Si alguien tenía duda, aunque fuera mínima, en torno a que el "desabastecimiento" es producto de una guerra económica, pues ya no debe quedarle ninguna de que es así.
Jorge Roig, flamante presidente de Fedecámaras lo dejó todo al descubierto cuando dijo que las colas en los establecimientos comerciales "durarán hasta que el Gobierno siga atacando a la empresa privada".
Más claro no canta un gallo, dice el dicho popular. A confesión de partes, relevo de pruebas, prefieren citar los abogados.
Mientras ellos, los empresarios, que es lo mismo decir malandros de cuello blanco, se sientan afectados por las políticas económicas del Gobierno, seguirán escondiendo, acaparando y desviando productos de la cesta básica.
No nos queda más, pues, que agradecerle al ilustre señor su sinceridad, pues quién mejor que él, el jefe de la mafia del malandraje empresarial criollo, para confirmar lo que el presidente Nicolás Maduro viene alertando desde hace tiempo: que los responsables de las colas y el "desabastecimiento" son los oligarcas apátridas de este país y no el Gobierno Revolucionario.
A nadie le debe quedar duda sobre que a estos tipos lo único que les interesa son sus bolsillos y no el pueblo. ¿Qué mayor prueba que la perla que soltó Jorgito?
Los empresarios de todo el mundo, cortados a su medida, son iguales. Por ejemplo, el consejero delegado del laboratorio farmacéutico Bayer, Marijn Dekkers, expresó sin ningún tipo de vergüenza: "No creamos este medicamento para los indios, sino para los occidentales que pueden pagarlo".
Esta joyita dijo lo que dijo en medio de una discusión que mantuvo el año pasado con representantes del Gobierno de India, porque allá, en el país asiático, les importa más la salud de sus pobladores que la patente, y por lo tanto las ganancias que le deja a la empresa la comercialización de un medicamento para tratar el cáncer de hígado y de riñón.
En fin, a gente como Roig y Dekkers, lo que le interesa realmente es su bienestar monetario y no el del resto de los habitantes del planeta.
Es por esto que a estos señores de buen vestir y hablar, pero de almas negras y malolientes no se le debe creer absolutamente nada de lo que dicen, pero "ni tantico así", como dijera Ernesto "Che" Guevara.