Que mal la está pasando Ramos Allup. Hábil como pocos para la maniobra política supo hacerse con la presidencia de la Asamblea Nacional y ahora se está dando cuenta que ello sólo le ha servido para hacer el ridículo.
Con su prepotencia característica anunció que le daba seis meses al Presidente para que saliera del poder y no conforme con ello, vaticinó la liberación de Leopolvo López mediante una ley de amnistía que no tenía (según él) que pasar por la aprobación del ejecutivo. Adicionalmente, aseguró que destituiría a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, al Fiscal General, al Defensor del Pueblo y al Contralor General y para no ser menos que el barbarazo, anunció que despedirá a los periodistas chavistas de ANTV.
No tardó mucho el charlatán en comenzar a tragar arena. Su primera decision fue juramentar a tres diputados de Amazonas, en contra de lo decidido por el TSJ, y en menos de una semana se vio obligado a desincorporarlos, pues el TSJ le mostró los dientes y "tuvo que meterse el rabo entre las piernas".
Más tarde rechazó, junto a su pandilla, el decreto de emergencia económica elaborado por el ejecutivo, pero nuevamente el TSJ lo mando a lavarse el cuello.
No se cansa, este provocador de oficio, a pesar de las derrotas, de insistir en sus planes. Elaboraron una ley para impedir al ejecutivo manejar la política monetaria y el Banco Central de Venezuela.
¿Qué pasó? Pues que el TSJ nuevamente le dio hasta con el tobo y tuvo que ir a engavetar su parapeto.
Hoy fue declarada inconstitucional la ley de amnistía con la que la asamblea adeca pretendía, además de liberar a leopoldo, legitimar la impunidad con la que han actuado siempre (en la cuarta y en la quinta).
Esto es una estocada al orgullo pendejo del adeco y quizás su derrota más grande, hasta ahora.
Todas esas derrotas aun no le bajan los humos al hombrecito del lenguaje rebuscado, pero va en camino.
En sus propias filas ya comienza a ser cuestionado por tanto fracaso.
La Asamblea Nacional en manos de Allup se ha convertido en un foro de discusión sin ninguna trascendencia. Pasan horas, semanas y meses elaborando y discutiendo leyes que luego tienen que echar al cesto.
Tofo esto lo tiene muy mal y ante tanta derrota no le queda sino actuar como muchacho malcriado. Retira las obras con los rostros de Chávez y Bolívar, manda a tapar con pintura los ojos del comandante y acusa a los chavistas de brujos. Con eso tendrá que conformarse, pues son los únicos triunfos de un pobre diablo que creyó que el título presidente de la Asamblea Nacional era similar al de Dios.