Hace poco días advertimos en Globovisión que 2016 sería un año de "choque de poderes". Ver vídeo: https://youtu.be/iSavSxg5nAU?t=5m35s
Pues Henry Ramos Allup ha confirmado nuestra hipótesis con este mensaje. Ver foto: http://twitter.com/Jesus_Silva_R/status/680928488552005633/photo/1
En efecto, luego de sus grotescas amenazas de despido contra los indefensos trabajadores de la televisora de la Asamblea Nacional, el dirigente adeco lanzó otra "bomba mediática" con su inocultable sed de exterminar chavistas.
Esta vez Ramos prometió (a través de su cuenta Twitter en fecha 26-12-2015) impulsar una ley de amnistía para que los políticos presos vuelvan a calentar la calle y seguidamente en ese escenario de alteración del orden público e inestabilidad política se aplicaría una salida constitucional para rasparse al Presidente Nicolás Maduro. Todo en un máximo de 6 meses.
La estrategia de Ramos es clara y encaja en lo que enfáticamente hemos definido como la Guerra Constitucional en 2016 (plan para tumbar al gobierno usando atribuciones constitucionales de la Asamblea Nacional)
Lo dijimos en Venevisión. Ver video: https://youtu.be/gDTLk4SbD3I?t=2m51s
Ramos quiere encabezar esa ala opositora radical, guarimbera y leopoldera que busca sacar provecho golpista rápido de la Asamblea. A los radicales les favorece la crisis económica galopante en 2016 con precios del petróleo por el suelo que mantienen al gobierno sin dólares para importar y al mismo tiempo empresas privadas descontentas que reducirán su actividad económica al mínimo, todo lo cual resultará en mayor escasez de alimentos, medicamentos y demás productos vitales.
A la calamidad económica se le sumarían líderes opositores saliendo de la cárcel (o encarcelados reclamando libertad) con miles de jóvenes realizando violentas protestas de calle como en 2014.
Con esta combinación de factores la mayoría opositora de dos tercios en la Asamblea Nacional convocará a una Asamblea Constituyente (así lo permite la Constitución) y con ello podrá forzará elecciones presidenciales en 2016 al igual que renovación de todos los poderes públicos. En este contexto la MUD tendría muy altas probabilidades de alcanzar un triunfo electoral.
Conclusión: Si a partir de enero de 2016 el gobierno, el PSUV y demás factores que apoyamos la Revolución Bolivariana no celebramos un gran diálogo nacional superando el sectarismo, el egocentrismo y definimos unitariamente un plan económico y político para enfrentar la crisis económica y la Guerra Constitucional (guerra entre poder ejecutivo, legislativo y judicial), Ramos Allup logrará su objetivo.
Por ahora el gobierno no ha anunciado una estrategia real para ganar esa guerra constitucional más allá de los actos de propaganda.
Si las variables económicas, políticas y constitucionales siguen como hasta hoy, si no se toman cartas en el asunto, entonces será la oposición quien probablemente logre una victoria igual o superior a la obtenida en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015 y ponga fin definitivo al gobierno de Maduro.
¿Reaccionamos o nos seguimos mirando el ombligo?