Plutón Rosales

(¿o hijo de Pluto?). El nombre de este artículo es el mismo que apareció en la columna que tiene Marciano en el diario VEA, publicado el martes 12 de septiembre. Generalmente Marciano está muy bien informado y hay que concederle una altísima credibilidad a cuanto aparece en ella, pero como al mejor cazador se le va la liebre, en esta oportunidad me veo precisado a enmendarle la plana en cuanto la información que transmite en el sentido de que es cierto que en Maracaibo acaban de rebautizar a un personaje con el nombre de Plutón, pero no es porque lo relacionen con el planeta degradado a la condición de uno más de los objetos transneptunianos que vagan por el espacio y que de vaina tienen una órbita más o menos estable. La verdad verdadera es que el nombre de Plutón con el que fue rebautizado el personaje se relaciona con la semejanza del mismo, con el simpático Pluto, la mascota del ratón Mikey, porque este Plutón resultó un poco más pesado que Pluto, pero a diferencia de éste, Plutón cada vez que ve a Tribilín se aleja con el rabo entre las piernas “como el perro que apaga sus amorosos bríos/cuando hay un perro grande que le muestra los dientes” tal como lo expresa Andrés Eloy Blanco en su poema “La renuncia”. De hecho ya el personaje cuando sufrió la primera “depre” al conocer los resultados de las encuestas después de su postulación, tuvo que ser trasladado de urgencia a Disneylandia para que Mikey le diera aliento y lo instruyera en cuanto a lo que tenía que ser su comportamiento futuro, pero eso es lo mismo que “pedirle peras al horno”.

Plutón regresó de Disneylandia y participó en unas visitas a barrios caraqueños, acompañado de guardaespaldas, de gente que lo apoya y que no pertenecen a esos barrios y de policías que lo cuidan para que no sea agredido, todo lo cual conforma un considerable grupo que es mostrado por los medios de incomunicación como si fueran manifestaciones extraordinarias. Pero Plutón se ha dado cuenta de que, además de los resultados de las encuestas está el resultado de sus visitas a esos barrios de los cuales ha tenido que salir picando cauchos y dejando a sus seguidores abandonados.

A pesar de que Plutón no se caracteriza por ser una persona de muchas luces, y él tiene la humildad de reconocerlo, tampoco es pendejo y se ha dado perfecta cuenta, lo tiene clarito, que lo tienen montado en la olla, o en otras palabras que lo están preparando para convertirlo en “MÁRTIR” para lo cual tampoco tiene vocación, en vista de lo cual ahora se encuentra en la disyuntiva de mantener el acuerdo inicial con el Imperio y sus cipayos en Venezuela de mantener su candidatura hasta dos o tres días antes de las elecciones y retirarse gritando ¡fraude, fraude!, para tratar de provocar algún tipo de intervención o salirse ahorita mismo diciéndoles: “¡Bacié!, basirruque no monta en coche” y tratar de salvar su pellejo. Por eso es que a Plutón en estos días se le ha acentuado la afasia y la capacidad de mover sus músculos faciales para transmitir algún tipo de emoción, lo cual lo hace parecer mucho a otro personaje de su partido, “Acción Democrática”, quien también fue candidato presidencial hace muchos años y quien, a pesar de que no era afásico al extremo de Plutón ya que articulaba discursos que duraban hasta dos minutos sin ayudas electrónicas, era incapaz de hacer que sus músculos faciales produjeran una sonrisa, porque lo que le salía era mueca. Y aunque a ese candidato le inventaron un pitico y miles de “jingles” jamás caló.

Por eso es que Plutón ha tomado la decisión, que aún no se ha atrevido a comunicarle a quienes lo están empujando en esta aventura de no esperar hasta diciembre o fines de noviembre sino que, a más tardar, a mediados de octubre retira su candidatura porque él sabe que para quienes lo están empujando hacia donde él no tiene capacidad de llegar les vale mucho más que esté muerto. Él no quiere seguir arriesgándose a presentarse en algún barrio en el cual de repente, de algún arma que nunca se sabrá quien la disparó ¡PUM!, y se acabó Plutón. Lo que pudiera venir después no es del interés de Plutón porque ya no lo vería, pero debería preocupar a quienes lo secundan en su proyecto porque también ellos podrían tener el mismo destino para exacerbar los ánimos de la población e invocar una intervención extranjera. Lo único que habría que recordarles es que estarían jugando a la ruleta rusa porque al Imperio le importa un coño la suerte de sus cipayos con tal de lograr sus objetivos.


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Ño Leandro


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