Este es el planteamiento de la oposición venezolana, esta es la respuesta inmediatista a su crisis política existencia, luego de 17 años de chavismo, la oposición vé en la Asamblea la posibilidad de salir del chavismo, pero luego viene la pregunta, ¿Qué viene después, el día D?. Si bien la oposición no está encadenada al chavismo, lo está respecto de los dogmas del neoliberalismo, consciente de la crisis del petróleo, vé la salida como lo hizo el Presidente Macri en la Argentina, apelar a los créditos del Fondo Monetario Internacional para respaldar la balanza de pago, las deudas privadas, pagar a los proveedores internacionales en momentos en que el sistema de reserva federal de los Estados Unidos ha subido la tasa de interés del dinero.
La salida después del hipotético día D, plantea un modelo neorentista, al que la visión de la oposición no termina de romper con la vieja cultura rentista petrolera, redependizar el país con aval de la Faja Petrolera Hugo Chávez Frías, desean continuar con la droga del petróleo, reflotar un estilo de vida donde los empresarios compran dólares públicos al Estado, importan y luego venden cuantas baratijas consiguen en los mercados internacionales, sin crear valor agregado en el país, es decir reforzar los elementos del pasado, las relaciones de corte rentístico clientelar del Estado, el mecanismo del paternalismo público con apariencia de independencia privada como motor del crecimiento económico.
Siendo asi; el dilema de la oposición por carencia de visión de país, libre soberano e independiente, luego del día D, no tienen proyecto de país, anclado a la necrofilia del Pacto de Punto Fijo, del Pacto de Nueva York, a las componendas con el imperialismo de los Estados Unidos en una especie de nostalgia y deseo de regresar a la vieja política del extractivísmo petrolero favorecidos por los precios bajos, solo que la saturación del mercado actual no se lo permite, la crisis del Medio oriente, la reconfiguración del mapa político con Libia e Irak sometida les impide hacer política de concesiones petroleras como en el pasado. Por eso; reeditar las políticas petroleras gomecistas y betancouristas, solo los conduce al fracaso, sobre todo, el intentar una política de intervención militar en Venezuela por carencia de visión política.
Continuar con el anacronismo económico del modelo rentista petrolero supone un fracaso reiterativo, el empresariado capitalista venezolano al no promover un modelo productivo socialmente útil, se coloca de espalda a la sociedad, mejor dicho al no hacer la sociedad productiva, generadora de valor agregado, se convierte en un sector económico parasitario, le falta la droga del petróleo, de la renta petrolera para sobrevivir en el mercado, de lo contrario, acude como todo adicto al mercado negro, a comprar a cualquier precio la droga, al mercado del Dólar Today para sostener el negocio aunque provoque gran dolor depresivo en la sociedad los precios que luego fija al mercado.
¿Cómo romper con la inmadurez política de los empresarios, de los políticos que defienden sus dogmas neoliberales? ¿Cómo sostener relaciones adultas con el Estado, como ciudadanos de una República sin dar la espalda al país?. ¿Cómo puede romper la oposición con su pasado, con sus muertos, con sus líderes necrófilos que apuntan a un país agotado? ¿Cómo demuestran los empresarios capacidades competitivas en el escenario de crisis económica? ¿Cómo demuestran éticamente una relación justa en el mercado, entre el esfuerzo personal y el valor recibido, una recompensa sin especular, sin manipular la oferta, escasear los productos, acapararlos, todo por una ideología necrofílica, la capitalista, aquella de hambrear al pueblo, de exponerlo al dolor, al suplico de las colas, al sufrimiento del subconsumo, al padecimiento social.
¿Qué es lo normal en la cultura productiva? El establecimiento de una relación sana entre producción, productividad, esfuerzo y la compensación, pero no, el capitalismo propicia la violencia de los precios, la inflación, resquebrando los valores sociales, los principios del individuo, entre el bien y el mal, predominando el lucro, el amor por el dinero, la irresponsabilidad por el país, el sentimiento de renunciar a la patria, la corrupción de los valores, el vicio del capitalismo, la opción de ejercer la violencia contra la sociedad, la salida del Presidente, Nicolás Maduro por la violencia primero, de no, por la vía civil, todo porque las personas autonomizan individualmente sus valores por encima de la los valores sociales, de toda norma e inclusive constitucional a costa de restablecer el viejo estilo de la cultura petrolera, la nostalgia por el pasado.
Estamos pues ante la posibilidad de forjar un modelo violento, un modelo represivo contra las fuerzas sociales del chavismo, bajo los auspicio de intervención externa, de los Estados Unidos, propiciando la salida política del gobierno, en la que participan fuerzas paramilitares colombianas, uribistas, actuando como mafias criminales, desestabilizando Venezuela desde el estado Táchira, esperando la orden de las bases militares norteamericanas en Colombia, una avalancha de dolor se viene forjando, la conspiración empresarial contra el pueblo, sin escatimar sufrimiento en los sectores populares, pretendiendo cambiar el país por la fuerza, por la violencia del hambre, del padecimiento humano, desmoralizar un pueblo, desmoralizar el chavismo esa es la consigna de una oposición empresarial y política.
Entonces en la medida que aprietan el torniquete del sufrimiento la conspiración empresarial y la presión política de los parlamentarios de derecha pretenden conducirnos a caminos de desestabilidad social y política, a la salida de Maduro, a colocar al Presidente en una situación de jaque constante hasta forjar el revocatorio del mandato, pero de nuevo la pregunta ¿y después qué, el naufragio?.
La oposición desconoce la fortaleza del chavismo, la subestima, no evalúa el crecimiento político del socialismo chavista, la vocación pacifica del pueblo venezolano, la continuidad de las instituciones, las costumbres política, desean enrumbar al país hacia un naufragio, hacia un modelo económico agotado, mientras tanto alientan a los jóvenes a emigrar promoviendo el desempleo, no asumiendo su cuota responsable de la crisis económica, de su participación en el viejo modelo rentista, ofreciendo salarios de subsistencia, a bachaquear y especular con los bienes de primera necesidad. La oposición política y económica no tiene perspectiva, al parecer no les importa el sufrimiento del pueblo venezolano, teniendo en cuenta la fuga de capital, la colocación de dólares en el exterior.
Tan solo le interesa a la oposición política, los parlamentarios elevarse la dieta a más de 100 mil bolívares, cuando el pueblo recibe 16.399 bolívares, en tanto a que a los empresarios, la elite económica tensar la cuerda, hasta donde llevan el martirio del pueblo, el dólar especulativo a 1016, 39, inflación superior al 141 %, obligando de manera violenta al gobierno a honrar la deuda privada, a conciencia de la crisis de los precios del petróleo, a someter al pueblo a penurias y miseria luego del nivel alcanzado hasta el año 2012, desmantelando todos los logros sociales, a ellos solo les interesa que el gobierno venezolano honre sus deudas privadas, la salida de Maduro es lo de menos, sin poner un dólar de los capitales repatriados a España, Panamá y los Estados Unidos entre otros.