La derecha de la MUD trata de hacernos creer que el 1º de septiembre será una fecha histórica que señalará un antes y un después en el acontecer nacional; la otra derecha, la que está en el Gobierno y que le niega el derecho a la existencia a los jubilados y pensionados, toma sus previsiones.
No sería nada raro que la MUD volviera a estrellarse en cuanto a poder de convocatoria ─lo que ha pasado bastantes veces─ causado precisamente por el descrédito de esa franquicia política dedicada en cuerpo y alma a la lucha por todas las rentas con que cuenta el país, pero nada interesada en la suerte de los miles de venezolanos que padecemos la crisis ─incluida su pelea contra el Gobierno─. El país reclama diálogo entre la MUD y el Gobierno para encontrar la superación del hambre que nos está matando, pero los jefes de la MUD son sordos a cualquier cosa que no sea los designios del Gobierno de los Estados Unidos con el cual ya tienen concertado un jugoso negocio sobre Venezuela para pagar todo el financiamiento recibido desde el Norte. A la MUD no le interesa si vivimos o morimos de desnutrición, y eso lo sabe ese universo amplio de opositores que vota por ella porque la propia MUD en contubernio culposo con el PSUV le han conculcado a sus “seguidores” los caminos para organizarse y sacudirse el bipartidismo del siglo XXI que son estas dos derechas. Ya veremos lo que pasa el 1º.
Si bien no es posible saber con exactitud lo que va a pasar ese día señalado por las escrituras de la MUD, sí es posible decir con exactitudes algunas de las cosas que no van a pasar ni ese día ni los que están en un entorno mas o menos cercano: No van a disminuir las colas como alguna vez prometieran los dirigentes de la oposición como gancho electoral para el 6D, ni vamos a comer mas de tres veces al día como todavía anda mascullando Menéndez; por ejemplo, esas dos cosas no ocurrirán. Tampoco el Pueblo será consultado en el asunto del AMO ni en la aplicación del paquete neoliberal concertado por el Gobierno con los `”sectores productivos”.
El 1º de septiembre continuará la pesadilla de la lucha por la existencia en que se nos ha convertido la vida, respecto de lo cual son ajenas las cúpulas de las dos derechas que se medirán ese día.
Ese evento podría ser una simple escaramuza cívica entre las cúpulas del PSUV y las de la MUD o un episodio violento cuyo significado se vería posteriormente. En cualquier caso, otro evento mas dentro la polarización malsana que corroe la democracia participativa y protagónica y que no permite al ciudadano organizarse para plantear sus problemas y sus soluciones desde su visión de excluidos del festín rentista o desde una perspectiva revolucionaria y socialista. Al menos por ahora.
No es inteligente dejarse arrastrar como zombis, sin voluntad propia, sin norte propio; entregando el alma a esa marcha viciada de intereses sectarios y financieros que no tienen en cuenta nuestro sufrimiento. Que las cúpulas de AD, COPEI y derivados marchen y resuelvan su pleito del 1º de septiembre entre ellos, es decir, con el Gobierno; lo planificaron ellos solitos sin consultar a nadie. Actúan igual que el Gobierno que no consulta a la hora de endeudarse y ahora estamos pagando sin aviso y sin protesto esa deuda contaminada en recortes, altos precios e impuestos y hambre creciente.
No asistiré a esa marcha, no quiero que me usen como bulto ni como muerto en caso de que el asunto degenere en otra “salida”; ni siquiera porque soy pensionado y Maduro me niega el bono de salud y medicinas pienso asistir. Prefiero anotarme en la marcha honrosa por la renegociación de la deuda, por la contraloría social, por el derecho a la alimentación y la salud, por el derecho a la vida.
oscar.fmyor@gmail.com