El suplicio de escuchar respuestas estúpidas

Tengo que advertir que a veces, no puedo comentar entrevistas completas de hombres de la oposición, porque es eso, un suplicio escuchar disparates i mentiras, después de haber sido profesor de Filosofía del Lenguaje por unos 25 años, Por ejemplo, tendría que prepararme como los astronautas o los jugadores de ajedrez que libran sus batalla ante el tablero sentados, pero requieren mucho aguante pues es más fuerte la tarea mental. Así sólo pude aguantar la frase de Pablo Medina, comparando nuestro país, con “el terrible stalinismo” que él vivió en Moscú, en la mejor época de su existencia con libertad, amor i felicidad, absolutamente gratis.

Ahora me topé con Roberto Smith (de pura cepa larense i falconiana, más genéticamente adeco i ex-ministro de CAP) diciendo que al votar con máquinas i captahuellas, estas últimas por un poder supracientífico (con solo colocar la yema del dedo pulgar en un lentecito) ellas (las máquinas) adquieren un papel protagónico i no el pueblo. Lástima de haya muerto Isaac Asimov para que, a partir de este sensacional descubrimiento científico, no hubiese hecho varias novelas de ciencia ficción. Si eso puede ser así, los que escribimos i hacemos muchas cosas, transacciones bancarias, descargamos fotos de cámaras digitales, etc., creo que estamos corriendo el riesgo de que nuestra computadora u ordenador, con todos esos poderes tocados con todos los dedos posibles, estará tomando el protagonismo de nuestras vidas i mi PC pasará a ser el doctor Jiménez i este señor desplazado un simple PC (Pura Caricatura). Esa advertencia, pues, no se la debemos a Bill Gates sino a Roberto Smith, por algo ese apellido para ser más creíble i sensacional. No imagino cómo, la IV República teniendo genios como este, en más de 40 años no pudieron hacer de Venezuela el país maravilloso que ahora prometen; le escuché: cero delincuencia, más de dos millones de casas al año i completado el paraíso terrenal, con todo el mundo con sueldo (cero desempleo) i los pocos armamentos que tiene nuestro ejército (uno de los más bajos de América o el mundo) transformados por el Piropito, en hospitales, escuelas, universidades, etc., cuando mucho de esas cosas, no las de obtuvimos en la dictadura de partidos, sino que se las dejó hechas el dictador Pérez Jiménez. Igualmente cero pobreza i por supuesto cero hambre i necesidades; sin embargo el Piropito lleva casi ocho años entre ser Alcalde i Gobernador, i el Zulia es de los peores estados en seguridad; a la Policía Regional hai que temerle más que a los delincuentes (ellos los cuidan i colaboran en sus fechorías) i para que sean bien eficiente en matraca, atracos, secuestros, asesinatos, etc., les buscó un Asesor estrella como López Sisco, a quién el no conocía sino que se lo recomendaron. Recientemente, hasta condecoró a algunos señalados como delincuentes.

Pero volviendo a Robert Smith (quitando una /o/ del nombre suena más gringo), este agregó otra “perla”: “Las captahuellas son inútiles; no sirven para nada”. Entonces, si son así; inútiles i que no sirven para nada (al menos nos facilitaron ir directo i rápido a la mesa que nos correspondía votar) ¿Por qué las han demonizado tanto e insisten evitar su uso? Sencillamente porque impiden votar repetidas veces i los adecos eran campeones mundiales en esa trampa o fraude. Para eso se han fabricado, a sabiendas de que esa piratería la aprendieron también los copeyanos i otros partidos reaccionarios.

Lo cierto es que, además de un Diccionario Humorístico de la Estupidez Humana que anda por las librerías, provoca hacer uno más amplio con respecto a los disparates i mentiras que vamos a escuchar en esta “supuesta campaña electoral” de la oposición; si siguen con el plan B que en todas las declaraciones parecen estar advirtiendo “Crónica de un Golpe Anunciado” alrededor del 3 de diciembre, el pueblo deberá estar alerta; cuando para esa fecha los escuálidos empiecen a irse a pasar la Navidad en Miami, Orlando, San Diego, Acapulco, CamCun o España, les debemos poner una cabuya en las patas. Las ratas abandonando el barco; saben de una gran traición a la patria. Repetiremos el 13 de abril i los venceremos. Luego, escribiremos otra versión de la de Jorge Luis Borges: Historia Universal de la Infamia. ¡Pero con todo, NO VOLVERÁN! ¡perderán por paliza!...i el PiroPiro no volverá al Zulia, vencido el inconstitucional permiso.



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Roberto Jiménez Maggiolo


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