El mundo al revés ya lo dijo Galeano. Mientras los creyentes invocan el milagro de la multiplicación de los peces como una metáfora de vida, solidaridad y abundancia, la MUD invoca a la multiplicación de la muerte de manera macabra. Paralelo a su criminal silencio ante las guarimbas, guayas, francotiradores y paramilitares ha conquistado otro "logro" digno de reconocimiento. Presentó de manera comprobada, 10.995 firmas de ciudadanos fallecidos durante la jornada de recolección de firmas ocurrida en la última semana de abril de este añopara intentar activar el Referendo Revocatorio. ¿Qué es esto? ¿Un movimiento político o un movimiento mafioso en el peor sentido de la palabra? Recordemos Mafia en el diccionario: "Organización secreta e ilegal nacida en Sicilia que ejerce su poder a través de la fuerza, el crimen y el chantaje."
Por si fuera poco, antes que algunos empantuflados como la super periodista Patricia Poleo o el super genio y "estratega" Alberto Franceschi vengan a decir que se trata una exageración discursiva, típica de los chavistas defensores del "régimen", les informamos que la MUD FRAUDE hizo mucho más.
Las 10.995 firmas de personas fallecidas eran solo una parte del combo-fraude al cual solo le faltó su cajita feliz. La super oferta democrática de la MUD FRAUDE incluyó 605.000 firmas fraudulentas, 53.658 robos de identidad, 9.333 cédulas falsificadas, 3.003 violaciones a la identidad de menores y la participación estelar de los pichones mafiosos de todo el país. 1.335 firmas de personas enjuiciadas y condenadas, es decir, 1.335 firmas de delincuentes. Decir como han dicho los compañeros Jorge Rodríguez y Francisco Ameliach, de que se trata del fraude electoral más grande de la historia del país es quedarse corto. Podríamos decir incluso que más que un fraude mafioso de los tiempos modernos, es un desprecio hacia las reglas de convivencia de una comunidad, similar al que practicaron los bárbaros conquistadores del período colonial. Un golpe con espejitos de colores.
Las personas incluidas en esas firmas sin su consentimiento, los familiares de los fallecidos y menores que aparecieron y la dirección del PSUV ya hicieron las denuncias e interpusieron, pruebas en mano, demandas ante la justicia. Faltaría solo que los delincuentes que aparecen firmando hicieran también su reclamo para completar esta tragi-mafia-comedia.
Uno se pone a pensar que la Constitución venezolana es de las pocas en el mundo que contempla esa figura radicalmente democrática del Referendo Revocatorio y le viene a la memoria aquellas palabras del Comandante Chávez cuando afirmó, después del golpe del 2002, que nuestra Constitución debe ser respetada porque "(…) es un libro para todos, es como el Popol-Vuh, aquel libro de los mayas, el Popol-Vuh (el libro de todos, el libro de la comunidad").*
Pero ya sabemos que al contrario de los mayas, la comunidad es una cosa muy diferente para la mafia. Por eso le dicen la Cosa Nostra. Son ellos, por ellos y para ellos, es decir, "la comunidad" de los enemigos de la comunidad.
Por suerte y más que por suerte, por justicia, algunos tribunales del país, poniendo en práctica el cumplimiento de las leyes que protegen al pueblo, empezaron a pronunciarse con respecto a este obsceno fraude de la derecha venezolana. Cuando escribía estas palabras encontré en la red social Twitter que el gobernador del estado Aragua, Tareck El Aissami, señalaba: "Admitida nuestra denuncia contra el FRAUDE perpetrado por la MUD. Se anula el proceso y se ordena cumplir con la Constitución!!" Una noticia que nos dice a todos que la justicia llega para los que luchan todos los días para construir la Patria Buena.
Señores y señoras de la derecha, que quede bien claro. No aceptaremos ese fraude que pretende violentar nuestro Popol-Vuh, y menos ahora que en tiempos de Revolución conmemoramos en octubre el Día de la Resistencia Indígena. Los venezolanos y las venezolanas somos todos espiritualmente miembros de nuestros pueblos originarios. Somos todos mayas, yanomamis, somos todos defensores de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, nuestro libro sagrado de la comunidad. Lo haremos respetar, cueste lo que cueste. No permitiremos que atenten contra nuestro libro de la paz, nuestro libro del diálogo, de la convivencia, del amor y de la solidaridad.
No al fraude, No a la violencia
Si a la democracia, Si a la paz
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(*) Libro del Consejo o Libro de la Comunidad según se traduciría de la lengua quiché