¿Y si Maduro renuncia? ¿O si le dan un golpe?

Hay una tensa y pasmosa tranquilidad en el ambiente, una tranquilidad que a pesar de algunos incipientes alborotos, no golpean dramáticamente la relativa calma que reina en el país.

No obstante, es innegable, que en el fondo se cocina un enorme descontento, una desesperada decepción y a su vez, una sensación de que el gobierno encabezado por el presidente Maduro no solo no está a la altura de las dificultades que atraviesa el país, sino que se empecina en seguir apelando a una retórica que muy pocos creen y que desgraciadamente lo hacen ver como un divorciado de la realidad nacional.

Por otro lado, tenemos una oposición que a pesar de estarle sacando gran partido a la crisis económica (es, junto con los terribles e injustificables errores que ha cometido el gobierno, sus únicas credenciales políticas), no traduce ese descontento en una propuesta concreta, cambiaron aquella frase de “Chávez vete ya” por la de “Maduro renuncia”, pero más allá de eso, en su seno y en sus dirigentes lo que sobra son unas ambiciones desmedidas, un apatridismo exacerbado, un revanchismo efervescente  y unas ganas inmensas de aplicar esas “medidas ácidas” que ya Ramos Allup anunció hace un par de semanas y que de seguro no tendrán pudor alguno en aplicar hasta sus últimas consecuencias.

En este escenario, surgen varias iniciativas, especialmente desde el seno de la oposición para desplazar del poder al pdte Maduro y darle la estocada final al proceso político que vive el país desde hace 17 años. Las últimas de ellas, o la que “está de moda esta semana”, son, por un lado, la supuesta  nacionalidad colombiana del primer magistrado como pretexto para solicitar su destitución, y por el otro la posible aplicación de un proyecto de enmienda constitucional, sobre la cual el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), les adelantó que no se vistan porque con ese flux no van.

Sin embargo, adicionalmente queda en el ambiente dos posibilidades, una la del golpe de estado, la más apetecida por la oposición porque no tendrían que guardar muchas formalidades para eliminar de un plumazo las conquistas sociales, económicas, culturales, políticas y geopolíticas alcanzadas por el pueblo venezolano en estos 17 años, ni mucho menos desatar un feroz represión contra el chavismo, el cual estaría fuera del gobierno, pero seguiría siendo un actor político de primer orden, con un nada despreciable apoyo popular (no hay que olvidar que el 6D el chavismo sacó casi 6 millones de votos duros, sin contar los que se abstuvieron y los que votaron nulo, que en gran medida son afectos al proyecto político contenido en el plan de la patria, no a los desmanes que está cometiendo la dirigencia que desafortunadamente dirige al país y que es la responsable directa del dramático deslave electoral que sufrió la Revolución en las pasadas elecciones legislativas; ese “voto castigo o abstencionista”, volvería al chavismo de observar una corrección en el rumbo, un relevo en los cuadros de la dirigencia y una coherencia entre los que se predica y lo que se hace), que sin embargo, a pesar de que en ese escenario adolecería de una dirigencia inicialmente, sobrarían compatriotas dispuestos a asumir el compromiso que desgraciadamente los “hijos de Chávez” han cambiado por un puñado de dólares y algunas prebendas que otorga el poder.

En este sentido, algunos voceros han asomado la posibilidad de que un evento de esta naturaleza ocurra, sorprendentemente uno de ellos fue el mismísimo presidente de la asamblea nacional, hace algunos meses. Recientemente, el ministro de la defensa, en una entrevista concedida a José Vicente Rangel, alertó sobre la posibilidad de un golpe de estado en Venezuela, lo cual a pesar de que se ha hecho costumbre por parte de los medios privados banalizar este tipo de declaraciones, -y a los públicos darse los desentendidos- es un anuncio muy grave y deja al descubierto la posibilidad de que exista un sector de la FANB que esté dispuesto a protagonizar y apoyar una aventura de esta naturaleza.

No es una casualidad que una activista como María Corina Machado haya lanzado su “Mensaje a la FANB”, que más que mensaje, resulta una amenaza contra TODOS los integrantes de esa institución, tampoco es un ejercicio de veracidad informativa el que se exponga hasta la inconciencia la supuesta incursión de altos oficiales en actividades de narcotráfico o enriquecimiento ilícito, que si bien es cierto están sucediendo, no comprometen la honorabilidad de la mayoría de los cuadros de esa institución y en muchos casos no se exponen pruebas contra quienes se está acusando.

Hasta ahora, el único ámbito que la oposición no ha podido controlar o manipular con relativa eficiencia, es el de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana; se infiere que debe existir un gran descontento entre sus filas, porque al fin y al cabo, los militares de nuestra nación viven del salario que mensualmente la institución les cancela y que a pesar de las especulaciones, apenas puede alcanzar para vivir decentemente, por lo tanto, las carencias que padecen la mayoría de los venezolanos, también son soportadas por estos compatriotas de uniforme, incluyendo a buena parte de los cuadros superiores.

Para extrañeza de no pocos, es este sector del país el que muestra –por lo menos ante la opinión pública- una fuerte cohesión en torno a la Revolución Bolivariana como proyecto político de corto, mediano y largo plazo para Venezuela y fuera de la participación de algunos de sus miembros en operaciones destinadas a socavar el actual gobierno, como la “Operación Jericó”. No existen, hasta ahora, muestras de que exista una corriente organizada dentro de la institución, que cuente con suficiente apoyo en sus cuadros medios y bajos (que son los que sufren más las consecuencias de esta crisis), para lanzarse un cambio de régimen bajo la premisa de un golpe de estado.

La otra posibilidad expedita que le queda a la oposición, es que el presidente Maduro  presente su renuncia; mucho a declarado él que no lo hará, sin embargo, no sería extraño que él mismo se desdijera; aparentemente los rumores que han hecho circular algunos “periodistas dateados” son ciertos, y existe un sector en el gobierno que presiona suavemente para que dicha posibilidad se materialice.

Si tal posibilidad, por mínima que sea es cierta, quienes podrían ser los “camaradas” interesados en que haya una salida anticipada de Maduro al frente del Ejecutivo?, cuales son los intereses que mueven a dicho sector a presionar al primer mandatario para que considere esta posibilidad? Qué acuerdos han establecido con la derecha para servir de trampolín en este propósito? Porque una cosa es cierta, al renunciar el presidente, las posibilidades del chavismo para triunfar en una hipotética elección presidencial anticipada son prácticamente nulas. Creo que no exagero al vaticinar que si las cartas del chavismo en estas circunstancias se reducen a hombres como Diosdado Cabello, Cilia Flores, Ma. Gabriela Chávez o incluso Jorge Rodríguez, la derrota es más que segura.

Lo peor y al final lo más triste de esta realidad, es que por un lado, la renuncia del presidente y la eventual asunción al poder de un macri venezolano no solucionarán en absoluto la situación del país, todo lo contrario, la agravarían exponencialmente, pero por otro, mientras el gobierno pretenda darle largas a esta espantosa inercia con que se ha conducido, los resultados serán peores. Los venezolanos estamos esperando que surja un mesías que componga al país cuando la solución está en nuestras propias manos, en echar mano de las formas de organización popular que han surgido en estos 17 años, en ejercer la vocería que la constitución nos otorga y para ello no necesitamos, dar un golpe de estado, o exigir la renuncia de un funcionario, en todo caso sería mejor que se fueran todos! Pero esa es una utopía mucho más difícil de materializar…..



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Neftalí Reyes


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