El señor Gustavo Coronel reduce desde el punto de vista estratégico, las posiciones de la oposición mediante sus liderazgo, uno Capriles y otro López, el primero es electoralista (al parecer renunció a la Guarimba, parte I, por cierto fue el padre de la misma) en cambio el segundo, continuador de Capriles es partidario de la movilización social en rechazo al gobierno del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, (autor intelectual de la guarimba, parte II), en ambos casos indica Coronel que las dos posiciones no son contradictorias, la posición Capriles y la posición López, para este caballero ambas posiciones buscan la alternancia política, el cambio del sistema político, "restituir la democracia" venezolana (representativa-liberal burguesa).
Según Coronel, "La posición Capriles ve la situación venezolana como una de crisis que puede resolverse mediante la aplicación de la receta electoral, rechazando la movilización social porque ella puede conducir a la violencia". En cambio quienes apoyan a López (María Corina Machado y seguidores), apoyan el "planteamientoprincipal de la posición López, …como radicales, peligrosos para la estabilidad política del país". De acuerdo con Coronel, "Quienes abogan por esta posición piensan que la crisis venezolana ha durado demasiado y que cada día que pasa se hace intolerable. Este sentimiento de frustración ciudadana los lleva a plantearse el aceleramiento de la salida del poder del régimen actual en base a una intensa movilización social, pidiendo la renuncia del actual encargado de la presidencia".
Como se puede apreciar; las posiciones políticas opositoras se mueve "entre dos aguas", la legal e ilegal, la legal (electoralista) y la clandestina (guarimbera), apelando a la situación de crisis económica para proponer al mejor estilo de la revolución naranja y de los movimientos de resistencia europeos (OTPOR) una movilización masiva de rechazo moral (ciudadana) al gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo el resultado ha sido que se han degenerado estos movimientos, han apelado a la violencia social (guarimba) ahogando sus sentimientos de frustración en su objetivo de "acelerar la caída del régimen", la llamada "salida democrática" (obligando forzosamente a la renuncia del presidente (Receta Poroshenko). De todas manera la posición por la que inclina el señor Gustavo Coronel es la posición de López, de ella dice: "La movilización social tiene riesgos, tal y como se vio en enero-febrero del año pasado y se está viendo de nuevo hoy. Pero ese riesgo es el que corren todos quienes a través de la historia han insurgido en contra del abuso de poder…", de manera que la posición guarimbera es la lopecista, la que apoya el señor Coronel si mal no lo entiendo.
A sabiendas de los riesgos, de la destrucción material y daños espirituales que ha infligido a la Nación los opositores insisten en el camino guarimbero, por cuanto de que es percibida "la posición Capriles como colaboracionista, blandengue….", sin evaluar el desangramiento ocasionado por estos movimientos de lucha, vale decir que están dispuestos a "asumir ese riesgo que corren todos aquellos que insurge contra el Poder….". Pero el señor Coronel se plantea el dilema entre las dos posiciones en vista de la agonía política que vive la oposición, ¿Qué hacer?, responde: "la situación actual de Venezuela requiere, en mi criterio, una dosis mayor de movilidad social y confrontación que de conciliación y diálogo con un régimen que hace tiempo abandonó el camino democrático", (las negritas son mías) o sea que el señor Coronel plantea elevar la temperatura política, exacerbar el clima político, "una dosis mayor de movilidad social y confrontación" con el régimen de Maduro.
No ha sido suficiente dos guarimbas, la caprilista y la lopecista, ahora sucede que el Coronel de la confrontación plantea una dosis mayor de confrontación política, al parecer le desagrada al señor Coronel la vía electoral, la vía democrática, se siente bajo los efectos de "la frustración ciudadana", ya no aguanta 16 años de chavismo, el cual califica así: "El régimen actual es corrupto, ilegítimo, represivo y profundamente anti-democrático", de manera que desea insurgir no por la vía democrática sino de la confrontación (vía antidemocrática), mejor dicho; "Se basa en el deber ciudadano de insurgir, a todo riesgo, en contra de un régimen represivo y dictatorial". Así que de nada sirvieron los votos, el ejercicio electoral pasado cuando se eligió al Presidente Maduro, de nada sirven las instituciones públicas, el poder electoral, moral, la fiscalía, el judicial, se trata de "insurgir a todo riesgo" contra la democracia y sus poderes públicos.
