No fuman lumpias, se hartan de burundanga

No se acuerdan de nada, el chip de los recuerdos lo tienen atrofiado. Los pobres son víctimas de una amnesia que los hace parecer ciudadanos indefensos, que vagan por el mundo diciendo yo no fui, no me acuerdo, no sabía lo que hacía.

Mi compadre, quien es muy mal pensado, dice que es el polvo cósmico lo que los mantiene en esas condiciones. Sin embargo, quien esta nota escribe, siempre ha afirmado que esa gente es víctima de una disociación creada por los medios de comunicación y alimentada con las lumpias que se fuman antes de desayunar.

No creo que a estas alturas exista alguien que ponga en duda lo de la disociación, pero en honor a la verdad, eso de andar por el mundo viviendo sin memoria, se parece más a la enfermedad con nombre de alemán, que a otra cosa. .

Tiene que haber otra causa para explicar por qué Manuelito firmó el decreto de Carmona “sin saber lo que firmaba”, si apenas cinco minutos antes de que lo hiciera, Considerando Romero lo había leído con una emoción, que arrancó lágrimas y aplausos a la crema y nata del escualidismo nacional.

De igual manera, no es suficiente el cinismo para explicar como la emoción que embargaba a Cecilia Sosa mientras ayudaba a redactar el decreto del carmonazo, pudo ser olvidada así como así. La pobre debe ser víctima de algo que le destruye los recuerdos peligros.

Tampoco creo sea el miedo a la justicia, lo que motiva a Capriles Radonski a decir que el no recuerda alguna acción suya que pueda interpretarse como un acto de complicidad o promoción del asalto a la embajada de Cuba. Algo más poderoso debe estar dañando los cerebros de esta pobre gente.

Es increíble, por ejemplo, como Julio Borjes y Leopoldo López olvidaron los detalles de aquella operación, que desde PDVSA dirigió la mamá del alcalde, para que esa empresa le regalara a Primero Justicia, sesenta millones de bolívares (a precios de los años noventa)… No, no mienten. Esos olvidos tienen su causa raíz en otra vaina.

¿Y que decir de Teodoro? A ese se le olvido hasta el rencor que le tenía a los adecos. Su falta de memoria, que algunos achacan a la edad, es alarmante; perdió todo contacto memorístico con el pasado. Al punto, que le parece una canallada que alguien diga que alguna vez afirmó que el imperialismo norteamericano es el enemigo natural de las luchas que por la libertad y la justicia libran los pueblos de América Latina.

En fin, para no seguir con la larga lista de desmemoriados, debo preguntarle: ¿qué piensa usted amigo lector? ¿será brujería o en verdad Chávez los tiene locos?

Voy a atreverme a lanzar una hipótesis y perdone si no la comparte. Para mí, todas esas reuniones secretas que tiene la oposición son para repartir burundanga.

Si, amigo lector, es la burundanga la que las ha hecho olvidar todos esos “pecadillos” que han cometido en los últimos años.

Ahora, lo peor no es que anden por este mundo de Dios olvidando lo que no les conviene; lo verdaderamente peligroso es que aspiran a que todos nos convirtamos en adictos a la burundanga.

Si lo pone en duda observe lo que responden cuando alguien les recuerda lo que han hecho; de inmediato exclaman: ¿van a seguir con eso? ¿van a seguir con el tema del golpe y el sabotaje petrolero? Olvídenlo, eso ya pasó… en otras palabras, date un pase con burundanga.


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Alexis Arellano


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