Presidente; variadas y estratégicas han sido vuestras victorias políticas y diplomáticas a lo interno y externo sobre los más perversos enemigos de la patria, la Patria de Bolívar, la Patria que soñamos junto a Chávez y que nos dejó a cargo, sin embargo presidente, desde la cotidianidad, desde la calle, en las colas de los bancos, públicos y privados, quiero llamar su atención ¡En toda Venezuela, no como dice Sudeban que sólo son tres estados!, ¡no!, el problema es en toda Venezuela y en todas y cada una de las agencias bancarias.
Desde la narrativa cotidiana, del común de la gente; venezolanos profesionales, “de clase media”, trabajadores... Pensionados, ¡si presidente, nuestras viejas y viejitos pensionados impulsan este llamado! En la narrativa de las colas bancarias para el retiro de efectivo ─ ¡otra vez no hay! ─ las historias conducen e inducen la responsabilidad en el malvado gobierno y su acción depredadora, destructiva, contra la pobre e indefensa oposición. Desde la utilización gubernamental en pago de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente y sus “celebraciones”, juego de lotería del “Zulia” ─ ¿cosas que sólo sea la del Zulia? ─ como ordenes del gobierno para negocios con intermediarios que ilegalmente facilitan avances con intereses hasta de 35% ─ ¿y todos los gerentes de todas las sucursales son maduristas o se prestan para tales negocios? ─... Narrativas que paulatinamente desde la más pequeña institución bancaria cobran fuerza instaurando e institucionalizando una realidad nada agradable ni favorable a la economía, a la sociedad, a la política bolivariana, al gobierno.
A estas alturas presidente, después de casi un mes del pago de la última pensión y pago de la siguiente, nuestros pensionados, nuestros padres y abuelos no han logrado cobrar completo el mes anterior. Sus angustias de la cola del pan, del aceite, la harina, la comida, las medicinas... durante el último mes fueron desplazadas por el ir y venir diario a las entidades bancarias; 10, 15, 20 mil bolívares, al final los taxistas se han quedado con la mitad de la pensión. Desesperanzados, en zozobra, para intentar cobrar el resto y la que viene ya no regresan a las casas, se quedan a las puertas de las entidades bancarias durante el día y la noche, todos los días.
¡Es urgente presidente y de extrema necesidad actuar!