“A fin de cuentas, la opinión es determinada
por el sentimiento y no por el entendimiento”
Hebert Spencer
Aunque siempre procuro hacer un preámbulo o un exordio respecto a ciertos términos que empleo, sin poder “desprenderme” de la filosofía, hubiese querido explicar qué es el entendimiento, a partir de la explicación kantiana de lo que es el conocimiento; empero me extendería mucho i además necesitaría de un esquema que ideé en mis clases, a la manera de las metáforas geométricas de mi maestro Bertrand Russell.
Sin embargo, ¡Cómo se sufre escuchando opiniones (la doxa griega) que no tienen la menor coherencia para el entendimiento humano! O más terrible todavía, cuando se habla de ideologías, puesto que nuestros supuestos “líderes” políticos de la oposición, ya que no están ocupados en cargos públicos, parece que no aprovechan el tiempo para estudiar. Jamás les escucho una proposición de sólida factura racional, apoyada en tal o cual teoría o en determinada sentencia u opinión de algún gran pensador. Es un decir, totalmente estéril de conocimientos científicos, sociológicos o culturales. Por ejemplo, no sé que casualidad o que ahora está reapareciendo como los peloteros retirados un tiempo por lesiones, me encuentro ya hasta tres o cuatro veces con Oswaldo Álvarez Paz, demostrándome que el licor si le hace daño a las neuronas, sin necesidad de estar beodo. Le escuché hablar de fascismo, de castrocomunismo i de que eso está imperando en el país i se agravará; me cuesta por dos cosas como ya lo dije en otros escritos: o no es mui inteligente (un grado 78 ó 79 en la Escala de Bienet) i está demasiado estresado o amargado, o el dogmatismo i el fanatismo político lo tienen obnubilado. Por eso no quiero referirme a sus errores respecto a estos temas i a lo que considera una ideología. Lo otro es ver cómo se sale de una respuesta sensata que debe dar, i contesta como un hombre sin cultura. Cuando el entrevistador de hoi, que les pertenece por ser escuálido le dice: Mire doctor, pero en cuanto a la salud, el gobierno ha realizado la Misión Barrio dentro I, luego II i III con excelentes logros i preparan Barrio Adentro IV ¿Qué responde a esto? La respuesta intelectual, seria i digna fue: ¡Todo eso es mentiras! ¿Quién queda mal, como un irresponsable i embustero, amigo Oswaldo?¿El gobierno o tú? Dejémoslo aquí.
Paso a otra opinión que comento mui brevemente, porque de no tendría que darle unas lecciones, de Historia, Filosofía de la Historia o de Lógica. En la televisión marabina, escuché a uno de los abogados más violentos, irracionales i petulantes que haya conocido en la vida: el Dr. Fernando Villasmil, antiguo aspirante a la Asamblea Constituyente, quién le dio asesoría a la Antigua Asamblea Legislativa por 20 millones en una sola ocasión, i quien no encontró automóviles ni para él, cuando fue Presidente del Consejo Legislativo actual, pese a que dejé 16 vehículos, algunos casi nuevos i otros perfectamente arreglados; entre ellos un Lúmina nuevo que yo usé por seis meses. Sin embargo esto no es lo que deseo comentar, sino lo que escuché en una entrevista que le hacían hace dos o tres días. Como apoya i es asesor del candidato imperial Manuel Rosales i da por descontado que llegará a la presidencia, expresó enérgicamente: lo primero que haremos será volver al nombre de República de Venezuela, quitándole esa no recuerdo qué afrenta agregada, de “República Bolivariana”, porque creo que dijo, ofende al Libertador i además, Venezuela al separarse de la Gran Colombia fue de las que rompió o rompieron el sueño de Bolívar. De manera que eso, para él, hace imposible este cognomento, así cinco naciones sean hijas libertarias de Bolívar que, perfectamente podrían llamarse República Bolivariana de Colombia, República Bolivariana de Ecuador, etc., no deberían usar el agregado de “bolivarianas”. ¡Brilló el Jurista, el Historiador i el Filósofo! Sus entrevistadores lo miraron con admiración; por eso, por no quitarle el brillo de zapato, no me tomo la molestia de darle alguna lección porque su sabiduría no se la permite. Punto.
La tercera opinión, es de un periodista i abogado (si lo es, jamás he sabido que ejerciera) de esos que “pasan por la universidad” solamente para tener un “Dr”, aunque no lo usa (?). Este señor, Juan Carlos Fernández, quien habla de ideología sin saber casi nada de eso, hoi comentó con dos documentos a la mano que el hecho de haber nombrado el presidente Chávez a un General Quintero, ya retirado del Ejército i lo haya puesto al frente del Comando Miranda para organizar i orientar al pueblo para las elecciones de diciembre, es “un acto típicamente fascista”. I escarmentó, alarmó, vociferó sobre el fascismo, sin percatarse que uno de los fascistas más típicos del mundo es él i su escuálida oposición. Tampoco pienso molestarme sin motivos. Cuando vea sus “títulos”, cuando me enseñe sus diplomas i sobre todo, cuando vea su biblioteca con libros leídos, subrayados, marcados con separadores, etc., me atrevería a polemizar con él, pues aquí es válido aquello de no gastar pólvora en zamuros. Lo que veo es como actúa i como opina i debo admitir que es mui pobre el producto. Admito el pensamiento de Spencer; las opiniones se deben más al sentimiento que al entendimiento, i en estos personajes solamente hai un sentimiento de venganza i terrorismo: salir del presidente Chávez. Pero…¡NO VOLVERÁN!