chávez, los empresarios que les contrataron meses atrás. Dos presentaciones realizó el non Santos en el Poliedro de Caracas, a precios que oscilaron entre los Bs 6.976 (preferencial) y Bs 14.565 (diamante), por supuesto, lleno total en ambas funciones, así de crítica están las cosas en la República Bolivariana de Venezuela, que su presencia colmó el Poliedro de público. Así lo describe, el apátrida Ravel en su patilla: “Hacía mucho tiempo que el Poliedro de Caracas no se hacía sentir, tal y como sucedió anoche en el concierto del año y quizás de varios más. El pueblo venezolano respondió al llamado del Rey. No cabía un alma en el recinto. Apenas Romeo Santos salió al escenario, la fanaticada se convirtió en un solo latido. El público se hizo sentir de principio a fin. No hubo excusa para quedarse quieto. Mujeres de todas las edades frenéticas, hombres exaltados se hacían eco de las algarabías de sus acompañantes, era un Poliedro de Caracas, como nunca antes visto. Euforia al máximo en cada lugar, gritos, lágrimas, desmayos, todo tipo de emociones exacerbadas tuvieron lugar allí…” (lapatilla.com, 25-07-2014). Atrás quedaría, la “depresión que atraviesa Venezuela” y que llevó al non Santos a suspender sus conciertos pautados para marzo de este año; pareciera que sus “oraciones” for Venezuela dieron resultados, y los dólares se les multiplicaron…

 

 

 



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Henry Escalante


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