Desde su instalación en el país, Súmate ha hecho alarde de copiosos recursos. Organizó la recolección de firmas del referendo revocatorio. Mesas, computadoras, cuadernos, propaganda y un tren de empleados fueron movilizados y establecidos en todo el país. ¿Quién pagó este costoso aparato?
Súmate aseguró que está en capacidad técnica y logística para llevar a cabo las "primarias" de la oposición. Esta actividad implica un despliegue de recursos. Se requieren mesas de votación, personal a la disposición, propaganda de convocatoria, equipos técnicos para contabilizar los votos. Con tres lochas no se paga esta onerosa movilización.
¿Quién paga a Súmate? ¿De dónde vienen las torrenteras de recursos para hacer de esta "ONG" un manantial de billetes?
Para algunos venezolanos podría parecer ingenua esta pregunta porque Súmate no ha negado nunca que recibe dólares de Estados Unidos. Sus fondos tienen su origen en una partida del presupuesto del Congreso norteamericano destinado a "fomentar la democracia".
La pregunta correcta es otra: ¿Puede aceptarse que un gobierno extranjero intervenga para financiar actividades políticas en Venezuela? ¿Puede aceptarse que una agencia extranjera sea la organizadora y la directora de oposición al gobierno legítimamente elegido y legítimamente constituido?
Además de dar vergüenza ajena que candidatos presidenciales y grupos políticos venezolanos busquen cobijo en el regazo de una agencia extranjera, abierta y descaradamente financiada por una potencia extranjera, la actividad de Súmate lesiona la independencia y el carácter soberano del proceso electoral del próximo diciembre.