Venezuela es un país muy particular. Aquí la palabra, cambio, pareciera
adquirir otros significados. Hemos llegado a tal grado de complejidad
política, económica y social, que todo parece manifestarse en
contrariedad con las tradicionales y universalmente aceptadas
definiciones de la real academia española.
Sin duda que la falta de esa claridad mental que se requiere para ser
presidente de la asamblea nacional, llevó a Henry Lisandro,a sacar los
cuadros de Bolívar y de Chávez,como si se tratara de alguna travesura
que recién habían cometido sus nietos y tataranietos,solo para verlo
masticar saliva, mientras gritaba : ¨La asamblea nacional no es
cementerio ¨ Sin duda, una linea, que a Gabriel García Márquez le
hubiera encantado.
La cortesía y la sindéresis de la juventud de Henry Lisandro se
quedó olvidada en un cajón de ese viejo ceibo que descansa en algún
rincón de su mente, donde se añejan,y ya han perdido el brillo hasta
las mas brillante de sus ideas,
Lo de los cuadros ha tenido mas de anecdótico, que de trágico.Ignorar
los reglamentos de debate que rigen la actuación de los diputados en
la asamblea fue un poco mas serio. Pero desacatar un mandato del
Tribunal Supremo de Justicia sería algo que no le podríamos perdonar
al abuelo.
De hecho pienso que en el momento en que escribo este articulo ya han
debido de tomar la decisión de no "entromparse" con el Poder
Judicial. Y espero que con ningún otro poder. Seria lo mas sensato
desde cualquier punto de vista.Bueno para la oposición y bueno para la
revolución.Lo contrario seria una "achaque mas" pero extremadamente
peligroso para todos y para la paz de este país.
Es por eso que un abuelo inteligente ,sabe cuales son sus limites.Para
no ser el causante de alguna tragedia en la familia,que después ni
el mismo, se podría perdonar.
Los cambios verdaderos son inocultables cuando son genuinos,Cuando se
quieren fabricar a la fuerza o por medios no naturales se transforman
en intolerables e indignantes "torceduras de brazos". Que a la final
también son ¨cambios ¨, según su propio diccionario,
Lo cierto es que Henry Lisandro, abanico tres.en la primera entrada y
salió ponchao...demasiada velocidad para el viejo.