La oposición no se cansa de montarle una crisis al gobierno, de inventarle una catástrofe, un caos, un colapso, un default, lo intentan todo, desde guarimbas hasta guerras psicológicas, desde la desidia con los servicios públicos donde la oposición es gobierno hasta el sabotaje económico, el desabastecimiento, el contrabando, podemos decir que anda como “pocillo de loco” no hayan qué crisis montarle al gobierno, ahora con “el chikungunya” en Maracay más allá con “el default de Hausmann”, en verdad no hayan que argumentar para desacreditar y restar popularidad al gobierno, alguno de ellos como Arturo Serrano acusa a Maduro: “Tiene que saber que por culpa de sus decisiones y la de su gente este país se está hundiendo cada día más hasta niveles que nos han llevado a la desesperanza. Sabe que han convertido la justicia en una burla y que han destrozado las instituciones republicanas”, como vemos un ataque a la institucionalidad del estado,… ¿Maduro, (..) está llevando el país al caos? . (Arturo Serrano, “El insomnio de Maduro”, 19-09-2014).
Al igual que ayer, Chávez tenía la culpa de todo, hoy es Maduro, pero no olvidemos que el que hace mal le va mal, por eso que la oposición no termina de cuajar en las mentes populares, ayer padecía el insomnio con Chávez, hoy lo padece con Maduro.
Claro la oposición siempre se victimiza, se creen víctimas de la represión irreal, diríase que la receta de la CIA, apelar al laboratorio del terror, jugar con la mentira y la descalificación, exaltar la xenofobia contra Cuba, sembrar miedo, ocultar la verdad, procuran provocar al gobierno permanentemente, azuzar la represión, conspirar silenciosamente, desacreditar al gobierno permanentemente, agraviarlo, agobiarlos con las crisis sobre todo con las acciones conspirativas de las mafias acostumbradas con las operaciones truculentas del narcotráfico y del contrabando de la gasolina y de los alimentos.
Pero además de eso; angustiar al pueblo por las consecuencias psicológica de la guerra económica: “¿En qué momento se jodió Venezuela? Haciéndome esa pregunta empiezo a dar vueltas en la cama (esto es tipo 11:00 de la noche) y pienso que mi sueldo se acaba tan pronto como llega, que en el año 2009 una lavadora costaba lo que hoy cuesta una comida completa de Burger King; que en el año 2005 se creó el bolívar fuerte con una equivalencia de 2,15 bolívares por dólar y que hoy (suponiendo que seas uno de los suertudos a quienes se les asigna ese dólar) vamos por 50 bolívares, que todas las semanas roban a punta de pistola a 2 y 3 personas de mi entorno cercano. Esto ocupa como 2 horas. (Ibídem). Como vemos; la inflación ocasiona estragos en las mentes inclusive opositoras, también victimas del capitalismo privado.
Pero de igual manera que en el pasado los neoliberales opositores no se detienen, siguen montando el show del terror y la conspiración contra el Estado, la victima por excelencia del neoliberalismo, dice Francisco Layrisse es “El Estado se hace cada vez más grande, la denominación de Estado paquidérmico es sinónimo de ligereza para calificarlo, quizás sea cierto que no solo el comandante es galáctico sino que el Estado impuestos por sus seguidores es de proporciones galácticas para administrar esta pequeñísima comarca”. (“El Show debe continuar”, El Nacional, 19-09-2014).
En igual modo; señala Arturo Serrano que “a mí nadie me va a convencer de que él no es consciente (es decir Maduro, el subrayado es mío) de que “la vaina se jodió”. Tiene que saber que por culpa de sus decisiones y la de su gente este país se está hundiendo cada día más hasta niveles que nos han llevado a la desesperanza. Sabe que han convertido la justicia en una burla y que han destrozado las instituciones republicanas.
Así pues día van y vienen, y los laboratorios de la mentira no se detienen, la tarea es crear crisis por doquier, convencer al pueblo de “un cambio” a causa de la escasez, la inflación, el sabotaje eléctrico, el recorte de agua, el asunto es que hay toda una conspiración internacional para desbarrancar al pueblo, llevarlo a la perdida de la confianza hacia el gobierno, hacia el Estado, específicamente hacia Nicolás Maduro, mejor dicho hacia la bancarrota moral, contaminarlo de mentiras acerca de una supuesta epidemia, siguen guarimbeando, esta vez psicológicamente. Fíjese ese caballero de la guerra psicológica, el señor Francisco Layrisse es quien afirma: “El Estado abrumador, asfixiante, interventor, castrante producto de este modelo político de origen cubano, nos invade cada día hasta lo más mínimo y recóndito de nuestra vida. (“El Show debe continuar”, El Nacional, 19-09-2014). Un discurso neoliberal puro purito, un discurso para debilitar el respeto de la opinión pública de sus gobernantes”. (Ibídem). ¿No es acaso, destrozar las instituciones republicanas del Estado?
Termina Serrano, el insomne opositor diciendo: “Al principio la cosa estaba mal, después terrible, un poco más adelante la cosa era escandalosa, pero hemos llegado a un punto que pareciera ser de no retorno”. ¿Acaso no estuvo bien nunca? Como vemos la psicología del opositor padece de negatividad, su racionalidad está enferma, distorsionada, inclusive presa de la desesperanza: “En el lenguaje cotidiano los venezolanos hemos sustituido la esperanza del presente por la desesperanza del pretérito” (Ibídem). Ese es el cristal con que la oposición reflexiona la cotidianidad con desesperanza del pasado, ¿Será que siempre “la cosa estuvo mal”, después terrible, escandalosa, y finalmente de no retorno” como lo hizo ver el Caracazo? En aquellos días en verdad las políticas del “paquete de miguelito, de la Agenda Venezuela”, en pocas palabras del neoliberalismo llevó a al “Estado abrumar, asfixiar, dominar, castrar al pueblo”, se desató el congelamiento de sueldos y salarios, se liberaron los precios, se disminuyó el empleo público para finalmente cumplir el mandato del Fondo Monetario Internacional dominado por los EE.UU. sometiendo al país a sus dictados, lo que nos llevó finalmente al “punto de no retorno”, por eso “No volverán”.