Estamos convencidos y, siempre lo afirmamos, que la rapidez con la cual se podrá consolidar el modelo económico socialista depende básicamente de la actitud que al respecto tenga el pueblo venezolano. Lo que ralentiza la velocidad del proceso evolutivo del modelo económico socialista, es la deficiente percepción que un sector del pueblo ha internalizado de la cultura socialista que es el fundamento donde se afianza la revolución bolivariana y socialista, sobre todo en las capas de la sociedad venezolana, que están ubicadas en la clase media baja y la clase media casi alta. Las cuales, no siendo precisamente clase alta, se creen que están a un paso de esta.
El hecho es, que este estrato de la población ha estado expuesto a una inclemente y constante información y propaganda que lo ha motivado asumir para sí la cultura capitalista, que lo ha entrenado como consumidor cautivo y, perseguidor de un modelo de vida luminoso, pero solo al alcance de privilegiados de la fortuna, pero que la fuerza de la esperanza de pertenecer al escogido grupo de los ganadores, hace que ellos estén seguros de pertenecer a ese exclusivo Olimpo. Ellos, en consecuencia a este espejismo alucinante, se asumen obligados a desear un estilo de vida parecido a la forma de vida de los ciudadanos imperiales pudientes, el cual se caracteriza en un exacerbado consumismo, boato y sofisticación. Ello definitivamente lo impulsa a un sacrificio obsesivo por llegar a la clase media alta a toda costa, hasta de su propia vida. De manera tal, que nada debe extrañar, la tendencia opositora que asume esta clase, contra cualquier interés de hacer justicia social al pueblo venezolana, que en su mayoría hace vida en los estratos medios y bajos de la población.
Es por ello, que cualquier sistema de vida como el socialismo referenciado en la doctrina bolivariana, que pretenda elevar la situación de vida de los humildes y realizar a su favor una justicia social por lo demás bien oportuna y necesaria, a ellos les parece una obstrucción a su sueño de llegar a ser clase media. Ello se demuestra con esa actitud absurda cuando aun después de 15 años de revolución gente de estos sectores se excluyen de programas y procesos beneficiosos que la revolución ha puesto en marcha para la justa nivelación de la vida de los sectores otrora más desposeídos de sus derechos, por ejemplo, cuando desechan y desprecian la educación pública para sus hijos y por el contario se acogen a la educación privada con su elevada carga de gastos, otra muy significativa es ese demencial empeño de ignorar el programa 0800-Mihogar de la Gran Misión Vivienda Venezuela, por considerar que son viviendas para pobres, así existen muchos ejemplos, que el lector puede evidenciar. La aberrada actitud de este insensato sector, se constituyen en el caldo de cultivo, donde se incuba la violencia de la oposición y el apoyo a las más descabelladas aventuras golpistas contra la revolución del pueblo venezolano.
Esta forma de vivir y asumirse de este estrato de la población, es comprensible en una ambiente capitalista, pero en nuestra patria que está empeñada en un proceso social hacia el socialismo, representa un obstáculo que desacelera la velocidad del avance del mismo proceso revolucionario, que preconiza, promueve la revolución bolivariana y, afianza su concreción en el desarrollo y bienestar del ser humano. Porque, mientras más ciudadanos venezolanos asuman la revolución bolivariana y socialista como la más segura alternativa de procesos participando masivamente de la misma, esta avanzará con más aceleración hacia la definitiva concreción de la más sublime justicia social para el pueblo venezolano.
¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA Y SOBERANA!
¡CHÁVEZ VIVE!
¡LA PATRIA SIGUE!
¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!