¡Con colas, escasez y todo este “peo”, con la Revolución me resteo! Soy orgullosamente chavista

Un médico especialista que atendía a mi niño despotricaba del gobierno revolucionario señalando "los desastres" que esta causando esta administración, colas, desabastecimiento, falta de producción, corrupción, fuga de cerebros, decía que en este país ya no se puede vivir, que no podía entender como hay tantos tontos que aun creen en esta "revolución". Para responderle a este señor, que seguramente vive con mayor nivel de gastos que el 80% de la población venezolana, se requiere mucho más tiempo del que él requirió para expresar un malestar que en la coyuntura actual es sentido por la mayoría más pobre de este país.

Hacer una revolución socialista requiere de una transformación cultural que revierta la superestructura económica e ideológica montada sobre el aspecto más primitivo de la especie humana "la supervivencia del más apto" o la depredación o dominación de todo ser "inferior" y que tiene más de 15 mil de desarrollo alcanzando su máximo nivel de organización y depredación en el capitalismo y su fase imperialista. Esta transformación cultural está orientada a arrebatarle el poder a quienes hoy lo detentan expropiando del fruto de su trabajo a las mayorías trabajadoras por lo que es "natural para ellos" resistir y batallar incluso hasta la muerte con las armas con que cuentan, un sistema económico productivo organizado para reproducir y perfeccionar el capitalismo, una ideología de vida que lleva al pobre a defender a su explotador por considerarlo el único modo de vida posible de la misma manera en que en su tiempo los esclavos pelearon por sus amos o los vasallos por sus nobles o los trabajadores por los empresarios, la corrupción es otra de sus armas culturales mas eficientes y que contamina a muchos de los que gustan llamarse revolucionarios que junto al burocratismo heredado "paralizan" y hasta derrumban las buenas intenciones del gobierno revolucionario.

Hoy una conjunción de todos esos métodos de lucha de subsistencia del sistema capitalista desmoralizan al pueblo pobre, principal beneficiario de esta revolución socialista quienes gracias a la cultura heredada que exalta la inmediatez y se concentra en lo negativo como matrimonio en pelea, pone toda su atención en lo que le molesta y tiende a obviar lo positivo, lo ganado que siempre es más que lo negativo. Un breve repaso por lo que perderíamos nos puede refrescar la memoria regresando a la Venezuela del 98 donde los supermercados estaban full de productos y sin colas pero el 60% de la población pobre y aun más el 28% de pobreza crítica sufrían escasez provocada por la falta de dinero y difícilmente podían comer carne o pollo unas veces al mes o hacer sus tres comidas, eran pocos los estudiantes de instituciones públicas que lograban culminar su bachillerato y muchos menos los que ingresaban a la educación superior por lo que habían dos millones de "población flotante" esperando estudiar en la universidad, las pensiones estaban congeladas y "beneficiaban" a unas 300 mil personas (hoy nos acercamos a los tres millones con salario mínimo), los hospitales se privatizaban y se cerraban toda la red ambulatoria, los trabajadores solo perdían beneficios como las prestaciones sociales, la estabilidad laboral, seguro social y el ingreso real pues los esporádicos "ajustes" de sueldo estaban muy por debajo de la inflación acumulada solo por nombrar algunos de los aspectos que inevitablemente volverían si regresa el capitalismo a gobernar.

También hay elementos intangibles de altísimo valor que perderíamos si desviamos el camino de nuevo hacia el capitalismo, la independencia y la soberanía que hoy nos permite establecer una política petrolera autónoma que ha ayudado a mantener los precios de los hidrocarburos, que nos permite relacionarnos sin perder soberanía con cualquier nación, la revolución le ha dado vida a nuestra historia y hoy los venezolanos vivimos orgullosos completando la lucha de nuestros libertadores, a elevado la autoestima del venezolano que hoy es protagonista de su propia historia y no permite que se le excluya ni se les discrimine, gracias a la revolución tanto opositores como revolucionarios somos conscientes de la necesidad de participar en la vida política del país y en la construcción de su destino, solo que los opositores quieren todo ya.

