Apreciado Jefe de Ramo Verde:
Soy un humilde venezolano sin casa propia, viviendo bajo un puente, sin condiciones mínimas.
Mientras me llega la Misión Vivienda Venezuela quería solicitarle -a ver si se puede- que me presten aunque sea temporalmente una de las celdas que tienen en Ramo verde reservadas para políticos presos y, si es posible parecida a la de Leopoldo, que tiene vista hacia la calle y por donde entra aire fresco e iluminación natural.
De acuerdo con un cooperante de la calle infiltrado en Voluntad Popular, Leopoldo no está del todo mal en esa cana debido a que tiene todas las comodidades que quisiera tener un ciudadano en su casa. Televisión por cable, computadora con internet, DVD, hasta un rinconcito donde golpear un saco para mantenerse en forma por si hubiere que salir corriendo fuera del país por algún delito contra los derechos humanos. No quiero parecer un abusador, pero si es posible, quiero que me le instalen aunque sea una cocinita eléctrica para calentar un cafecito. ¡Ah! Y una pizarra acrílica de 2,20 x 1,25 como la que tiene Leopoldo donde parece que bosqueja unos planes que tienen que ver con PDVSA. ¡No olviden mi laptop! Realmente, me daría con una piedra en los dientes si pudiera vivir un tiempecito en Ramo Verde donde la vida es más sabrosa. Tendría mis tres papas, aire fresco y un cuarto iluminado donde recibir a mis amistades y familiares que no han querido visitarme en mi puente miserable porque dicen que "les da cosa".
Me han contado como transcurren plácidos los días para Leopoldo y Ceballos quienes viven en ese paraíso jugando dominó sin mayores angustias, a salvo de imprevistos, mientras afuera reinan las colas, las turbulencias del capitalismo y las contingencias guarimberas. Y, la verdad, no quiero seguir arriesgándome por estas calles a que una guaya me descabece o que un miguelito me puye un pie por no tener calzado.
Además me tiene preocupado todo ese asunto de la invasión y estoy seguro que si eso llega a ocurrir, en Ramo Verde estaría bien cuidado como lo está Leopoldo de Julio Borges y el vámpiro. Allí no caerán las bombas inteligentes cargadas con uranio empobrecido que después no dejan crecer ni la yerba. Cerquita de estos políticos presos por defender la libertad y la democracia estoy a salvo de los extremismos del Premio Nobel de Washington, a quien no se le ocurrirá mandar para allá un dron de esos con ojiva capitalista que no discrimina entre oficialistas y opositores, para no arriesgar el carapacho de esos distinguidos próceres de la libertad de expresión y la democracia. No podría pedir mas, le estaría muy agradecido.
Sé que no debo abusar de su sensibilidad social y por eso quiero ser comprensivo respecto de las circunstancias de esa prisión donde se que hay hacinamiento por tanto político preso por luchar contra la Constitución descargando arrechera. Si la cosa esta así de masificada, hasta aceptaría el "tigrito" donde Lilian dijo que Leopoldo había estado 21 días sin ver el sol. Mejor ahí que bajo el puente donde ahora vivo y donde he tenido que resistir cauchos quemados y barricadas de basura, trancas de tráfico y guayas cercanas. Eso sí que es una tortura. Como iba diciendo, si hay mucho hacinamiento por los políticos presos que quieren acabar con el orden establecido, resérvenme esa celda que acabo de nombrar o alguna otra que tengan desocupada por ahora. No quiero pecar de envidioso pero me gustaría disfrutar también de microondas y una ducha corona como la que tiene Leo en su despacho y, para no parecer que estoy exigiendo más de la cuenta, no insistiré en el tema de las alfombras de foamy con las que Lilian decoró ese santuario de la justicia que es la habitación de Leo.
Hay una cosa que me preocupa y no quiero pecar de metiche ya que no entra entre mis atribuciones de indigente. Y es que la señora María Machado anda por ahí repartiendo arrechera a diestra y siniestra, como quien hace méritos para que la envíen al paraíso donde viven los dos amigos que juegan a tumbar el gobierno y al dominó. Parece que su plan B es que la encanen también a ella para ver si así recupera su curul en la Asamblea. O quién sabe, si también trata de protegerse de los marines, de esos mismos que en medio de la confusión y la violencia violan o matan las mujeres pobres de otros países que defienden lo suyo. Así pues y, perdonen la impertinencia, no le vayan a dar mi puesto a Maricori, dejen tranquila a esa diabla, ella puede irse a Panamá donde esta Rosales o a Miami donde están Patricia poleo y Orlando Urdaneta.
Estoy seguro que estudiarán mi caso y harán todo lo esté en sus manos. Ya me estoy viendo instalado en mi confortable celda, aislado del mundanal ruido y, en la cual, me comprometo a tener una conducta ejemplar como si fuera un interno, sin dar ruedas de prensa a CNN para hablar mal de mi país que está atacando el problemas de la vivienda.
Se despide, atentamente, Indi Gente.
Oscar Fuenmayor