Siempre hemos dicho que, la crisis política de Venezuela, pasa primero por la crisis política de la oposición. Desde hace cuánto el país no ha tenido una oposición coherente, científica, propositiva. El sector opositor se ha convertido en un sector negador de verdades. La oposición no cumple con su rol político, se ha convertido en “oposicionistas” de oficio. Para ellos, los logros - que los hay- de la revolución bolivariana no existen. Según los opositores los últimos 16 años con sus 19 elecciones y triunfos chavistas en 18 de ellas, es puro cuento, han sido fraudes continuados. Desde hackers rusos, hasta la influencia cubana en el CNE ha hecho -según ellos- posibles los triunfos chavistas. No saben que con esas mentiras desmeritan a millones de venezolanos que aún creen en el modelo bolivariano. Esas afirmaciones demuestran un gran desprecio por los venezolanos- más de 8 millones- que han sufragado conscientemente y sistemáticamente en cada elección por el modelo al socialismo bolivariano. De esta convicción enajenada no los saca nadie. Los mass media oposicionistas que en su momento tomaron las riendas de los partidos políticos han colaborado en montar matrices de opinión y desvirtuar una realidad que está allí. No vamos a dar números ni cifras, porque sería redundante, pero la situación de Venezuela, sobre todo de los sectores más golpeados por la década del bipartidismo (1958-1998) se han beneficiado de las políticas sociales que ha implementado el gobierno central. De eso no hay ninguna duda.
Pero más allá, de la ceguera política de la oposición, la cual no reconoce ningún logro social, existe un problema mental estructural de cómo hacer política en este país caribeño. Por años estuvieron en la cola de Hugo Chávez, fallecido el presidente Chávez, estuvieron a punto de llegar al poder central. Pero que hicieron, defraudaron a sus seguidores y a otros desorientados con una reacción violenta de “drenar su arrechera” por haber perdido las elecciones. Esa actitud no fue política. Fue una “rabieta” de alguien que se cree predestinado de guiar al país. Son varios seudo dirigentes que tienen ese complejo de grandeza, y creen lo que sus adláteres de turno susurran a sus oídos. Pero para llegar ser presidente de Venezuela se necesita mucho más que una buena campaña publicitaria. Venezuela cambio para siempre, y eso parece, no entenderlo la oposición.
El “Pez muere por la Boca”, eso ha pasado con el sector opositor, en vista de darse por vencido por el chavismo, recurrieron a las remesas de verdes. Se dejaron arropar con la “American Way of Life”. Toda su conducta política es direccionada desde el norte. Se convirtieron en marionetas de sectores con mucha influencia económica en la región. La oposición para dar un paso, pide permiso a sus financistas. Así no se puede hacer política con una visión a futuro de llegar al poder central. Más allá de la ausencia de un proyecto país, la oposición carece de ideas, por eso la búsqueda constante de atajos anti constitucionales, como por ejemplo la guarimba y “la salida”. Nunca habíamos visto una oposición con una genuflexión a intereses externos. Las constantes visitas a Bogotá, Madrid, Washington, Panamá, para recibir lineamientos de cómo hacer política en el país, demuestra definitivamente que por ahora esta oposición está totalmente divorciada de los problemas reales existentes en Venezuela. Para muestra dos botones. El apoyo a la injerencia del pentágono, demostrando un servilismo y un pensamiento político que acepta de manera grosera el colonialismo. El segundo botón, resquebrajamiento de eso que se denomina MUD, con motivo de las parlamentarias, posiblemente este suceso sea un epitafio para esta dirigencia opositora que con ceguera política ha defraudado a miles de seguidores. No hay bueno augurios para estas elecciones de diciembre próximo. Amanecerá y Veremos…
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El gobierno se ha aprovechado de los errores de la oposición. De los dos sectores políticos, es a quien le ha ido mejor. Aún mantienen seguidores fieles, y su maquinaria esta siempre aceitada para los eventos electorales. Pero no todo es color de rosa en el terreno del gobierno. La corrupción, el nepotismo, el tiraflechismo, la falta de capacidad para el dialogo fructífero, la inercia de algunos ministerios, la burocracia enfermiza que provoca el derroche de recursos que muy bien pueden ser canalizados para áreas prioritarias. El discurso incendiario contra sectores productivos mermados por el mal manejo de la asignación de divisas. El cero seguimiento a obras o infraestructuras que fueron motivo de admiración en el pasado, hoy en franco deterioro. Las malas praxis económicas, con un sistema cambiario en desuso que distorsiona la poca estructura económica que nos queda. El asistencialismo al extremis, que provoca lentamente un deterioro social, convirtiéndose en un boomerang, al crear dependencia, plusvalía, cero trabajo necesario, convirtiendo algunos logros de Chávez en sal y agua.
Hoy vivimos una crisis generalizada. La oposición le echa la culpa al gobierno. El gobierno le echa la culpa a la oposición. Mientras en el medio está el ciudadano de a pie. Este ciudadano de a pie, denominado “Pueblo” por ambos bandos, sigue un sueño, que alguien que ya no está entre nosotros ofreció.
Hugo Chávez ofreció al ciudadano de a pie su independencia total. Le dijo que: no deberíamos de hacer cola para conseguir alimentos, que la economía de puertos tenía sus días contados, que la diversificación de la economía nos haría más independiente de los precios del petróleo, que a nuestras escuelas no se le caerían los techos como hoy ocurre, que la burocracia terminaría, que el dialogo permanente seria política esencial de la Revolución.
Hoy nos encontramos entrampados… Creemos que el Gobierno y la Oposición verdadera deberían perseguir ese sueño. De no ser así, la credibilidad de los dos bandos se perdería, y realmente no queremos pensar en las consecuencias que esto traería para el país.
Saludos Cordiales….
venezuelaeconomicaypolitica.wordpress.com
Red Bolivariana.