Pero no nos podemos quedar en lo logrado sino en lo que podemos alcanzar pues solo en socialismo podemos erradicar la pobreza, reducir el déficit de viviendas, construir un sistema productivo que satisfaga las necesidades reales de la población, construir un sistema de salud en el que la salud no sea una mercancía, solo una sociedad socialista podrá lograr que el fruto del trabajo beneficie al colectivo y no al explotador. En términos coyunturales solo en revolución podrá continuar y expandirse la misión vivienda, la misión pobreza cero, podrá eliminarse el desempleo y la pobreza crítica. En definitiva solo los revolucionarios podemos construir una sociedad justa donde la riqueza producida por el trabajo y entregada por la naturaleza beneficie a todos sin exclusión ni privilegios en una lucha en la que podemos tomarnos varias generaciones, en la que el verdadero revolucionario es feliz construyendo una sociedad mejor aunque no tenga la dicha de disfrutar sus beneficios durante su brevísima existencia, después de 15 mil años de "supervivencia del mas apto" que nos puede importar dedicar 10, 50, 100 o mas años a la construcción de una sociedad caracterizada por el beneficio colectivo y la solidaridad humana, principios que han hecho de la especie humana capaz de transformar su realidad a través del trabajo y la comunicación, lo que los distingue del resto de las especies y ha impulsado su evolución.

De esta manera, cuando alguien exaltando lo malo y exigiendo solución inmediata en una cola para comprar leche, pañales o en una ferretería comprando cemento o cabillas hiper-caros, se nos hace difícil defendernos porque también fuimos criados bajo la misma cultura y sufrimos verdaderamente esos males, en todo caso, muchísimo más que el médico  de mi relato, no podemos echarle toda la culpa a los ricos porque también los pobres se corrompen y revenden, acaparan y depredan a sus semejantes imitando salvajemente a los causantes de su pobreza y reforzando al capitalismo en su esencia, la competencia por la supervivencia en lugar de la complementariedad y el trabajo solidario que le han permitido a la especie humana superar su origen biológico o como dice el capitalismo despectivamente su origen "animal". Ante esa situación de aparente indefensión todo revolucionario debe reaccionar recordando que nuestro objetivo es transformar esta realidad mucho mas allá de nuestras necesidades coyunturales, que estamos en  una lucha cultural que tomará generaciones materializarse, que a pesar de todos los errores y fallas estamos creando una nueva sociedad en la que avanzamos no con la velocidad que deseáramos pero avanzamos.

Pero nuestro profundo humanismo que nos hace lucir como "soñadores" no nos quita los pies sobre la tierra y por ello combatimos día a día por atender la coyuntura, conscientes de que nuestro pueblo aun no ha alcanzado el nivel de conciencia tan elevado como para sobrevivir a esta guerra, que para hacer una revolución como la concebimos necesitamos resolver las necesidades inmediatas aun cuando sean necesidades creadas, lo que nos lleva exigirle al poder constituido aun siendo nuestro gran aliado, a las instituciones heredadas del capitalismo el ataque frontal al burocratismo, a la negligencia, a la corrupción y a todos los vicios engendrados por el "amor" a lo material de la cultura depredadora capitalista y eso implica darle duro a propios y extraños, a chavistas y opositores.

Los revolucionarios debemos seguir avanzando al mismo tiempo que corregimos nuestros errores, propios del que crea algo nuevo a partir de lo viejo, combatiendo nuestros vicios al mismo tiempo que revertimos los males del capitalismo, conscientes de que este camino es duro pero es el camino, pasando de los ataques "epilépticos" bien intencionados del gobierno del presidente Maduro a un cambio estructural de todas las instituciones del estado hasta desmontar el capitalismo que llevamos dentro y que hacen que pasos importantes como la ley de precios justos o el comando anti corrupción o las iniciativas contra el contrabando se queden en batallas coyunturales mientras dura la atención del poder central pero que no permean eficientemente las instituciones responsables de su aplicación y que se traducen en una situación  como la actual en la que el pueblo esta pagando un alto precio por atreverse a desafiar el sistema dominante y que es urgente cambiar para que la revolución siga siendo gratificante a las grandes mayorías.

Quien dijo que iba a ser fácil quitarle el poder a quienes han desarrollado una superestructura milenaria para su sostenimiento que se manifiesta en sus ejércitos, sistemas de producción y distribución, sistemas de gobierno y de organización popular y que se concentra en esta cultura depredadora del ambiente, asesina de sus semejante y ajena al aspecto humano de nuestra especie "humana". Pero nuestro amor al prójimo es tan grande que ¡con colas, escasez y todo este "peo" con la revolución me resteo! y me declaro ¡orgullosamente chavista, bolivariano y cristiano!.

Camarada maduro las medidas anticontrabando, antiespeculación y contra la escasez y las colas son buenas pero tienen que pasar de ser "ataques epilépticos" mientras lo exige la coyuntura para permear en toda la estructura institucional burocrática y así se vuelvan medidas de protección permanentes de nuestro sufrido pueblo o corremos el riesgo de perder la batalla.



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Noel Peralta Barreto


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