¡Al fin empieza el comando de Rosales a soltar prenda! Luego de mil y un intentos por jugar al escondite empiezan a soltar lo que se traen entre manos. ¡Todo el poder para los ricos! Oír al profesor Hugo Faría Bermúdez presentar las estrategias básicas para “reconstruir a Venezuela” es sencillamente una experiencia parusáica. Quienes luchamos por defender las conquistas alcanzadas por el pueblo durante estos años de inclusión la tenemos bombita.
“No te dejes engañar cuando te hablen de progreso, porque tú te quedas flaco y ellos aumentan de peso”, decía el panita Alí. ¡Qué burdos y groseros son! ¡Qué faltos de respeto! ¡Por más que se tongoneen siempre se les ve el bojote! El bienestar económico que se vive en Venezuela actualmente no es sólido, es un bienestar empobrecedor. No es sustentable ¿ves? Osease es balurdo ¿ves? Por favor, alguien que me coja ese trompo en la uña. Ruego ponerse mascarilla de soldar para levantar el trompo y no quedar cegado por tanta luz. ¡Aumento de los ingresos y bienestar para todos que empobrece, que no es, o sease! ¿Y qué le faltaría a este “bienestar empobrecedor” para que fuera enriquecedor y sólido? Ruego sentarse para oír lo que viene y no correr el riesgo de una lesión nalgoretrocular.
Todo será perfecto cuando Rosales llegué a Miraflores y “los empresarios puedan determinar libremente los precios de los bienes de consumo, los banqueros puedan fijar las tasas de interés y se flexibilice el mercado de trabajo”. En otras palabras, a la altura de quienes no poseemos esos niveles de conocimientos técnicos, al nivel de chavista correpoelsuelo pues: todo irá de maravilla, el bienestar será sólido y el país hará palidecer la Harmonía de Fourier o la Utopía de Campanella, si los banqueros le vuelven a clavar al pueblo los créditos indexados o la cuota balón para quitarles sus carros y apartamentos, si los comerciantes fijan los precios ganándole 300 por ciento a cada producto por su gloriosa intermediación y si se les permite “flexibilizar” la contratación de trabajo. Es decir, contratar sin prestaciones sociales, sin salario mínimo y sin condiciones de seguridad en el puesto de trabajo. ¡Todo sea por un “bienestar sólido”!
¿Y qué me dicen de la joyita presidente de FEDECÁMARAS (Federación de Camaleones, Maletineros y Rastacueros), José Luís Betancourt? ¿Están listos para esta cantinflada? ¡Ok! Luego no digan que no dije: "En Venezuela hay crecimiento económico pero no desarrollo económico". En Venezuela la economía está creciendo pero está involucionando, ¿ves? Es sencillo, según José Luís "rompeleyes" Betancourt, en Venezuela el ingreso del pueblo ha crecido pero los "grandes motores de la economía" (ellos) no crecen al mismo ritmo. En otras palabras, lo que le saca la piedra a Mr. Rompeleyes, es que el pueblo tierrúo sea quien que hoy aumenta sus ingresos. Lo que le saca la piedra es que todo el banquete no sea para ellos. ¡Agalludos! ¡Esos son los que quieren volverle a poner la mano a Venezuela!
¿Podrán conseguir un solo voto de un pueblo que –a pesar de los muchos errores cometidos- ha aprendido a tener derechos? Si acaso quedara alguien confundido es tarea de los cuadros revolucionarios presentarles los “hermosos planes de los ricos”. No dudo que tendrán los votos de ese sector fatalmente enfermo víctima de las empresas de la desinformación. El estado de postración de este sector es tal que rechazarían el cielo de manos del mismo Jesús de Nazareth si este cielo tiene algo de chavismo. Un crimen que algún día los dueños y periodistas de estos medios deberán pagar. Ese será el único sector que acompañará –como la víctima a su verdugo- estos planes grotescos del imperio y su oligarquía criolla.
Por cierto, no exagero, un sector que ante la noticia de que en La California Sur, se le construiría un Centro de Diagnóstico Integral, dotado con tecnología de punta y totalmente gratuito, protestó: para que “estos chavistas se vayan”, agredieron al camarógrafo de la gobernación y gritaba consignas como… “Llévense su mierda”, “Primero muertos”. ¡Bueno! Cuando alguien llega ese estado de enajenación mental la única misión posible es la Misión Freud. Repito, un crimen por el cual estos miserables dueños de medios y periodistas alcahuetes deberán pagar algún día.
¡SON DIEZ!
MILLONES LOS QUE LES VAMOS A METER
¡SON DIEZ!