Un personaje de continuas y cambiantes posturas existenciales, rayanas en lo falso y lo hipócrita; en el calor de una franca discusión sobre actitudes relacionadas con lo racista. Bajó la guardia. Enredó y embrolló, en sí mismo. Sucumbiendo de seguidas; en la confrontación y contradicción de sus trampas y sus silencios.
Por atreverme a desnudar su doblez. Simpáticamente en su jerga ítala venezolana; me insultó. Todo eso; luego de ardorosamente exponer y defender (Él); su: ¡¿Militante no - racismo -?! Me explico. Su postura de no odio ni exclusión a personas de color. Cosa por lo demás que aplaudí fervorosamente pero que, asimismo, hurgué de honesto y/o deshonesto en él y su espíritu. En mi impertinente cometido de investigar vainas de desempeño humano.
Yo sulfúrico. Sulfúrico yo; le expuse. Celebro tu posición de hidalguía humana. En lo que a mi refiere caro Gino. Tengo altos y brillantes panas niches y no le paro al color de su piel. Es más. Como motivo de amistad y camaradería no utilizo cuando me dirijo a ellos lo excluyente. Ejemplo no cito: ¡¡Hola hermano!! ¡¿Cómo andas negro Nicolás amigo mío?! Expreso como muestra de simpatía y puente comunicacional de afecto; y a fin de desternillarle de risas. Cito: ¡¡Hola pana!!, ¡¿Cómo anda mi amigo Nicolás de color serio?! Pero al respecto; y te ruego me escuches atentamente caro amico Gino D’Amore. ¡¿Qué te parece si tu filia Sofía de veinticuatro años de edad?! Hija tuya consentida y de tu corazón. Blanca de piel. 1,73 mts de estatura. Delgada. Esbelta. Porte elegante. De ojos profundos y extraordinariamente esmeraldas como la mar serena. Hermosa y de abundante cabellera color miel, sin nada que ver con asomo de rebeldes rizos y/o burdos chicharrones con o sin pelos; por aquello de la bella, rebelde, apetecible y exquisita María de los tormentos. Todos esos elementos de belleza estética; como indiscutible carga genética de Beatriz su mamá y tuyo su padre. Venezolanos de nacimiento ambos y marcado perfil de origen europeo. Y ahora la Sofía; fuera del dominio de tu patria potestad. Perdidamente enamorada. Desea casarse con un chamo de veintiocho años de edad. Piel obscura como la noche. Nariz platirrina. Pelo rebelde. Marcada huella naso geniana; rasgos de prognatismo y pícnico. Y sin profesión definida. ¡¿Tú qué harías?! ¡¿Le aceptarías sin chistar en el seno de la familia y sentarías a tu mesa?! ¡¿Te abrazarías con él y le acogerías como tu hijo político, yerno y progenitor de tus futuros nietos?! ¡¡No te arreches Gino!! ¡¡Dime!! ¡¡Dime con franqueza qué harías; tu que alardeas de no ser racista!! ¡¿Qué harías?! La respuesta fue incendiaria luego de un prolongado silencio y marcado disgusto: ¡¡Anda a la merda Julio César!! ¡¡Va fangullo te y túa máma Cecilia!! -¡¡Como si los insultos del grado y/o intensidad que fueren; tuviesen alguna connotación de simpatía!!- y de inmediato desdibujándose. Drenó sus resentimientos de clase. Su racismo reaccionario. Su sutil oculto xenofobismo. Su excluyente eurocentrismo y genuflexo sentido anglosajón y pitiyankee. Bramó en oleadas de animadversiones y movió su alfil: ¡¡Pretendes acorralarme en tus trampas de dialéctica y lucha de contrarios!! Pero has de saber: ¡¡En toda espalda de gente de color quiéralo o no; está indeleblemente grabada la huella del latigazo y el poder del blanco!! ¡¡En cada muñeca de gente de color está indeleblemente grabada la mancuerna y atadura que de encadenado y de noche; le conduce a sentina esclava!! ¡¡El negro y el indio en la pretensión servil de igualarse al blanco; permitió que este violara y ultrajara a sus hembras!! ¡¡Asesinara y descuartizara a sus abuelos y vendiese como semovientes a sus hijas e hijos!! ¡¡Razón tienen los mormones (Capítulo 5 / Vers. 21, 22, 23, y 24) cuando su Dios les excluye del edén!! Y anatemizó Gino; pálido e invadido de ira: ¡¡Infame!! ¡¡Infame y despreciable por vil y repugnante, toda persona de color que genuflexo y servil besa la mano blanca y poderosa que le afrenta y le atropella!! Dejó colérico el café que sorbía. Me miró con odio asesino que de inmediato hizo empuñara yo; firmemente mi bastón en ademán defensivo. Y repitió. ¡¡Anda a la merda Julio César!! ¡¡Va fangullo te y túa máma Cecilia!! -¡¡Viejo ñangaróso y peligroso Chavista!!-
¡¿Por qué y con qué se imbrica todo lo anterior con el título del presente escrito?! ¡¿Qué tiene que ver lo narrado en párrafos anteriores con la vertiente de armazón estructural de lo racista y lo xenofóbico?! Sencillo. Damos dedo; y tiene culpable. El habernos trasnochado de palmo a palmo y haber visto y escuchado ayer martes 17 de mayo de 2.016 el programa La Hojilla que dirige nuestro combativo camarada Mario Silva. Allí; no lo sabíamos, y estupefactos de igual manera. Vimos y escuchamos el diserto del Comunicador Social (Fablistán como gustaba calificar Carlos Andrés Pérez) Lic. Vladimir Villegas. El Lic. Villegas con evidente soporte apuntador, hizo puente con sus anteriores apologías al acaudalado, por el medio de la calle golpista y reaccionario empresario Lorenzo Mendoza. Joven y lamentable elemento nacido en nuestro suelo; de marcada y evidente tesitura anti patria. Redondeando su comunicado; con una pretendida descalificación a nuestra revolución socialista y a nuestro presidente Nicolás Maduro Moros. Tácitamente Villegas; exaltó y justifico los desmanes cometidos por la derecha interna; en todas sus manifestaciones, bien sean: ¡¡Vandálicas!! ¡¡Homicidas!! ¡¡Terroristas!! ¡¡Golpistas!! y/o ¡¡Feladoras!! Y a los cargados de edad como yo; que de una u otra manera conocimos del batallar del bravo y viril viejo Villegas. Nos dio un profundo, cauterizante y martirizante dolor en el alma; el ver y escuchar desclasado y apañador a uno de sus hijos, ¡¡Dar de punta pies a toda una generosa impronta de honorable desempeño revolucionario!! ¡¡Son cosas increíbles, dolorosas y amargas mi querido blanco amigo Sancho!!
Julio César Belisario R. - mayo 18 de 2.016 (Horas: 21,05’) -