Ya vemos; el Coronel de la frustración ciudadana, lo ahoga las preguntas "¿Cómo seguir esperando y correr el riesgo de convertirse insensiblemente en parte de un sistema tan perverso? ¿Cómo asistir impasibles ante la muerte lenta de la nación?", no señor, ya usted es parte de la perversidad política, está agonizando políticamente "entre dos aguas", usted se propone no un liderazgo emergente, sino "un cambio de sistema político", el que el pueblo venezolano se dio democráticamente, además de un Plan de Gobierno, el Plan Bolívar 2013-2019, el Plan que propuso Chávez y con el ganó las elecciones democráticamente y Maduro ha continuado con la estrategia dela inclusión social. Pese a que duda, por eso sus titubeos democrático, "No puedo saber dónde está la verdad en cada posición, (Caprilista o lopecista) termina confesando.
Pero antes de concluir conozcamos sus perversidades políticas, no conforme con aspirar una cambio de liderazgo político, aspira a "la movilización social y la aplicación de justicia a los criminales en función de poder", quiere decir que propone unas "hordas salvajes" (movilización social) al peor estilo de quienes lincharon públicamente al Coronel Gadaffi, sustituir la democracia participativa por una tiranía de liderazgo (disolver el poder ejecutivo) que promueva un cambio de régimen, la aniquilación de la revolución bolivariana. Otra de las perversidades políticas que se propone contra las instituciones públicas, esta vez las fuerzas armadas cuando dice, "No bastará con cambiar a Maduro por López o por Capriles si no se desmonta el aparato represivo", por eso se plantea una transición pragmática (nada de normas y leyes constitucionales) de allí una cacería de brujas (represión masiva de enjuiciamiento) dado que según Coronel, "Hay un grupo de 400-600 miembros prominentes del sistema de gobierno que ha existido durante estos años que deberán ser enjuiciados en proporción a sus crímenes. No hacerlo sería barrer la basura debajo de la alfombra e invitar a su pronta reaparición en función de gobierno".
Con respecto al pueblo en estos 16 años de revolución, el Coronel de la confrontación a todo riesgo, plantea pragmáticamente, acabar con la impunidad mediante tribunales internacionales, "la aplicación de la justicia a los violadores de derechos humanos es un asunto de derecho internacional, frente a cuyo imperio la soberanía nacional pasa a un segundo plano. El Estatuto de Roma, el Tribunal Internacional de La Haya, tendrían un papel que jugar en la aplicación de la justicia en la Venezuela post-chavista, precisamente porque se teme que acomodos políticos domésticos puedan dar a los criminales una salida fácil". Finalmente, Otra de las perversidades de Coronel, permitir que los organismos internacionales violen la soberanía nacional, ("la soberanía nacional pase a segundo plano"), el Poder Judicial, someter a los acusados (chavistas) a tribunales internacionales, al peor estilo de las revoluciones reaccionarias capitalistas de Yugoslavia, Rumanía y Ucrania, desatar una cacería de chavistas (400 a 600), esta es la transición pragmática de "riesgos, turbulencias y acechanzas de diverso orden"(lo señala el Programa de la Transición) que se proponen hacer, un nuevo orden postchavista, plagado de violencia, turbulencia, riesgo y criminalidad.
Fuente: Gustavo Coronel, "La posición Capriles y la posición López.http://notitweet-opinion.blogspot.com/2015/03/la-posicion-capriles-y-la-posicion.html